Cervantes dedica a Barcelona el más bello elogio que jamás escritor alguno dedicó a una ciudad: es el famoso «archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros…».
Pues ayer no fue ni una cosa ni la otra. El gran cervantista Jean Canavaggio había venido de París para dar una conferencia en el Aula Magna de la Universidad de Barcelona, y unos energúmenos intolerantes la boicotearon con sus silbatos, sirenas, altavoces, golpes en las puertas de emergencia…
Hasta que el Rector, en vez de llamar a los mossos para proteger a los asistentes, nos pidió a nosotros que nos fuésemos ¡para que no hubiese problemas de orden! Y tuvimos que cortar la charla y salir entre amenazantes gritos de «¡Vosotros, fascistas, sois los terroristas!». Se ve que Cervantes no encaja en el proyecto de descastellanizar Cataluña. «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos». Y en la UB no hemos tenido libertad.