Arde Notre Dame. Una columna de humo y fuego devora la catedral gótica, símbolo de la ciudad y de la historia del arte, escenario de uno de la mayores historias de amor romántico.
Notre Dame es símbolo e historia de una nación. En Notre Dame se coronó Napoleón, se celebraron los funerales de Estado de los presidentes De Gaulle, Pompidou o Mitterrand y de las víctimas de los atentados del 13 de noviembre de 2016 y en Notre Dame se celebró una misa con motivo de la liberación de París, el 26 de agosto de 1944.
El incendio se extendió a gran velocidad sorprendiendo a la ciudad y a sus guardianes las gárgolas. El incendio parece haber comenzado en el lugar donde se habían instalado unos andamios en el techo del edificio para las obras de restauración de la aguja central del templo.
La aguja de la catedral parisina, que llegaba a los 93 metros de altura, se derrumbó devorada por las llamas, protagonizado una de las imágenes más impactantes de la jornada.
Los bomberos de París luchan contra el fuego. Las dos torres del monumento «han resistido» a pesar de que el interior del atrio «está destrozado» y el techo ha caído completamente. La prioridad se centra ahora en salvar las obras de arte de su interior.
El incendio de la catedral es un duro golpe para Francia. Notre Dame es también símbolo e historia de una nación. En Notre Dame se coronó Napoleón, se celebraron los funerales de Estado de los presidentes De Gaulle, Pompidou o Mitterrand y de las víctimas de los atentados del 13 de noviembre de 2016 y en Notre Dame se celebró una misa con motivo de la liberación de París, el 26 de agosto de 1944. Las imágenes han conmocionado al mundo, y es que Notre Dame forma parte del imaginario colectivo. Éric Moulin-Beaufort, presidente de la conferencia de obispos de Francia, declaraba: “Notre-Dame está en nuestro paisaje interior, como una especie de evidencia. Es una parte de nuestra carne que está dañada. Es muy conmovedor sentir este movimiento universal de emoción, de tristeza. Sin embargo, nada en esta tierra está hecho para durar para siempre. Todas las catedrales tienen las cicatrices de la historia”.