Ha sido un éxito rotundo, un salto cualitativo en la respuesta popular a la intervención y el saqueo decretado por el Fmi y Berlín, y ejecutado dócilmente por el gobierno de Rajoy. 80 ciudades españolas han vivido las manifestaciones más multitudinarias de los últimos años. Donde está empezando a cristalizar, en la calle y en la lucha, la unidad que necesitamos para hacer frente a sus recortes. Desde el 15-M a todos los sindicatos, sin excepción, desde parados a funcionarios, desde dependientes a organizaciones de jueces y policías, desde la izquierda a la derecha… Todos los sectores sociales, todas las sensibilidades ideológicas, son ahora un grito común contra el saqueo. Este es el camino. Hay que fortalecer esta unidad.Hay que redoblar la movilización. Por que con unidad y movilización. ¡Claro que sí podemos!
Más allá de la “guerra de cifras”, esta vez todos los medios se han visto obligados a admitir que las manifestaciones han sido multitudinarias. Casi un millón de personas en las calles de Madrid -800.000 según los sindicatos-, cerca del medio millón en Barcelona -los convocantes ofrecían la cifra de 400.000-. Y así hasta 80 ciudades, que han vivido, en todos los casos, las manifestaciones más masivas de los últimos tiempos.
Es la expresión del grado de rechazo a la intervención y al saqueo, traducido en la mayor oleada de recortes de la historia. «Es necesario redoblar la unidad y la movilización. El 19-J ha demostrado que, todos juntos… ¡Sí podemos!»
Y de un cambio sustancial en la conciencia de lo que nos estamos jugando. Desde el De Verdad venimos insistiendo desde hace varios años que sufrimos un ataque contra el 90%. No se dirigen sólo contra los funcionarios, o contra los pensionistas, o contra los parados… sino contra la inmensa mayoría de la población. Ahora esta idea está ampliamente extendida.
La expresó el escritor Benjamín Prado, al leer el manifiesto unitario al final de la manifestación de Madrid: “Están dañando a casi todos”. Lo ratificó el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, al denunciar que “el gobierno pretende empobrecer a la inmensa mayoría de la sociedad española”. Y coindició Pilar Bardém, al frente de la representación del mundo de la cultura, reclamando que “todo el mundo salga a la calle. Esto nos afecta a todos”.
Y, puesto que van contra todos nosotros, todos debemos unirnos para dar una respuesta. Las manifestaciones han sido una expresión de como la exigencia de unidad avanza a pasos agigantados.
Por primera vez, todos los sindicatos ha convocado conjuntamente las movilizaciones. CGT o USO, que normalmente se manifestan de forma separada, estuvieron ahora codo con codo con las centrales mayoritarias. En Galicia, hacia seis años que los sindicatos nacionalistas no se unían a una convocatoria unitaria en toda España. CSIF, el sindicato de funcionarios ha supeditado la convocatoria parcial de una huelga de funcionarios en septiembre, para hacerla coincidir con una huelga general de todos los trabajadores.
Este avance en la unidad sindical, que nace de la conciencia de que ya no son suficientes las respuestas parciales o sectoriales, sino que es imprescindible una movilización unitaria y general, es una importante conquista.
Pero hay muchos más ejemplos. Durante estos últimos meses, algunos han querido enfrentar maliciosamente a los sindicatos y al 15-M. Por eso es tan importante que, por primera vez, el 15-M se haya sumado a una movilización convocada por los sindicatos. Y lo han hecho desde la convicción de que “cada vez es más necesaria la unidad de todas las personas que quieren cambiar las cosas”.
En las manifestaciones contra los recortes han estado presentes las asociaciones de parados, y las cuatro organizaciones de jueces y fiscales, algunas de ellas inscritas tradicionalmente en el ámbito de la derecha, que han apoyado las movilizaciones elevando una protesta contra “el ataque al Estado social y a los derechos de los ciudadanos”.
En la manifestación de Barcelona coindieron detrás de la pancarta de cabecera los “iaioflautas”, la sección de pensionistas del 15-M y los sindicatos de policías.
Esta unidad contra los salvajes ataques al 90% de la población, que empieza a traspasar incluso las fronteras entre la izquierda y la derecha, era impensable hace unos pocos meses.
Es una conquista. Debemos valorarla como tal, y fortalecerla en cada momento. Sólo desde la más amplia unidad de todos los sectores afectados podremos hacer frente a su oleada de recortes.
Y, aunque más contradictoriamente, también avanza la conciencia de que nos enfrentamos a un ataque que viene desde el exterior.
Las consignas contra el FMI y Berlín, gritada por los “bloques rojos” de UCE, han sido seguidas de forma entusiasta en cada una de las manifestaciones. Empiezan a surgir de forma espontánea consignas que dirigen sus dardos contra Washington y Berlín, contra el FMI y la UE.
Incluso los sindicatos mayoritarios han debido dar un paso adelante, adoptando como lema central de la manifestación !¡Quieren arruinar el país! No podemos permitirlo. Somos más”. Sí, es un ataque contra el país, contra España, pero hay que precisar de dónde viene. Su origen está en el FMI y Bruselas, arietes de Washington y Berlín para saquear España.
Las manifestaciones del 19-J han sido sólo un primer paso. Los sindicatos han anunciado movilizaciones en agosto, exigen un referéndum donde la población pueda pronunciarse sobre la aplicación de las medidas impuestas por Bruselas o el FMI, y anticipan una huelga general en septiembre.
Es necesario redoblar la unidad y la movilización. El 19-J ha demostrado que, todos juntos… ¡Sí podemos!