Obama aterrizó en España en la base militar norteamericana de Torrejón. Y abandonó nuestro país desde la base, también norteamericana, de Rota. Los líderes del PSOE, Podemos y Ciudadanos tuvieron que acudir a las instalaciones militares de Torrejón para poder entrevistarse, apenas entre cinco y diez minutos, con el presidente estadounidense. En la alta diplomacia las formas hablan mucho más que las palabras. Y las de la visita de Obama han sido contundentes y esclarecedoras.
No es casual que las bases militares yanquis en España ocuparan un papel tan relevante, exhibido públicamente.
La base de Rota es una de las sedes del escudo antimisiles, el proyecto estrella de la era Bush, y cuya autorización, ya bajo la presidencia de Obama, fue el último decreto que Zapatero firmó como presidente del gobierno.
La de Torrejón alberga el bunker más seguro que existe en España, y que no protege ni al Rey ni al presidente del gobierno, sino a las instalaciones de la OTAN. «Obama ha venido para apretar todavía más las cadenas que nos unen a los planes militares norteamericanos»
Obama ha venido para apretar todavía más las cadenas que nos unen a los planes militares norteamericanos. Exigiéndonos que aumentemos nuestra contribución a la OTAN, sacando el dinero de recortar en sanidad o educación. O reclamando que participemos en primera línea en sus operaciones militares.
Pero también ha aprovechado su visita para apretar un poco más la soga de los recortes, felicitando a Rajoy por su política económica y apoyando la necesidad de nuevas reformas -es decir recortes-.
No dijo una sola palabra sobre la formación del nuevo gobierno en España… pero lo dejó todo muy claro. Bendiciendo a Rajoy con la única foto oficial con un líder político, y relegando a Pedro Sánchez a un brevísimo saludo en la base de Torrejón.
Pocas veces 24 horas -no se prolongó mucho más la visita de Obama a España- han dado para tanto. En ellas el presidente norteamericano reiteró que “sea cual sea el gobierno España seguirá siendo un aliado sólido”. Es decir, que aceptar el dominio norteamericano debe ser una “regla de oro” que todas las fuerzas que quieran participar en el nuevo modelo político deben acatar.
El 20-D y el 26-J una mayoría de votos apostaron por un cambio. Obama ha venido precisamente para multiplicar la continuidad en uno de sus puntos más fuertes: el sometimiento de España a los mandatos y dictados de la superpotencia norteamericana.