Banqueros, gobierno y medios de comunicación se muestran exultantes porque en las pruebas de estrés realizadas al sistema financiero europeo, la banca española aprueba con nota el examen. Dejando ahora de lado el problema de hasta qué punto se han rebajado las exigencias para maquillar la situación real y conceder un aprobado casi general, la cuestión es: ¿cómo es posible que la banca española saque tan buena nota en medio de una economía que en todas sus demás asignaturas (paro, consumo, actividad empresarial, finanzas públicas, endeudamiento privado,…) saca un muy deficiente?
¿En dónde reside el truco? Un rescate saludable El truco consiste, en rimer lugar, en el plan de rescate que Zapatero puso a disposición de la banca inmediatamente después de la caída de Lehman Brothers. Según las cuentas oficiales, el dinero público que el gobierno Zapatero ha entregado a bancos y cajas en forma de inyecciones de capital, préstamos, avales y garantías asciende a más de 36.000 millones de euros (más de 6 billones de las antiguas pesetas) desde que en octubre de 2008 se aprobó el primer rescate bancario hasta la reciente aprobación del fondo para la fusión y el rescate de las cajas. Volumen de dinero que –en el mejor de los casos, pues otras fuentes hablan de 63.000 millones de euros o de hasta 110.000 concedidos a la banca– es el equivalente a congelar las pensiones durante los próximos 24 años o a recortar un 5% el sueldo a los funcionarios durante nueve años consecutivos. Dinero que es público y que, por tanto, nos pertenece a todos. Pero de muy distinta manera. Mientras bancos y cajas han podido disponer de él para tapar agujeros, cubrir deudas y seguir obteniendo beneficios escandalosos, la parte que nos toca a nosotros es bien distinta. Al haberse recaudado ese dinero en los mercados de capitales en forma de deuda publica, ahora es a la mayoría de la población a la que nos toca devolverlo, en forma de impuestos, tasas y arbitrios. La segunda parte del truco consiste en pedir dinero prestado al Banco Central Europeo, es decir, tomar dinero prestado de los ahorradores europeos, incluidos los españoles (pues a fin de cuentas las reservas del BCE están formadas por el 2% de depósitos que todos los bancos europeos tienen la obligación de mantener en él), por el que nos pagan un interés del 1%. Una vez en sus manos, ese mismo dinero es utilizado por los bancos para comprar deuda pública española, es decir, para prestárnoslo a los contribuyentes. Sólo que ahora ese dinero (que, no lo olvidemos, es nuestro) nos lo cobrarán a un 5,2% de intereses. Nos pagan nuestro dinero al 1% y nos lo cobran al 5,2%. Con un negocio así, ¿cómo no iban a tener la mayoría una salud aceptable? Los recortes por llegar Y mientras la banca “recupera” su salud y saca buenas notas gracias al expolio a que someten a la mayoría de la población, a nosotros ya nos han anunciado que los primeros pasos aplicados por el gobierno en sus planes de ajuste, recortes y rebajas salariales son sólo eso, los primeros pasos. Aunque si hacemos un recuento de todos ellos podríamos comprobar como su objetivo principal de rebajar un 25% de nuestros salarios y rentas ha recorrido ya, al menos, una tercera parte de su recorrido. Además del 5% de la rebaja en los sueldos de los funcionarios, más de 12 millones de trabajadores del sector privado van a ver rebajado directamente su salario real este año al haberse fijado en la negociación colectiva un tope del 1% en la subida salarial, cuando la inflación del mes de junio supera ya el 1,5% y las previsiones para final de año hablan de una subida del IPC del 2,3%, incluyendo la subida del IVA del 16 al 18% iniciada el primero de este mes. Con los trabajadores con contrato temporal, por su parte, la rebaja es todavía más drástica, ¿cuántos casos no conocemos que al finalizar el contrato se les ofrece la renovación pero cobrando un 15 o un 20% de salario menos, amenazando con el ejército de reserva de los 4,5 millones de parados para ocupa el puesto? Si a los funcionarios les han recortado 4.000 millones de euros de sus salarios, ¿cuánto nos han rebajado ya al resto de trabajadores por estas vías? Y el año que viene, con la reforma laboral actualmente en discusión, las rebajas serán todavía mucho mayores, al poder descolgarse cualquier empresa del convenio firmado a nivel sectorial. Y como anunció el presidente de la CEOE, “hay sectores empresariales que necesitan rebajas salariales mucho mayores al 5% de los funcionarios”. Los pensionistas a los que se va a congelar la pensión, sufrirán de inmediato un recorte de al menos el 2% en el poder adquisitivo de sus rentas. Si a ello le sumamos las subidas en servicios básicos como luz, gas, agua, transporte, etc, ¿a cuánto no ascenderá la rebaja de sus rentas a final de año? Y a los futuros pensionistas que no sólo se nos va a retrasar 2 o 5 años la edad de jubilación, sino que se nos va ampliar en 15 o 20 años el período para calcular la cuantía de la pensión, ¿en cuánto nos la quieren dejar si ya hoy las pensiones de 400, 500 o 600 euros son moneda corriente? ¡Tenemos que ganar! Aunque pueda dar la falsa impresión de que la batalla política ha quedado aplazada hasta después de agosto, la realidad es que a medida que se acerca el 29-S adquiere más importancia aprovechar hasta el último día de la semana, hasta la última hora del día para sumar nuevas fuerzas. La experiencia de la iniciativa ciudadana organizada por el Movimiento de Unidad Popular contra la Crisis de convocar concentraciones unitarias y silenciosas en los puntos más céntricos de cada ciudad los viernes por la tarde, refleja que la temperatura política de amplios sectores de la sociedad es muy alta, en ocasiones casi febril. El éxito que está teniendo su consolidación (durante seis semanas consecutivas) y su extensión, empezaron nueve ciudades y ahora ya son 36, un crecimiento del 400% en apenas mes y medio, son un excelente termómetro para medirla. A medida que más gente y más ciudades y pueblos se suman a las concentraciones, nuevas y cualitativas iniciativas se ponen en marcha. Las pasadas semanas hablábamos de su repercusión en los medios de comunicación locales y la elaboración de un manifiesto público del Movimiento de Unidad Popular contra la Crisis como medios para recabar y activar muchos más apoyos, lo que al mismo tiempo ha permitido a las concentraciones dar un salto también, haciéndose activas y activando a su vez a los compañeros que acuden a ellas. La publicación esta semana de una hoja informativa, “Los Viernes por la Huelga”, es un nuevo salto que además de dar conciencia de cómo cada uno de los asistentes participa en un movimiento ciudadano de alcance nacional, en el que el mismo día y a la misma hora decenas de otras concentraciones se están realizando en toda la geografía española, permite al movimiento extender mucho más ampliamente sus convocatorias, difundir más lejos y entre más gente la alternativa de la necesidad de unir al 90% de la población en la batalla de la huelga general del 29-S y el contenido del programa reivindicativo con el que hay que participar en la huelga para conseguir que sea un éxito. Lo dijimos la semana pasada y no nos cansaremos de repetirlo: a medida que Washington y Berlín instan al gobierno a acelerar los recortes y se acerca la jornada del 29-S, la consigna que debe abrirse paso entre el 90% de la población es ¡a ganar la Huelga General! ¡A ganar! es la consigna del momento. Y sumar nuevas fuerzas para ampliar y extender las concentraciones del Movimiento de Unidad Popular contra la crisis, recoger miles de firmas en apoyo a su manifiesto y empezar ya a organizar la huelga en fábricas y centros de trabajo, en barrios y pueblos. Estas son las tareas cruciales de ahora mismo.