La gran mayoría de los españoles nos despertamos el 10 de enero con una revelación sorprendente de la ministra de Sanidad Dolors Montserrat. ¡Hay pensiones de 100.000 euros!
La ministra había declarado el lunes 9 en una entrevista de Ràdio 4 que su ministerio estudia la posibilidad de subir el copago sanitario a los jubilados que ganen más de 18.000 euros “hasta los 100.000”. Según Monserrat, porque el actual copago es injusto porque “pagan lo mismo” por sus medicinas un pensionista que “ingrese 18.001 euros que otro que reciba 100.000”.
Hasta ahora siempre que se hablaba de las pensiones se nos decía que la pensión máxima del sistema rondaba los 2.500 euros en catorce pagas, unos 35.000 euros. Pero hoy la ministra ha abierto un nuevo mundo: ¡las pensiones de 100.000 euros!
Y a los españoles de a pie se nos ha quedado cara de “pasmaos”. Dolors Montserrat se tiene que explicar. ¿Quiénes son y cuántos los pensionistas que cobran pensiones de 100.000, cercanas a esa cantidad, incluso superiores? Y ¿cómo se benefician de las medicinas que pagamos todos los trabajadores españoles por un módico copago de 18 euros de jubilado mileurista?
Si son banqueros de los de las cláusulas suelo, de los que se han llevado el dinero de los costes de las hipotecas o beneficiarios del rescate bancario que pagamos todos los españoles. Y si cobran dos pensiones, la del Estado (máxima por supuesto) y la privada de sus fondos millonarios de pensiones. Siete consejeros del Banco Santander tenían en 2014 fondos para su retiro por valor de 144,6 millones de euros. Es solo por poner un ejemplo.
O altos ejecutivos de las empresas del Ibex-35 y otros monopolios, que se asignan millonarios fondos de pensiones con los multimillonarios beneficios conseguidos con las subidas de la luz, el agua, los carburantes, los teléfonos… ¿O son “Florentinos” o “Riveros” de las constructoras de las autopistas rescatadas? Medio centenar de altos consejeros del Ibex tienen reservados más de 313 millones de euros en fondos de jubilación. Con Florentino Pérez (ACS) a la cabeza, con un plan de pensiones corporativo de 35 millones de euros. Es otro ejemplo.
Y también señora ministra, ¿cuántos altos cargos, expresidentes de gobierno de comunidad o empresas públicas, consejeros o ministros cobran varias pensiones, públicas y privadas, de esos fondos de pensiones generosamente regados con dinero público o de los monopolios (eléctricos, por ejemplo) a los que prestan sus servicios?
¿Señora ministra, cuánto estaría dispuesta a subirles ahora el copago a todos estos cienmileuristas? ¿60 o 70 euros mensuales? Pero, al fin y al cabo, gracias ministra por descubrir a todos los españoles ese mundo de ultraprivilegiados “pensionistas” de 100.000 euros que se benefician de las medicinas que pagamos entre todos.
Porque sin quererlo ha puesto sobre la mesa un problema sangrante y reafirmado la necesidad de acabar con las políticas de recortes y empezar a aplicar las de redistribución de la riqueza.
Acabar con los copagos para la inmensa mayoría. Medicinas gratis para los pensionistas. Pero poner límites a la minoría de ultraprivilegiados 100.000 euristas y se acabe con sus privilegios cuando estaban en activo y cuando se retiran con sus millonarios fondos de pensiones. No al copago también para ellos, ¿por qué no han de pagar el cien por cien de las medicinas?