El gobierno de Portugal ha presentado una propuesta de ley para corregir las desigualdades en los sueldos entre hombres y mujeres. Las empresas de tamaño medio a grande estarán obligadas a corregir las diferencias salariales entre géneros so pena de incurrir en penalizaciones.
El socialista António Costa disfruta de mayoría para aprobar la ley en la Asamblea de la República gracias al pacto que mantiene con el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués, que ya han dejado claro que apoyarán las medidas propuestas por el Partido Socialista. El proyecto de ley podría salir adelante con mayoría parlamentaria a finales de 2017 y llevarse a la práctica en 2018.
Dos años para igualar salarios
Este es el camino que Rosa Monteiro, Secretaria de Estado para Igualdad y Ciudadanía, quiere seguir junto al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social: «Queremos que las empresas se miren al espejo», asegura la ministra. La ley aprobada está inspirada en la de Alemania e Islandia.
La Autoridad para las Condiciones del Trabajo recibirá anualmente datos estadísticos sobre la política retributiva de las empresas. Aquellas que hagan discriminación salarial tendrán que presentar un plan de corrección, y en los dos años siguientes estarán obligadas a nivelar las diferencias.
En la primera fase, que durará dos años, la ley se aplicará solo a empresas con más de 250 empleados. Solo después se ampliará a compañías con más de 100 empleados.«»Queremos que las empresas se miren al espejo», asegura la ministra.»
Sin embargo, cualquier trabajadora que se sienta discriminada podrá comunicarlo a la Comisión. En palabras de Rosa Monteiro: «Todo trabajador cubierto por el Código de Trabajo, independientemente del tamaño de la empresa en la que trabaja, verá reconocido su derecho de solicitar a la CITE (Comisión para la Igualdad en el Trabajo y el Empleo) un dictamen sobre la existencia o no de discriminación salarial en su lugar de trabajo por razón de género. Las empresas afectadas quedarán entonces obligadas a demostrar lo contrario o, alternativamente, a adoptar medidas correctoras.»
En la práctica, lo que se pretende es que las empresas garanticen políticas retributivas transparentes, sobre la base de criterios objetivos y no sesgados por las cuestiones de género. «Es un cambio de paradigma», sostiene Rosa Monteiro.
Portugal viene así a sumarse al carro de países que, como Alemania e Islandia, promueven la fiscalización de salarios en las empresas para cerrar la brecha salarial por motivos de género. En Islandia se aprobó en marzo de este año la obligatoriedad, por parte de las empresas de más de 25 empleados, de demostrar que la igualdad salarial se cumple a rajatabla. Se han propuesto que para 2022 no exista diferencia salarial entre hombres y mujeres. El asunto no se circunscribe solo al sexo, sino también a la etnia y la nacionalidad.
En el caso del modelo de Alemania, que según el Partido Socialista inspira la nueva propuesta de ley portuguesa, se aprobó en enero un proyecto de ley para garantizar el derecho de las mujeres a conocer el salario medio de un grupo de hombres que realiza su mismo trabajo en la misma empresa. La ley se aplica para empresas de más de 200 empleados.
La situación en la Europa del sur
En la UE las mujeres ganan de media un 16% menos que los hombres. Portugal, España e Italia, los países más afectados por la crisis, son los Estados miembros de la Unión Europea que desde 2008 muestran más aumento en la diferencia salarial de género. Precisamente Portugal fue el país que mostró el mayor aumento de diferencia en los salarios de los hombres y de las mujeres, con un aumento del 3,8% entre 2008. En Portugal, entre los puestos de becarios y aprendices la disparidad salarial basada en el género es menor; ellas ganan el 92% de la ganancia media mensual de los hombres. Es en los puestos de cuadros superiores que las diferencias se agravan.
En esta categoría, las mujeres ganan solo el 72,1% del salario pagado a los hombres.