Atocha en Las Ramblas es una crónica poética sobre los atentados terroristas de Madrid y Barcelona de Marzo de 2004 y Agosto de 2017. Poesía y música en memoria de las víctimas y los heridos, y en homenaje a dos ciudades hermanadas por el dolor y la respuesta solidaria de sus habitantes.
Un proyecto artístico y social que se presenta en Barcelona en la simbólica fecha del aniversario del 11-M, dando comienzo una gira. El acto cuenta con la colaboración del Foro de Cultura de Recortes Cero y diversas entidades, al que asistirán colectivos de víctimas y representantes políticos, sociales y culturales de la ciudad.
Si el 11-M ha sido el atentado de mayores dimensiones de la historia de España y de Europa, el de Las Ramblas ha vuelto a reavivar los efectos del terror en la sociedad, que una vez más, frente al espanto y la indefensión, ha respondido con la solidaridad y el coraje cívico.
El terrorismo llamado yihadista está condicionando la política internacional y nacional, y afecta a nuestras vidas no sólo por el riesgo potencial que amenaza a nuestras ciudades, sino porque está determinando también, de manera controvertida, las políticas de inmigración, las libertades democráticas…
La memoria, la reflexión y el debate sobre el terrorismo es una tarea colectiva que le pertenece a toda la sociedad (lo sabemos muy bien después de tantos años de sufrimiento con ETA), y en este sentido, el papel del arte puede y debe ser fundamental. Especialmente por su capacidad para situar el pensamiento y la emoción en otras coordenadas diferentes a las de la mera actualidad informativa o la polémica mediática.
Atocha en las Ramblas es una propuesta que desarrolla el proyecto Marzo súbito (poemas del 11-M). Un proyecto de poesía, música y memoria surgido en 2017 ante la necesidad de abordar el 11-M desde el arte y su perspectiva crítica, de contribuir a despejar la fuerte inhibición que estos atentados siguen ejerciendo en el mundo cultural, y de generar un espacio donde compartir las ideas y vivencias que todos tenemos sobre estos trágicos episodios.
Tras el atentado de Barcelona el proyecto debía continuar y crecer, ampliando la crónica poética y explorando, además, la complicidad cultural que siempre ha unido a ambas capitales.