Atentado terrorista en Londres

El terror vuelve a golpear a una Europa en crisis

El atentado terrorista en Londres es un abominable crimen fascista. Reiteramos nuestra solidaridad con las familias de las cinco víctimas mortales y los 29 heridos, y nuestro apoyo al pueblo británico y a toda la nación en su lucha contra el terror.

Pero este atentado es también un planificado golpe, uno más, contra una Europa sumida en una crisis de imprevisibles consecuencias. Y que persigue alimentar las sacudidas en un tablero mundial donde crece la incertidumbre. Detrás del terrorismo siempre están los objetivos más tenebrosos, que necesitan imponerse por la fuerza a la sociedad.

Cuatro vidas segadas y 29 heridos, 7 de ellos en estado crítico. Es el sangriento saldo del atentado terrorista perpetrado en Londres.

Se produce dos años después de los tres atentados en Londres, que dejaron 56 muertos y 700 heridos. Y justo en el primer aniversario del doble atentado en el aeropuerto y el metro de Bruselas. A los que hay que añadir los atentados en Niza, Berlín, Estambul…

Quieren sembrar el terror para imponer sus reaccionarios objetivos políticos, incompatibles con la paz, la libertad y la democracia. No van a conseguirlo, serán derrotados por la unidad de todos los pueblos.

Pero el terror siempre es un instrumento detrás del cual están -aunque su ejecución sea obra de un pequeño comando- poderosos y tenebrosos intereses.

El atentado en Londres ha sido cuidadosamente planificado. En pleno centro del poder político británico, en la puerta de un parlamento reunido y a escasos metros de la residencia de la primera ministra.

Y golpea una vez más a una Europa sumida en una profunda crisis económica, política y social.

No es casualidad que se elija Londres para sembrar el terror, en el momento que ya se ha puesto fecha a la materialización del Brexit.

Con este atentado se busca remover un tablero mundial que está sufriendo preocupantes sacudidas. Basta recordar las consecuencias de anteriores atentados para evidenciar el poder de desestabilización de esta oleada de terror.

Quebrando las resistencias de algunos países europeos, especialmente Francia, para respaldar las acciones militares en Siria. Sembrando el enfrentamiento con los refugiados y alentando la xenofobia…

Ante este nuevo atentado hay quien ya afirma que la única forma de acabar con la amenaza terrorista es atacar su retaguardia, “echando pie a tierra en Siria, Libia, Irak…”, es decir con una mayor intervención militar sobre el terreno. Y seguramente volveremos a escuchar las justificaciones de medidas que recorten las libertades.

Vivimos un momento de reordenamiento mundial, y los atentados terroristas cumplen el papel de alimentar las peores tendencias.

Conviene tenerlo presente. En España sabemos que la única forma de derrotar al terrorismo es con la unidad y movilización popular en defensa de la libertad, la paz y la democracia.