Reacciones en el sudeste asiático ante el nacimiento de AUKUS

AUKUS, una alianza nuclear que rompe «la calma de Asia»

El nacimiento de AUKUS preocupa a muchos países del sudeste asiático. Con especial inquietud se ha acogido en la región el anuncio de que EEUU dotará a Australia de ocho submarinos nucleares.

El nacimiento de AUKUS, una nueva alianza militar en el Pacífico-Indico para reforzar el cerco militar a China en el plano naval, formada por EEUU, Reino Unido y Australia no sólo inquieta a Pekín sino a la mayoría de los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático).

Una mayoría de países de la ASEAN (la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, formada por Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Filipinas) han recibido con preocupación la creación de la nueva alianza militar auspiciada por EEUU junto a Reino Unido y Australia, y cuya misión será aumentar la presencia (y la presión militar) en las aguas que usa China para el comercio mundial. La presencia de naves de guerra anglosajonas en las ya tensionadas aguas del Mar de China Meridional, donde Pekín mantiene conflictos territoriales con varios países del sudeste asiático, y en puntos clave del comercio mundial como los estrechos de Malaka o de Taiwán es percibida como un factor de inestabilidad.

Los países de la ASEAN firmaron hace dos años con China, Japón, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur el mayor tratado comercial del mundo. En la Asociación Económica Integral Regional (RCEP en inglés) -creada en buena parte gracias al hecho de que Trump abandonara el TPP, impulsado por EEUU en la época de Obama- participan 15 países que significan el 47% de la población mundial (3.400 millones de habitantes) y casi un tercio del PIB global. La RCEP, encabezada por China, suma un tercio de la inversión global y del comercio mundial.

Las más alarmadas han sido Indonesia y Malasia, que han advertido de inmediato que el AUKUS y el ascenso de Australia a «potencia nuclear» puede desarrollar una «carrera armamentística» en la región.

Con especial preocupación se ha acogido en el sudeste asiático el anuncio de que EEUU dotará a Australia de ocho submarinos nucleares. Aunque el ‘apellido’ de los submarinos hace referencia a su propulsión y no a su munición, estas naves son claves en el dominio de los océanos y frecuentemente son usados como plataforma móvil e indetectable de ojivas nucleares.

Las más alarmadas han sido Indonesia y Malasia, que han advertido de inmediato que el AUKUS y el ascenso de Australia a «potencia nuclear» puede desarrollar una «carrera armamentística» en la región. El portavoz de exteriores vietnamita ha advertido del error que supone «pensar que los submarinos nucleares garantizan la seguridad de la humanidad». Singapur ha lamentado que el anuncio del AUKUS «esté dañando la calma de Asia».


Viñeta de ‘The Australian’. La presidenta neozelandesa, Jacinda Ardern, como manifestante hippie en la puerta de los AUKUS. «¡Y quedaos fuera!», les grita.

El único pronunciamiento favorable al AUKUS y al «nombramiento nuclear» de Australia ha venido del ministro de exteriores de Filipinas, que ha hablado de que el AUKUS contribuye al «equilibrio de poderes» en el Mar de China Meridional, donde Manila mantiene litigios con Pekín. Pero no está claro que el presidente Rodrigo Duterte -que en los últimos años ha mantenido más de un choque con Washington, y un cierto acercamiento a China- respalde completamente sus opiniones.

El nacimiento de AUKUS tambien ha levantado el recelo del gobierno neozelandés de Jacinda Ardern, que ha prohibido que los nuevos submarinos nucleares naveguen por sus aguas o atraquen en sus puertos. De fondo, un gobierno incómodo con el aumento de tensión en el Pacífico y que busca una política exterior independiente. “Nueva Zelanda es ante todo una nación del Pacífico y vemos los desarrollos de la política exterior a través de la lente de lo que es lo mejor para la región”, dijo Ardern.

Esta posición contrasta poderosamente con la tomada por el primer ministro Scott Morrison, que al enrolarse en el AUKUS pone en peligro las relaciones con el principal socio comercial de Australia (China).  «Además de renunciar a nuestra soberanía, desvía a Australia del siglo asiático y la envía de vuelta a la anglosfera cansada y descolorida», ha dicho en crítica a Morrison el ex primer ministro australiano Paul Keating.