Entrevista a María José Salvador, responsable del equipo de formación de Unificación Comunista de España sobre la situación creada en Cataluña.
Crisis de Estado, crisis institucional… ¿Cómo calificarías la situación que está viviendo nuestro país?
Como un ataque a la unidad del pueblo de las nacionalidades y regiones de España. Un ataque al país, que busca debilitarlo y degradarlo.
Pero sobre todo es un atentado a los intereses del pueblo trabajador. Creo que esta es la cara más oculta.
Se habla del Estado, de las instituciones, pero no de la gente. Del 90% y muy especialmente de las clases trabajadoras.
Desde que estalló la crisis, hemos sufrido un saqueo dirigido contra el 90% de la población que ha venido impuesto desde el exterior, desde el gran capital extranjero, desde el FMI y la Troika. Ellos impusieron el famoso artículo 135 para que se pague antes a los banqueros alemanes que a los jubilados, traficaron con nuestra prima de riesgo e impusieron la reforma laboral, los recortes, la edad de jubilación…
Todo esto vino acompañado de la degradación de los países a los que se quería saquear. Primero nos llamaron PIGS (o sea, cerdos). Dijeron que éramos atrasados, corruptos, juerguistas,… Nadie debería olvidar cómo empezó todo, la imagen de Zapatero recibiendo la llamada desde la Casa Blanca y que ésta hace pública para decirle a todo el planeta que el presidente del gobierno de España es un pelele y que ellos son los que mandan.
La degradación y la división de España, su debilidad, sólo sirve a los que quieren saquearnos. Y esto es lo más contrario a los intereses populares.
La declaración unilateral de independencia y “proclamación de la república catalana” ha sido el último acto del procés. Un proceso que ha fracturado dramáticamente la sociedad catalana y mucha gente se pregunta ¿cómo hemos llegado hasta aquí?, ¿quiénes son los responsables?
El gobierno de Rajoy tiene una gran responsabilidad, ha alimentado el enconamiento y es incapaz de unir e integrar a una mayoría social catalana progresista que no puede sentirse representada en él. Si a eso le añadimos la represión del 1-O, con las imágenes dando la vuelta al mundo, su responsabilidad es mayúscula. Se atacó injustamente a miles de catalanes.
Pero creo que tendríamos que considerar dos cuestiones:
La primera, que podríamos tener un “gobierno de progreso” tal y como defendimos nosotros tras las elecciones del 20 de diciembre, un acuerdo entre PSOE, Unidos Podemos y Ciudadanos. Con ese gobierno, que fue una posibilidad real en su momento, las cosas seguro que habrían sido de otra manera. Y ahí, estos partidos también son responsables.
La segunda y principal, es que lo que estamos viviendo estos días tiene como primer responsable al Govern de Puigdemont, ellos son los que han actuado de forma antidemocrática para imponer una Declaración Unilateral de Independencia que divide y enfrenta a los catalanes entre sí y a éstos con el resto de españoles.
Dicho esto, el gobierno de España debería guardar mucho más las reglas democráticas y no encausar por la vía judicial a los adversarios políticos. Aunque no lo piensen así, deberían hacerlo para cuidar las formas y no facilitar la gasolina victimista de la que viven y se alimentan. Por desgracia, los sectores más reaccionarios del PP no parecen dispuestos a ceder tanto.
Siempre se ha hablado de la burguesía catalana nacionalista. ¿Qué clases o sectores de clase apoyan esta deriva de independentismo unilateral? ¿Qué les caracteriza?
Desde luego detrás del procés no está el núcleo principal de la burguesía tradicional catalana que tiene su principal mercado en España, de hecho la fuga de empresas lo pone de manifiesto.
Pero en casi 40 años de régimen pujolista se ha creado un entramado de empresas ligadas al presupuesto autonómico que ha formado una auténtica burguesía de nuevo tipo, una burguesía burocrática beneficiaria de las adjudicaciones públicas, una amplia red de empresas de diferente tamaño con sus cuadros y trabajadores que han adquirido mucha fuerza y tienen mucha influencia social.
Por ejemplo, estos días se habla mucho del papel de TV3 o radio Cat y su implicación en el procés como elementos hiper activos. Hay periodistas catalanes que denuncian el coto privado de los medios catalanes y cómo unos pocos se han enriquecido gracias a la Generalitat. Leí los datos de la productora de uno de los programas de TV3, una compañía con un capital de 43,75 millones de euros, que es la más beneficiad en el reparto de producción externa de la radiotelevisión pública catalana en lo que va de década. Y daban la cifra de que 1 de cada 6 euros de producción asociada fueron a contratos con esta empresa, que entre otras cosas regalaba un kit para la diada a sus suscriptores.
Esta burguesía burocrática es la impulsora de un procés que pretende ampliar la “ración” de la que disponen, si no tienen que repartir nada con el gobierno central, podrán tener una mayor porción de tarta. El gran dibujante El Roto lo resumía en un chiste brutal: Dos hombres vestidos con traje chaqueta, comiendo en un restaurante. Uno decía “Queremos ración propia”, el otro contestaba “¿No era nación?». El primero concluía, “Sí, eso también”.
Es una falacia decir que ha sido un proceso que ha partido de abajo, de la gente. Esto ha tomado velocidad cuando el destape del 3% salpicaba a Artur Mas, en un momento en que su popularidad y su base de apoyo estaban cayendo en picado por los recortes en sanidad, educación, etc. Y cuando en Cataluña las movilizaciones contra los recortes habían tomado una fuerza gigantesca. Fue a partir de ahí que tomaron la vía directa de acelerar el proceso independentista. No es cierto que todo lo provocara Rajoy con la oposición al Estatut, eso sólo ha sido una excusa que han rentabilizado hasta la saciedad.
En el programa de Unificación Comunista de España se defiende el derecho de autodeterminación. Y sin embargo estáis manteniendo una posición radicalmente contraria a quienes dicen defender ese derecho en Cataluña alineados con Puigdemont en el “derecho a decidir”. ¿Cómo se explica esa posición?
En su línea UCE defiende el derecho de autodeterminación porque estamos en contra de cualquier tipo de opresión que se pueda sufrir, incluidos los motivos nacionales. La línea está escrita en 1978 y la situación ha cambiado mucho. Pero nuestra posición es que la unidad del pueblo de las nacionalidades de España se fortalece con la libertad. Y por eso lo seguimos defendiendo.
Sin embargo, lo sometemos totalmente a que para poder conseguir todos los derechos y libertades de nuestro pueblo tenemos que conquistar una República Democrática Popular en toda España. Y para eso es imprescindible la unidad del conjunto de pueblo de todas las nacionalidades y regiones. La división sirve a quienes nos explotan y nos oprimen que son los mismos en Cataluña, que en Madrid, Galicia o Canarias. Consideramos por tanto que primero hay que conquistar ese marco de democracia popular, para después satisfacer esa reivindicación legítima de una parte del pueblo en Cataluña.
En síntesis, la defensa del derecho de autodeterminación está sometido a poder conquistar con el conjunto de las clases populares un nuevo Estado que garantice todos los derechos y aspiraciones de nuestro pueblo. Y por supuesto nuestra posición siempre sería la de defender la unidad en esa España popular.
Se identifica, también desde una parte muy importante de la izquierda, la defensa de la unidad de España como una bandera de la derecha. ¿Está enterrada la tradición del proletariado revolucionario respecto a este problema?
Lo primero es que no es cierto que la bandera de la unidad de España sea sinónimo de fascismo, o de reacción. Otra cosa es que buena parte de la izquierda ha dejado esa bandera en manos de la derecha. Este es un error que tiene graves consecuencias porque nos debilita. Además se identifica el nacionalismo con la izquierda. Cuando el nacionalismo en su origen, tanto el vasco como el catalán, ha estado siempre de parte del patrón y no del trabajador, que en su mayoría era inmigrante. Ha estado de parte del poder, de la iglesia y la tradición, frente a la clase obrera entre la que proliferaron siempre ideas sindicalistas, anarquistas y marxistas.
El conjunto de intelectuales de izquierdas han defendido la unidad, también la tradición de nuestro pueblo en la República, en la guerra contra el fascismo, las clases populares, la clase obrera, el Partido Comunista de España, los anarquistas, el partido socialista, todos mantenían una posición firme por la defensa de la independencia nacional, y de la unidad de España.
Y respecto al problema de si está enterrada esta memoria, he de decir que casi al completo. Ahora se habla de una reivindicación completamente justa, como es desenterrar a los muertos de las cunetas, repito, totalmente justa, sin embargo se esté enterrando la memoria. La memoria de esa tradición revolucionaria que ha estado siempre unificada con la defensa de la unidad de España.
A medida que se aceleraba el proceso los medios de aquí se han hecho más eco de las portadas de los principales medios internacionales. ¿Hay una conexión e intervención internacional con el proceso independentista?
Han salido a la luz posibles conexiones internacionales.
Hoy mismo el subdirector de La Vanguardia, Enric Juliana, habla otra vez de la tentación rusa. Habría un interés de Putin en promover y apoyar las tensiones fraccionalistas en Europa para debilitarla y conseguir a su vez una excusa o cobertura a sus intereses de anexionarse parte de Ucrania.
Por otro lado, ha aparecido la posible conexión con Trump y su equipo. Y esa sería bastante más peligrosa. De hecho cuando ganó las elecciones Artur Mas dijo que “era una oportunidad, que todo era posible”. Se ha especulado con el interés de la línea Trump en EEUU de una Europa debilitada para dominarla mejor. «El primer responsable es el Govern de Puigdemont, ellos son los que han actuado de forma antidemocrática para imponer una DUI que divide y enfrenta a los catalanes entre sí y a éstos con el resto de españoles «
Aunque los “patriotas” catalanes de Puigdemont y su Govern, dispuestos a venderse a la potencia de turno lo estén intentando, no parece que esta sea la opción del imperialismo norteamericano, mucho más interesado en no debilitar a que un país como España, con su importancia en la OTAN, en el Mediterráneo, con el escudo antimisiles, etc. Por aventurero que Trump nos parezca, es el líder político de la superpotencia y no creo que el Pentágono esté por la labor de desestabilizar Europa. Otra cosa es que les venga bien mantener la herida abierta para colarnos mejor sus exigencias de ampliación del presupuesto militar o más colaboración en los frentes de guerra.
Para eso sirven las maniobras de Puigdemont, para que las potencias extranjeras impongan mejor sus intereses a una España más débil.
Por otra parte, los independentistas deberían reflexionar si lo que les ofrece Puigdemont es un país independiente, o un país sometido a la potencia de turno más fuerte, una patria como la de Gibraltar, que esa sí, es una colonia.
Precisamente ahora se dice que el no reconocimiento internacional y la reacción del Estado y la oligarquía dueña de bancos y grandes empresas son los “responsables” del debilitamiento o fracaso de Puigdemont. ¿Compartes esta posición? ¿Quién si no es el principal responsable?
Creo que esos factores le debilitan, pero el principal responsable de su retroceso es que no tienen el apoyo de la mayoría de los catalanes. En su referéndum – trampa del 1 de octubre, convocado para justificar la proclamación de la independencia y aún con todas irregularidades (urnas llenas, gente que votó varias veces, recuento sin garantías,…) el Govern habla de 2 millones de Sí. Esto representa el 38% del censo. Sólo cuentan con un 38% de catalanes que dijeron sí a la independencia y éste es su principal punto débil.
Sobre este terreno real de posicionamiento de la población, ha habido un hecho cualitativo: la aparición en escena de la llamada “mayoría silenciosa”. Ha emergido, y ha salido a la luz. Y sobre todo con voces desde la izquierda. Esta es su principal debilidad, la emergencia de esa izquierda patriótica, que emerjan esas clases trabajadoras, ese pueblo trabajador que no quiere la separación de Cataluña de España. Mucho más que el no reconocimiento internacional o incluso la fuga de grandes empresas. A todos los que nos hemos pronunciado desde la izquierda es a los que más han atacado los sectores más radicales, llamándonos fascistas, a Coixet, Serrat, Marsé, Mendoza, … Y yo creo que esta reacción tan visceral pone de manifiesto que esto es lo que más daño les hace. Que desde la izquierda se les denuncie. Porque desmonta la falacia de que oponerse a Puigdemont y su “casta” sea ser de derechas, incluso de extrema derecha, falangista u otras perlas que nos lanzan. Porque de pronto aparece que en realidad el rey está desnudo, y que el de derechas era él por si a alguien se le habían olvidado sus recortes, sus corruptelas y la represión con la que, por ejemplo, castigaron al 15-M.
¿Cómo valoras el trabajo y la línea de Recortes Cero en esta emergencia?
Creo que los manifiestos impulsados por Recortes Cero denunciando que el 1-O era una estafa antidemocrática que solo buscaba imponer la DUI, los dos que salieron después de la declaración unilateral de independencia, “Retirar la declaración unilateral de independencia, convocar elecciones”, han contribuido a que pueda aparecer ante la sociedad catalana que defender la unidad no era un patrimonio del PP, que no había que escoger entre Puigdemont o el PP.
Creo que todo ese trabajo de Recortes Cero, pero en el que UCE, como una de las organizaciones que la integran ha estado muy activa, ha contribuido decisivamente a la emergencia de esa izquierda y de esa “mayoría silenciosa”.
Es un hecho que cuando salió publicado el primer manifiesto, “1-O Estafa antidemocrática”, armó un gran revuelo, salió en todos los medios. A partir de ahí empezaron a posicionarse muchos intelectuales, artistas, profesionales…, que hasta entonces no habían aparecido. Los medios empezaron a darles voz. El manifiesto tuvo un efecto multiplicador en los medios de comunicación. Recortes Cero con ese manifiesto abrió un espacio y la posibilidad de que se viera esa izquierda. Y de que muchos otros se sumaran. Por ejemplo, las declaraciones de Serrat fueron posteriores a que se hablara con él para que firmara el manifiesto. No lo firmó pero al día siguiente se manifestó en la misma línea.
Ha sido un trabajo completamente decisivo para que pueda aparecer que quien está en contra de Puigdemont no es porque está con el PP. Esa es la principal falacia de la que se han venido alimentando.
¿Qué papel juega la clase obrera en toda esta batalla por la unidad? ¿Por qué la fragmentación va contra sus intereses de clase y los de todo el pueblo trabajador?
Todo el cinturón industrial de Barcelona y de Tarragona está compuesto de clase obrera, principalmente de origen inmigrante, que ha sido protagonista destacado en todas las luchas por la democracia, por la libertad, incluso por el Estatut de Autonomía. Y esa clase obrera tiene como interés la unidad del conjunto de la clase para poder llevar adelante sus aspiraciones, la unidad para avanzar en la lucha por nuestros derechos, los de todos los trabajadores. Y la división solo sirve a quienes nos explotan y quienes nos oprimen.
Es el abc del marxismo y es el interés de la clase obrera.
Pero hay otra izquierda y unos dirigentes que llamaron a participar el 1-O, incluso ahora alguno de ellos en Cataluña, como el diputado de Podem Fachin, reconoce la proclamación de la república catalana… ¿Qué te parece el discurso de quienes utilizan la actuación represiva policial del 1-O y ahora la aplicación del 155 para hablar de una vuelta al “franquismo”?
La actuación de una parte de la izquierda y de estos que tú acabas de nombrar ha sido lamentable. Y además se han equivocado de plano. Objetivamente han actuado como los colaboracionistas necesarios de Puigdemont. Han jugado el papel de darle al 1-O la cobertura de lucha por la democracia que le quería dar el Govern, lo presentaron como una movilización completamente respetable y de hecho la apoyaron abiertamente. Han fortalecido a Puigdemont y todo lo que está sucediendo ahora. Dicen que están en contra de la DUI, y me lo creo, pero deberían hacer autocrítica y ver cómo han estado allanándoles el camino para que llegara esa declaración de independencia. Su responsabilidad es mayúscula, hay que decirlo. Al mismo tiempo, creo que si reconocieran el error y volvieran al camino de la unidad del pueblo trabajador para luchar por sus verdaderos intereses, depurando a los que se quieran ir con el frente de Puigdemont (como parece ser el caso de Fachín), la gente se lo reconocería.
A la DUI ha seguido la respuesta del Estado y la aplicación del 155. ¿Cómo valoras esta respuesta?
Nuestra posición no está ni con la declaración unilateral de independencia, ni con la aplicación del 155. Nuestra alternativa ha sido y sigue siendo la convocatoria de elecciones. Está bien que la medida principal que haya tomado el gobierno de Rajoy sea la convocatoria de unas elecciones inmediatas, aunque debería haberse evitado la sustitución del autogobierno.
Necesitamos al menos una legislatura de cuatro años en la que de alguna manera, de forma tranquila y paciente, se puedan restañar las heridas y establecer un camino consensuado.
La decisión de convocar elecciones ha cambiado el terreno de juego. ¿Pero está todo decidido? ¿Con las elecciones del 21-D se resuelve el problema y las amenazas a la unidad?
La decisión de convocar elecciones ha cambiado la correlación de fuerzas, ahora la iniciativa la lleva el gobierno, pero no hay nada decidido. Esta gente es peligrosa. Tienen un plan preestablecido. Tienen contactos, apoyos, y han tenido mucho dinero a su disposición. Es evidente que están asesorados, diría que bastante bien asesorados en todo lo que hace referencia a la imagen exterior donde le llevan bastantes kilómetros de delantera el gobierno. Y no está todo decidido.
De hecho estamos haciendo esta entrevista hoy que tenemos a Puigdemont en Bruselas haciendo una rueda de prensa sobre la que se puede decir: “bueno están haciendo el ridículo”. No, están jugando a degradar a España. Y todo lo que signifique degradar España, y he empezado por ahí. Van en contra de los intereses de las clases populares de nuestro país. Cuanto más degradado y más débil esté el país, más y mejor nos van a saquear desde fuera y también la propia oligarquía española. Pero sobre todo desde fuera, que es desde donde nos han impuesto la reforma laboral, los recortes, el proceso de privatización encubierto de la sanidad, etc. Son peligrosos y nos estamos jugando los derechos del pueblo trabajador. Por eso no hay que bajar la guardia.
¿Las elecciones van a resolver esto? No. Las elecciones van a abrir otro escenario, ya veremos cual, esperemos que no sea favorable a Puigdemont y su casta, pero habrá que seguir trabajando por restañar las heridas que ha provocado esta fractura actual en la sociedad catalana.
Y va a ser vital que siga emergiendo esa izquierda patriótica que diga que el camino es: “Ni Puigdemont, ni Rajoy”. Es imprescindible que esa izquierda siga presente, emergiendo y que como hemos dicho ha sido muy importante para desmontar la trampa de que haya que elegir entre Puigdemont o Rajoy.
No podíamos acabar esta entrevista sobre la situación actual sin una referencia a un acontecimiento fundamental. Estamos valorando la situación actual; pero se celebra el centenario de la Revolución de Octubre. ¿Cómo debemos leer hoy la Revolución un siglo después?
La tenemos que leer como lo que fue y lo que significa: la primera vez en la historia de la Humanidad que la clase explotada y oprimida tomó el poder y abrió una nueva época. Y eso sí que es “Sí se puede”. Sí se puede cambiar el mundo de base y Sí se puede conquistar otro destino frente a la explotación y opresión que impone el sistema capitalista.
Ese objetivo sigue siendo hoy igual de válido que lo era en 1917. Pretenden enterrarlo, que no pueda ni pensarse. Y nosotros, como partido comunista, lo que estamos haciendo, además de celebrar el centenario, es aprendiendo de sus enseñanzas, de la teoría marxista-leninista que permitió al pueblo ruso realizar esa gesta histórica; porque como dice uno de nuestros principales poetas: “Queremos que se cumpla la voluntad de la tierra que da sus frutos para todos”. Por eso somos comunistas, porque estamos en contra de la explotación del hombre por el hombre. Y la Revolución de Octubre abrió el camino para conquistarlo.
No estamos hablando de la forma concreta en la que se dio, ni de copiar mecánicamente nada, sino de aprender de sus enseñanzas fundamentales. Y sobre todo no abandonar el objetivo. ¿Cómo que ahora nos tenemos que conformar con hacer que el capitalismo no sea tan malo?, ¿con hacer que por lo menos no nos dominen con el neoliberalismo y repartan algo de ayudas sociales?
Luchamos por que la tierra sea para el que la trabaja, porque lo medios de producción y la riqueza social estén gestionadas por y para los trabajadores que son quienes la producen. Por un estado al servicio del pueblo y no de la oligarquía financiera y el imperialismo. Y no vamos a renunciar a luchar por este objetivo.