La familia March es el tipo perfecto de dinastía plutocrática en versión española. Habita en la isla de Mallorca y posee una de las fortunas más grandes del mundo. El patriarca, abuelo de los actuales financieros March, fue Juan March Ordina, descendiente de judíos, que se hizo inmensamente rico con el estraperlo, el asalto a la Canadiense y la venta de armas y víveres a los gobiernos alemán y británico durante las dos Guerras Mundiales.
Juan March se retrataba y se justificaba a sí mismo cuando decía: “si robas un an, te llamarán ladrón. Si robas un millón, te dirán estafador. Pero si robas cientos de millones, te llamarán magnate y se arrodillarán ante ti”.Su obsesión no era el dinero, era ganar dinero, y para ello cualquier artimaña estaba legitimada. Fue un auténtico pirata del Mediterráneo, contrabandeó con tabaco, marihuana (kif), alcohol y armas sin importarle lo más mínimo quién fuera el destinatario. Compró enormes fincas rústicas para parcelarlas y alquilárselas a los campesinos. Invirtió en empresas mineras, eléctricas (Fuerzas Eléctricas de Cataluña), madereras, petroquímicas, fundó la naviera Transmediterránea que utilizó para el contrabando, la Banca March, una tabaquera en Orán, tenía el monopolio de la venta de kif en Marruecos (ver Anuario de la renta del tabaco publicado entre 1889 y 1945 a cargo de Alberto Santias), incluso llegó a ser propietario de dos diarios: uno progresista y otro conservador. Actualmente, sus herederos gestionan un importante grupo de empresas a través de la Corporación Financiera Alba.Juan March estuvo involucrado en infinidad de extorsiones, fraudes y crímenes a lo largo de su azarosa vida, se le acusó, entre otros delitos, del asesinato del hijo de su socio Rafael Grau en 1916, que mantenía relaciones sexuales y sentimentales con su esposa Leonor Servera. En 1923, perseguido por la dictadura de Primo de Rivera, cruzó a Francia disfrazado de fraile para esconderse. En 1932 el gobierno de la Segunda República lo hizo prisionero, pero se fugó de la cárcel a los 17 meses, refugiándose en Gibraltar.En 1936, el periódico del Partido Comunista “Mundo Obrero”, decía: “todos los millones de Juan March tienen que pasar inmediatamente al poder del pueblo, administrados por el Estado republicano democrático, a fin de dar pan y trabajo a obreros”. No fue posible, hacía meses que el dinero de Juan March estaba en Suiza.La última orden de arresto provino de Franco. Con Franco, Juan March tuvo una relación de amor y odio. Financió su sublevación militar contra la República, pero poco después lo acusó de fantoche y de prologar la guerra innecesariamente para eliminar físicamente a sus futuros adversarios.Poseía suntuosos palacios en Mallorca y una suite permanente en el Hotel Palace de Madrid. La leyenda le atribuye amantes e hijos bastardos por doquier. En 1934 Benavides publicó su biografía “El último pirata del Mediterráneo”, lo que ocasionaría al escritor todo tipo de problemas y estuvo a punto de costarle la vida. March ordenó quemar todas las ediciones que se publicaban y logró el procesamiento de Benavides, que acabó en la cárcel. Más tarde, la obra de Benavides fue utilizada en las escuelas de la Unión Soviética para enseñar castellano a los niños.March mantuvo excelentes relaciones con la realeza, primero con Alfonso XIII y más tarde con el Conde de Barcelona, padre del Rey Juan Carlos, con quien hizo negocios y a quien obsequió con el velero “Saltillo” con el que, en 1962, acudió a la boda de su hijo y Sofía en Grecia.Pactó a veces con la derecha y a veces con la izquierda. En 1924 regaló un edificio a la Unión General de Trabajadores, el sindicato socialista, que fue usado como “Casa del Pueblo” de Palma de Mallorca. Financió la sublevación fascista de 1936 pero luego intentó derrocar al dictador e instaurar la Tercera República.“Yo daría la mitad de mi fortuna y algo más, que ya es arrancarme, si tiran a ese canalla” llegó a decir en 1944 en alusión a Franco. Juan March hizo tal ofrecimiento a Régulo Martínez, presidente de la Alianza. Este le replicó que no entendía su posición actual, porque había sido él quién había ayudado a Franco. “Por eso, porque le he ayudado le conozco bien. Además, yo soy republicano. Tomás, saca los cheques.”, contestó March. Pero los republicanos no aceptaron su famoso cheque en blanco para derrocar a Franco. Toda una lección de ética política.March donó grandes sumas al clero, sobornó a los políticos, a la policía y a los militares cuando le hizo falta y corrompió a casi todo el mundo a su alrededor. Hizo propia la famosa frase de Luis XIV, que repetía a menudo: “L’état c’est moi”, (El Estado soy yo).Como buena familia elitista, los March desarrollaron su filantropía a través de la Fundación que lleva su nombre, realizaron obras sociales y benéficas, entre las que destaca la construcción, en 1938, del Hospital de Caubet ubicado en Mallorca.Juan March se estrelló con su Mercedes Benz cerca de Madrid, en la carretera de la Coruña. El accidente que ocasionó su muerte en 1962 tampoco está exento de polémica. Según algunas versiones, su automóvil fue objeto de un sabotaje para asesinarlo. Enemigos nunca le faltaron, varias personas habían jurado que acabarían con él. Entre ellas, su ex socio José Grau, que en 1917 dijo: “juro por Dios que probaré que Juan March hizo matar a mi hijo, y después acabaré con él, aunque sea lo último que haga en mi vida”.La historia ya le ha juzgado, y el veredicto se encontraba colgado hace un par de años en Internet, en www.juanmarch.com , una página subvencionada por el el Consell de Mallorca (gobierno de Baleares), en la que podíamos leer más de un centenar de opiniones personales sobre su vida y sus andanzas realizadas por personalidades de todo tipo, políticos, periodistas, estadistas, intelectuales, banqueros, industriales, etc. Sin embargo, esa página se apagó misteriosamente, y ahora ha reaparecido como página oficial de la Banca March.Incluyo a continuación un resumen de esas opiniones a través de las cuales podremos hacernos buena idea del perfil del banquero español por excelencia: Juan March Ordina. Os juro que las citas que siguen las encontré en ese portal de internet hace años, antes de que fuera “adquirido” por la Banca March.• “Gran cínico. Amoral inteligente. Ha sido quizá el poder fáctico económico más fuerte del país”. Manuel Vázquez Montalbán, 1992. Escritor.• “Juan March no necesitaba «hacer ministros» porque «se los compraba hechos»”. Gabriel Albiac, 2000. Escritor y columnista de El Mundo.• “March, cuando buscaba vencer una voluntad, jamás se molestaba en conocer las ideas y los defectos del interesado; se limitaba a preguntar escuetamente: ¿Cuánto quiere?”. Ramón Garriga Alemany, 1976. Autor de “Juan March y su tiempo”.• “Su capacidad de soborno se extendía todos los poderes del Estado y la Iglesia”. Francisco Bastos Ansart, 1934. Director Compañía Arrendataria de Tabacos.• “El asunto March ha sido el más escandaloso que ha habido en el mundo, porque durante once años, el señor March ha tenido a su disposición a los ex-presidentes del Consejo y a los Ministros, y ha mandado en España. Destituía Gobiernos a su antojo y su influencia llegaba al Parlamento”. Francisco de Asís Cambó Batllé, 1934. Ministro de Fomento y de Hacienda 1918/1922.• “Aquel hombre movía, ¡en horas!, la Banca de Gran Bretaña y la de Estados Unidos juntas”. Ernesto Giménez Caballero, 1964. Escritor, autor ‘El Dinero y España’.• “Juan March influyó en el curso de la historia europea”. Newsweek, 1962. Semanario estadounidense.• “El imperio financiero de Juan March se hizo al abrigo de Estados en crisis o en guerra y en este sentido su biografía es única en Europa”. Gregori Mir i Mayol, 2003. Doctor en Derecho, Senador y Diputado.• “Después de Hitler, March es el hombre más peligroso de Europa. March es tan responsable como Hitler de la hecatombe mundial”. Walter Winchell, 1944. Columnista del New York Mirror.• Juan March fue tan inteligente, osado, emprendedor, multimillonario y poco escrupuloso como los Carnegies, Rockefellers y Vanderbits del mundo. Y los gobiernos de Madrid, Londres y Berlín sacaron tanto provecho de sus buenos oficios, como él de los gobiernos. Todo se basaba en un quid pro quo: yo te doy, tu me das”. Mª. Dolores Genovès, 2003. Directora y guionista de TV3.• “March se nos presenta como una persona que, en cierto modo, superó a nuestros Carnegies, Rockefellers y Vanderbits; era más audaz, más astuto que ellos, y se sentía menos cohibido por cuestiones de cautela o conciencia… Consideraba la corrupción como algo natural, y la utilizaba abiertamente de considerarla necesaria”. The New Yorker, 1979. Semanario estadounidense.• “Franco se mantiene en la lucha, pero ¿cuál es el poder que lo dirige desde detrás de las sombras? Cuando un hombre levanta la mano, Franco obedece. Este hombre es Juan March”. The Sunday Express, 1936. Rotativo londinense.• “El millonario mallorquín, que en 1936 había financiado en parte los preparativos para la rebelión (…) se sirvió de su secretario particular Tomas Peire para ofrecerle a Régulo Martínez un cheque en blanco”. Hartmut Heine, 1983. Historiador de la Universidad de Berlín.• “La mano subterránea de March eyaculó sobre el país el primer germen de la lucha abierta de clases que culminaría en la guerra civil”. Bernardo Díaz Nosty, 1977. Autor de ‘La irresistible ascensión de Juan March’.• “Los que han prestado su apoyo a nuestro movimiento, como Juan March, no lo han hecho por obtener ventajas, que en ningún momento se les ha prometido; lo han hecho para que se llegue a una España mejor, y dan su óbolo por una España más justa”. Francisco Franco Bahamonde, 1937. Jefe del Estado 1936/1975.• “Un contrabandista notorio fue elevado por el dictador a la categoría de patriota altruista”. Shlomo Ben-Ami, 1983. Embajador de Israel en España 1987-1991.• “Es conveniente cerrar las fronteras para el Sr. March, así como ordenar que por la Dirección General de Seguridad se establezca una vigilancia especial para que no pueda abandonar el territorio nacional”. Eduardo Ortega y Gasset, 1931.• Diputado, miembrote la Comisión Responsabilidades.• “Uno de los primeros actos del Gobierno de la Falange será colgar al contrabandista multimillonario Juan March”. José Antonio Primo de Rivera, 1936. Fundador de la Falange.• “A Juan March debieron ahorcarlo en la Puerta del Sol. Y yo me habría colgado con mucho gusto de sus pies”. Indalecio Prieto, 1931. Ministro de Hacienda y de Defensa 1931/1937.• “Mucha gente dice que es el hombre más rico de España y que posee poderes ocultos de las clases más diversas. De hecho, hay algo en él que recuerda a Al Capone… Se le pinta como un rufián de la peor especie, se dice que en África mató a alguien con sus propias manos. La lista de los que recibieron sobornos suyos en el curso de su carrera probablemente dejaría atónito al mundo”. George Graham, 1933. Embajador británico en Madrid.• “La única diferencia entre March y Al Capone reside en que el gángster americano se enfrentó al poder establecido, mientras que el mallorquín supo corromper al poder e, in extremis, derribar por la fuerza a aquellos que no quisieron venderse”. Modesto Andreu, 1977. Periodista de Bazaar.• “En este país un hombre pobre nunca logrará hacer dinero a menos que sea un criminal como Juan March, o torero o cantante de ópera”. Ernest Hemingway, 1940. Premio Nóbel de Literatura.• “Si al final uno triunfa, nadie le preguntará por los medios. Se convertirá en un honorable caballero, en poderosa imagen que suscitará la admiración de las ambiciosas, vanidosas y envidiosas masas de mortales que en un momento u otro de su vida pensaron en enriquecerse del modo más rápido e inmediato posible”. Enrique Tierno Galván, 1977. Catedrático Derecho Político y Alcalde de Madrid.• “Juan March es un hombre muy importante y puede ser capaz de rendir grandes servicios en nuestras relaciones con España. La forma en que hizo su dinero no afecta a su valor para nosotros”. Winston Churchill, 1940. Primer Ministro Británico.• “Don Juan March, el millonario que respaldó a Franco en 1936, en Gran Bretaña era erróneamente considerado como antibritánico, pero, en realidad, era un sincero admirador de este país y rindió servicios a la causa aliada que no se superaron en ningún otro país neutral”. The Times, 1962. Rotativo londinense.• “¿Sabéis cómo realiza el contrabando Juan March? Toda la costa lo sabe. ¡Bajo la bandera inglesa, deshonrando a la bandera inglesa!”. Manuel Allendesalazar Muñoz De Salazar, 1916. Ministro, Presidente del Gobierno 1900/1921.• “Juan March llegó a tener dos periódicos antes de la guerra, uno de derechas y otro de izquierdas, y ganaba siempre con uno u otro. Era un empresario al que se ha culpado de muchas cosas, seguramente con razón, pero vendía de todo, hasta barcos llenos de guantes”. Francisco Umbral, 1999. Premio Cervantes de Literatura.• “Juan March es el millonario contrabandista que fue cargador del muelle en el puerto de Palma de Mallorca y el hombre más inteligente de España”. Niceto Alcalá-Zamora Torres, 1932. Presidente de la República 1931/1936.• “Ahora se tiene la persuasión de que Juan March es un trapisondista, pero extremadamente hábil. Cien ojos están escudriñando su historia, y aún no le han probado ningún delito”. Manuel Azaña Díaz, 1932. Jefe del Gobierno, Presidente República 1931/1939.• “Don Juan March, como todas las personas inteligentes, no era desconfiado porque tenía la virtud de adivinar en quién podía confiar; y a aquéllos en los que no confiaba, no los quería a su lado. Por lo menos en los años en que le traté no creo que nadie le hubiera traicionado. Con una sola excepción: Franco”. Gabriel Alomar, 1986. Urbanista, arquitecto e historiador.• “Yo no he tenido más remedio que sucumbir a la coacción que sobre mí ha tenido el Sr. March”. Mariano Gual de Togores, 1929. Conde de Ayamans.• “Con su habilidad y su dinero, March es un elemento peligroso. En una ocasión Jaime Carner, ministro de Hacienda en el segundo gobierno de Azaña, ha dicho que «o la República termina con March, o March termina con la República». Como la República no termina con él, será March dentro de unos años -1936- quien contribuya en no escasa medida a la muerte de la República”. Eduardo de Guzmán, 1978. Redactor de La Tierra.• “El principal contacto en el medio hispánico era Juan March. Fue Juan March quien puso por primera vez al Servicio Secreto tras las huellas de Canaris. También fue Juan March quien aconsejó sobre los lazos que debían establecerse con el general Von Kleist, del alto comando alemán, el malogrado barón Von Thyssen, industrial y Beigbeder, alto comisionado español en Marruecos”. Richard Deacon, 1972. Historiador.• “Muchos cientos de miles de años han debido transcurrir para que un ser vivo naciera sobre la tierra, y algunos menos antes de que el hombre adoptara la postura erguida. ¿Pero cuántos años habrá necesitado la humanidad para producir un pirata? ¿qué caracteres ya existentes en otros hombres influyeron en el proceso de maduración del cual resultó Juan March?”. Manuel Domínguez Benavides, 1934. Autor de ‘El último pirata del Mediterráneo’.• “Juan March Ordinas fue una especie de Laureano Oubiña pero en listo”. Juan Carlos Escudier, 2004. Director adjunto de El Confidencial.• “Juan March, trabajando en un campo lo suficientemente amplio como para permitirle ganar bastante para financiar una guerra civil a gran escala, simplemente no reconocía las convenciones. Completamente cínico, sin ningún escrúpulo y completamente egoísta, él fue el moderno pirata que no infringe la ley sino que simplemente la ignora”. Frank Jellinek, 1938. Escritor y Periodista.• “Todos estaban supeditados a March, parecía un señor feudal”. Gabriel Juan i Mas, 2004. Presidente de las sociedades adheridas a UGT en Alaró.• “Ahora está muerto, y nadie podrá pensar que mi elogio oculta un saco repleto de miles de pesos, pero la verdad es que Juan March tuvo un gesto de gran valor con los obreros al hacer la donación de la Casa del Pueblo”. Ignasi Ferretjans, 1986. Presidente de la Casa del Pueblo y de la UGT.• “Juan March unas veces lucha abiertamente por los conservadores, otras subvenciona a los socialistas y les regala una casa del Pueblo, y otras se hace liberal albista, demostrando con esta alternativa la carencia de ideas distintas de los negocios”. La Vanguardia Balear, 1920.• “Hay personas que son fruto de una época y hay otras que, además, hacen época. Juan March, evidentemente, es de esta última clase de gente”. Antoni Mas i Fornés, 2003. Historiador.• “El sucio negocio del Rey en las acciones liberadas y en la construcción de mataderos como el de Badajoz y en la fabricación de chorizos de Riofrío, siempre del brazo de su socio March, el contrabandista”. R. Mogrovejo Fernández, 1944. Teniente Coronel de la República.• “Don Juan March nos cedió el sanatorio antituberculoso que él construía para niños a muy poca distancia de Palma, pero con una condición: si lo queríamos para adultos, como era el caso, la transformación correría por nuestra cuenta. Aceptamos, y mientras don Juan con la mano derecha firmaba la escritura de cesión, con la mano izquierda, y con mucho secreto, nos dio el dinero necesario para las obras. Y también hubo aquí otra condición; que esto último no se supiese”. José Alberto Palanca, 1962. Director General Sanidad.• “Juan March siempre supo que el precio del honor es muy elevado. Tanto que, siendo el hombre más rico de España, nunca fue capaz de pagarlo”. Alfonso Piñeiro, 1991. Autor de ‘Los March el precio de Honor’.• “El joven March hizo fortuna con el contrabando de tabaco sobornando a carabineros y guardias civiles”. Luís Rendueles, 2001. Redactor de Interviú.• “Juan March, «el último pirata del Mediterráneo», es uno de los personajes españoles más sobresalientes del siglo XX. Cuando murió en 1962, sólo había media docena de personas más ricas que él en todo el mundo”. Arturo Dixon, 1985. Autor de “Señor Monopolio”.• “Para mí el ejemplo de López Vázquez en «El jardín de las delicias» no era Franco nunca, era Juan March, el millonario español, que murió en accidente de automóvil en la antigua carretera de Madrid a La Coruña y todavía semiinconsciente lo llevaron al hospital, y lo único que dijo, y esto salió en los periódicos, fue: «Que hagan lo que quieran con mi cuerpo, pero que no me toquen la cabeza»”. Carlos Saura, 2002. Director de Cine.• “Con la muerte de don Juan March desaparece un poderoso multimillonario y «el hombre más misterioso del mundo»”. The Time, 1962.Los miembros de la familia de Juan March no son amigos de la publicidad. La nuera de don Juan March, María del Carmen Delgado Roses, dijo en 2003: “nosotros tenemos por norma en «la casa March», no salir en los periódicos, revistas ni por ningún sitio, porque tenemos la herencia de mi suegro. Él no salió más que cuando no pudo evitarlo. Nosotros actuamos igual, mis hijos y yo, de manera que nuestras noticias no son publicitarias”.Sus herederos fueron casi los únicos que hablaron de él con indulgencia. Rosa March Ordinas, su hermana, dijo: “en el fondo, mi hermano es como un niño. Debajo de su apariencia de hombre duro, en realidad se esconde el niño que tuvo que convertirse en hombre de forma prematura por la desgraciada muerte de nuestra madre”. El marido de esta, José Monjo Roca, declaró: “mi cuñado es tan pobre, tan pobre, tan pobre, que solamente tiene dinero”. Afirmación con la que parece estar de acuerdo Bartolomé March Servera, el hijo del magnate, para quien “en la vida hay cosas más importantes que amasar una fortuna”.Se sospecha que Bartolomé, fallecido en 1988, en realidad no era hijo de Juan March, sino fruto del amor clandestino entre la mujer de este y Rafael Grau, el hijo de su socio, que murió asesinado siete meses antes de nacer Bartolomé. Su padre solo le dejó en herencia la legítima, el 16% de su patrimonio.José Carlos March Delgado, nieto de Juan March, es miembro de la ejecutiva de la Comisión Trilateral. En 1970 dijo sobre su abuelo sin ruborizarse: “su vida y sus obras fueron un ejemplo constante e imperecedero de voluntad, exactitud, rectitud y amor a su patria. (…) Ojalá que muchos de los que le han criticado pudieran tomar ejemplo de los actos de su vida ejemplar de español”.Según la revista Tiempo (01-08-1988), “los herederos en tercera generación del legendario Juan March se han empeñado en multiplicar el patrimonio familiar. Poseen numerosas participaciones industriales y financieras y son uno de los grupos españoles más dinámicos, con intereses y excelentes relaciones en distintos países extranjeros. La fortuna de la familia March, una de las tres más importantes de España, crece más rápido que ninguna otra”. La Corporación Financiera Alba que preside Juan March (ex presidente del Banco Urquijo), es desde 1986 el holding que agrupa la mayor parte del poder empresarial y financiero de la dinastía familiar, que incluye importantes participaciones en la constructora ACS y Havas, en Acerinox, Prosegur, Carrefour, en numerosas multinacionales y, a través de la Banca March financian varios hoteles de lujo en Baleares y Canarias.El periodista Jesús Cacho Cortés decía en 2000 que “si el viejo Juan March levantara la cabeza, volvería corriendo a su tumba. Tantos esfuerzos para acumular una fortuna con el contrabando, tal peligroso ajetreo por el Mediterráneo, para acabar viendo a la tercera generación convertida en un apéndice de Polanco”.Los March siguen siendo en la España de hoy una de las familias elitistas de primer nivel. El escrito Miguel Janer Boet opinaba en 2003 que “los Albertos y los March han procurado siempre estar cerca del poder, pero desde la victoria del Partido Popular en 1996, no habían llevado a cabo operaciones de calado. Sus coqueteos durante años con el PSOE lastraban su credibilidad en el nuevo régimen político. Florentino Pérez se ha convertido en un peculiar sistema para blanquear reputaciones; la alianza ha permitido a los cuatro magnates volver a jugar en la primera división, aunque sea con los colores de otro equipo”.