2017, Centenario de Octubre

Cuando tomamos, de verdad, el cielo por asalto

En este primer centenario de la Revolución de Octubre, van a intentar convencernos de que «el tiempo de las utopí­as revolucionarias ya ha pasado», y que la desaparición de la URSS es una prueba del «fracaso del comunismo».

Desde algunos sectores de la izquierda va a conmemorarse lo sucedido en 1917 como un pasado glorioso que hoy ya es imposible reproducir, afirmando que podemos aspirar a suavizar los efectos del capitalismo salvaje pero no a “cambiar el mundo de base”.

Comenzamos aquí una serie de artículos, que se prolongarán durante todo el año, centrados en la actualidad de las enseñanzas que, cien años después, la Revolución de Octubre nos plantea a todos los explotados y a los pueblos del mundo.

Quien mejor ha comprendido el significado profundo de la Revolución de Octubre ha sido uno de los representantes del gran capital financiero. En el año 2000, en el Foro de Davos -donde se reúnen anualmente la flor y nata de la gran burguesía mundial- se plantearon resolver un acertijo: ¿cuál había sido la mayor metedura de pata del siglo que terminaba?

Timothy Garton Ash, escritor y profesor en Oxford, dio una contundente respuesta. “Mi principal candidata a metedura de pata del siglo es la decisión del gobierno imperial alemán de conceder a Vladímir Ilich Uliánov (alias Lenin) un salvoconducto por tren a través de la Europa central ocupada por Alemania, de Zúrich a Finlandia, y desde allí, a la estación Finlandia en San Petersburgo, en 1917. Alemania calculaba que Lenin y sus camaradas sembrarían un caos mayor en Rusia, y quizá incluso consiguieran sacarla de la guerra, lo cual fue cierto. Eso no salvó a Alemania de la derrota . Y Alemania, como toda Europa y todo el mundo se pasó la mayor parte del siglo luchando contra las consecuencias. Fue el billete de tren más caro de la historia… Ampliemos los hechos: sin el triunfo de los bolcheviques en Rusia, no habría existido una Unión Soviética comunista, quizá tampoco un Hitler (en la medida en que el fascismo se puede entender como una reacción al comunismo, una cuestión muy discutida), ni una Europa del Este comunista, ni una guerra fría, ni los jemeres rojos, ni Cuba, ni la China comunista para que Mao metiera la pata, y que se enfrenta a nosotros hasta hoy… Bueno, quizá sí, o quizá no. Pero desde luego fue una metedura de pata de las que se llevan la palma, y la peor que se me puede ocurrir hoy”.

Los representantes de la gran burguesía mundial saben quiénes son sus principales enemigos. Reconocen que las revoluciones que han conseguido cuestionar y arrebatarles el poder han sido las que estaban guiadas por el marxismo y encabezadas por un partido comunista.

Tienen muy en cuenta el significado histórico de la Revolución de Octubre. Con ella el marxismo pasaba de ser teoría y sueños a ser una resplandeciente realidad. Abriendo una nueva época para toda la humanidad: la época del imperialismo agonizante y el avance de la Revolución Proletaria Mundial.

Los hechos lo confirman. Hoy los avances en la lucha de los pueblos aceleran el declive del hegemonismo norteamericano y achican cada vez más el espacio de dominación imperialista.

Por eso se empeñan en enterrar el marxismo, en propagar que no existe alternativa al capitalismo y que las revoluciones, como la de 1917, son como mucho una lección de historia de la que poco o nada podemos aprender.