La cumbre de la OTAN en Madrid se celebra cuando la guerra ha vuelto al corazón de Europa desatada por la invasión rusa de Ucrania. Una guerra que es responsabilidad exclusivamente de Putin y los oligarcas que le apoyan, y que pone en peligro la Paz mundial. La invasión imperialista de Ucrania ya ha provocado miles de víctimas militares, pero sobre todo civiles, y la mayor crisis humanitaria desde la Segunda guerra Mundial con más de 6 millones de ucranianos, especialmente mujeres y niños, obligados a abandonar su país, y 8 millones de desplazados internos.
En este marco consideramos que la Alianza Atlántica y la política de bloques militares no obedece a los intereses de Europa, de los pueblos y de nuestro país. Rechazamos la pertenencia de nuestro país a la OTAN y cuanto menos consideramos que deben cumplirse las TRES condiciones del Referéndum que se celebró hace 40 años.
- Que España no ingresara en la estructura militar de la OTAN.
- La reducción progresiva de las bases norteamericanas.
- Y la prohibición de almacenar armamento nuclear.
Cuarenta años después, no solo se ha incumplido lo aprobado sino que estamos en la estructura militar de la OTAN, y por las bases de Rota y Morón circulan habitualmente los buques de la VI Flota y aviones con armas nucleares.
La ampliación de la OTAN no es el camino. Rechazamos que Estados Unidos utilice la espiral de tensión provocada por la invasión de Ucrania para encuadrar aún más a los países europeos, España entre ellos. La seguridad de Europa, frente a la escalada de las agresiones imperialistas de Moscú, no va a venir de un reforzamiento de la presencia militar norteamericana.
Por eso rechazamos además duplicar hasta el 2% del PIB los gastos militares, que supone un incremento del presupuesto que va a recaer sobre la espalda de los sectores populares que sufrimos la crisis.
Igualmente defendemos que España sea un factor de paz y practicar una neutralidad activa. Aprovechando el rechazo al horror de Putin, EEUU se presenta como “salvaguarda de la paz”, sin embargo conocemos el rastro de invasiones impulsadas por Washington. EEUU es la mayor fuente de guerra y agresión del planeta. Aunque ahora no esté bombardeando Ucrania, Washington sí está detrás de la ocupación israelí en Palestina o de los ataques de Arabia Saudí en Yemen.
Por otra parte, la invasión de Ucrania es una guerra de agresión imperialista a un país soberano. La Rusia de Putin no invade Ucrania para defender sus fronteras, tiene un proyecto imperialista: someter bajo su control a la mayor parte de las antiguas repúblicas exsoviéticas.
Quienes justifican la invasión de las tropas del Kremlin ocultan su naturaleza imperialista y están justificando todas las agresiones e invasiones imperialistas que se han cometido en nombre de la lucha contra el terrorismo y la defensa de la “democracia” -al igual que hoy hace Putin- desde Irak a Afganistán. Debajo de cada una de estas agresiones imperialistas hay un país invadido y un pueblo que se defiende y lucha por su independencia.
Defendemos una salida diplomática, pero el deseo de paz, que todos compartimos, no puede ir en contra de la justa lucha del pueblo invadido. Por ello, apoyamos las iniciativas que contribuyan a proteger a la población civil y a la legítima defensa de Ucrania, incluyendo el envío de armas que ellos mismos demandan. Así como la ayuda humanitaria, la acogida de refugiados, y las sanciones económicas que contribuyan a detener la invasión.
Al igual que denunciamos la invasión rusa, defendemos una España independiente y fuera de la OTAN. Una España que defienda que la UE tenga una voz propia, autónoma de EEUU, que sirve al cese de la agresión y a la paz en la región.