La farmacéutica Aspen Pharma es denunciada por subidas abusivas de medicinas contra el cáncer.
Bruselas ha abierto una investigación contra el gigante farmacéutico sudafricano Aspen Pharma ante las evidencias de que utilizó su posición dominante en el mercado para subir de forma abusiva el precio de cinco medicamentos anticancerígenos. La multinacional practicó de forma descarada el chantaje o provocó intencionadamente el desabastecimiento para conseguir un encarecimiento de sus productos, poniendo en peligro miles de vidas. Unas prácticas monopolistas que están a la orden del día entre los gigantes de la farmacia, aunque raramente son perseguidas.
A los ejecutivos de Aspen Pharma no les tembló el pulso cuando decidieron que cinco medicamentos -clorambucil, melfalán, mercaptopurina, tioguanina y busulfán, todos ellos fármacos utilizados para combatir tumores hematológicos como la leucemia- de los que dependía, literalmente, la vida de miles de personas debían subir enormemente su precio. Su posición dominante en el mercado les permitía utilizar el chantaje para encarecerlos y aumentar extraordinariamente sus beneficios, y no dudaron en hacerlo. Llegaron a amenazar a algunos Estados miembros con retirar el medicamento si no se avenían a sus exigencias, y cumplieron el ultimátum en algunos casos. En otros casos provocaron el desabastecimiento deliberado para encarecer sus productos.
Aspen Pharma adquirío los derechos de estos cinco fármacos a a la británica GlaxoSmithKline en 2009, después de que expirara la patente. Desde entonces ha usado su precio como un trabuco para atracar a las arcas de los sistemas de salud pública, multiplicando el precio del busulfán por 13, y el del clorambucil por 5. Todo ello le ha servido para multiplicar en menos de una década su valor en Bolsa por nueve. «Aspen Pharma practicó de forma descarada el chantaje o provocó intencionadamente el desabastecimiento para conseguir un encarecimiento de sus productos, poniendo en peligro miles de vidas. «
Italia ha sido uno de los países que ha sufrido con más intensidad las extorsiones mafiosas de Aspen Pharma. La farmacéutica llegó amenazar a la Agencia Italiana del Fármaco, AIFA con interrumpir el suministro si no se aceptaban sus incrementos de precio. Esto conllevó un aumento de los precios de entre un 300 % y un 1500 % para estos productos. Las autoridades italianas no aceptaron tal chantaje y sancionaron a Aspen Pharma con 5 millones de euros. El diario The Times ha publicado una filtración de correos electrónicos de trabajadores del gigante farmacéutico, en la que se evidencia que la empresa planeó destruir sus existencias almacenadas de fármacos anti cáncer para poder subir sus precios en Europa hasta un 4000%.
En España, Aspen detuvo la oferta de cinco fármacos en mayo de 2014, generando problemas de suministro de los mismos, que tuvieron que comenzar a importarse como medicamento extranjero a mayor precio. Ante esta situación, organizaciones de consumidores como la OCU pidió explicaciones al Ministerio de Sanidad por estos hechos, que no contestó. Las denuncias persistieron, hasta que la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia) tuvo que tomar cartas en el asunto y abrir un expediente sancionador a la multinacional por prácticas abusivas.
Es la primera vez que Bruselas abre un proceso a una compañía farmacéutica por sus tarifas infladas y por sus prácticas abusivas. La UE concede manga ancha a la big pharma para establecer los precios de sus medicamentos, y éstas suelen recurrir al pretexto de la costosa financiación de la I+D para establecer precios muy por encima del coste de producción de los fármacos. Pero lo de Aspen Pharma -prácticas monopolistas a las que de forma más o menos encubierta, todas las grandes corporaciones recurren- ha sido demasiado descarado, demasiado impúdico, ha ido demasiado lejos.