El presidente argentino, el ultraderechista Javier Milei, que participaba en una caravana electoral junto a su hermana Karina Milei, y otros candidatos y dirigentes locales de La Libertad Avanza en una localidad del conurbano bonaerense, tuvo que salir a toda prisa tras ser apedreado por la multitud.
Podría ser una anécdota sin importancia, o la obra de elementos exaltados en una Argentina extremadamente polarizada, pero no lo es. Es una muestra más de la profunda cólera e indignación que recorre el país.
Tras decretar Milei -contra la mayoría del Congreso, usando los poderes extraordinarios que se otorgó al principio de su gobierno- recortes del 40-50% a la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) y otras políticas sociales a jubilados y sectores vulnerables, ha estallado un escabroso escándalo que implica justamente a ANDIS y a la hermana y máxima asesora del presidente, Karina Milei.
A primeros de agosto, se filtraron a algunos medios argentinos -Data Clave, Radio 10 y Página12- conversaciones grabadas entre Diego Spagnuolo -exdirector de ANDIS y abogado y amigo personal del presidente Javier Milei- y Karina Milei. Los audios revelan un sistema de coimas y sobornos en la compra de medicamentos para personas con discapacidad, involucrando a altos funcionarios del gobierno, entre ellos a la propia Karina, y a la farmacéutica Suizo Argentina.
Tras la filtración a la prensa, la policía realizó hasta 16 registros en los domicilios de Spagnuolo, en la sede de ANDIS y en la farmacéutica, encontrando cientos de miles de dólares y millones de pesos en sobres, así como máquinas de contar billetes. La Justicia incautó asimismo el móvil de Spagnuolo.
Entre el 3% y 4% de estos sobornos irían directamente a la mismísima Karina Milei, con un flujo mensual estimado entre 500.000 y 800.000 dólares.
En las grabaciones, Spagnuolo describe un sistema de sobornos donde se exigía a los proveedores de medicamentos que pagaran un 8% de retorno para garantizar contratos con Andis, intermediados por Suizo Argentina. Según Spagnuolo entre el 3% y 4% de estos sobornos irían directamente a la mismísima Karina Milei, con un flujo mensual estimado entre 500.000 y 800.000 dólares. Aunque el Spagnuolo afirma que el presidente no está directamente involucrado, se le acusa de conocer las maniobras y no haber actuado. “Javier, vos sabés que están choreando, que tu hermana está choreando”, afirma que le dijo.
La «hermanísima» Karina Milei no es la única implicada en los altos niveles del gobierno ultra. Este cóctel de comisiones y nepotismo tiene el doble de salsa al incluir también a dos familiares del expresidente -y también famoso por sus casos de corrupción- Carlos Menem: su hermano el diputado Eduardo «Lule» Menem, subsecretario de Gestión, y el hijo del último, Martín Menem, que es ni más ni menos que el presidente de la Cámara de Diputados.
