Félix Rodríguez de la Fuente, con su obra, tenía el propósito, dicho con sus propias palabras, de «crear una nueva conciencia, de inculcar en las nuevas generaciones un respeto profundo hacia la naturaleza, de enseñar a los niños, y en los colegios, que si atentan contra la integridad del planeta atentan contra su propia vida y contra la de sus descendientes». Un propósito que sigue llevando adelante la Fundación que lleva su nombre, creada en 2004 y dirigida por su hija Odile.
Su obra rincipal, “El Hombre y la Tierra”, es un referente a nivel mundial dentro de las series documentales sobre naturaleza, un trabajo a contracorriente en la divulgación científica, en cualquiera de las tres ediciones creadas: la venezolana, la ibérica y la canadiense. La sintonía de la serie es un clásico dentro de la televisión española, y, aunque no le faltaron detractores, el valor y la riqueza de su contenido no deja lugar a dudas.Múltiples premios nacionales e internacionales otorgados tanto en vida como póstumamente, y reconocimientos en todos los rincones de España dan fe del alto valor otorgado por los españoles y el mundo entero al Dr. Rodríguez de la Fuente, tanto en vida como después de casi 30 años de su muerte en Alaska, rodando un reportaje sobre el Iditarod. Se trata del personaje público con la mayor nota obtenida jamás a nivel nacional.El homenaje más reciente a tan prestigioso investigador es la película española de animación “El Lince Perdido”, estrenada las pasadas navidades en las salas de cine españolas, cuyo personaje principal, un lince llamado Félix, es un guiño a su figura, además de la sintonía de la serie “El Hombre y la Tierra” y un retrato suyo en la película.