El Relator de la ONU denuncia la pobreza generalizada que hay en España

Alston: “Los niveles de pobreza en España reflejan una decisión política”

“Siendo un país rico, España vive en la pobreza generalizada”. En esta afirmación está resumida el informe que ha sobre la pobreza en España ha elaborado el Relator de la ONU, el australiano Philip Alston, tras su visita a nuestro país. Un certero diagnóstico que es consecuencia del despiadado saqueo contra el 90% que bancos y monopolios, tanto nacionales como extranjeros, llevan organizando durante una década -a través de políticas de recortes dictadas desde la banca, los monopolios, el FMI, la Comisión Europea o el BCE- y que ha lanzado a amplias capas de la población bajo el umbral de la miseria.

Cristina Pérez

Desde el 27 de enero, Philip Alston ha estado de gira por nuestro país, una visita de varias semanas que le ha llevado a recorrer Madrid, Galicia, Monfero, País Vasco, Villafranca de los Barros (Extremadura), Sevilla, Lepe, Barcelona y de vuelta a Madrid visitando la Cañada Real. Toda una vuelta donde ha centrado la atención en los barrios más pobres del país. “He visto barrios más pobres que un campo de refugiados”, hacía referencia el Relator, pero que también ha recogido números y estadísticas de la población de manera más generalizada.

Según el Relator de la ONU, España es un país con “un porcentaje inusual de población que vive al límite y tienen dificultades para sobrevivir”. Los números que cita son demoledores: en 2018, un cuarto de la población española (26’1%) estaban en situación de pobreza o exclusión social, situación que se agrava en caso de los niños (29’5%). Más de la mitad de la población, el 55%, ha experimentado cierta dificultad para llegar a final de mes y el 5’4% sufrió privación material severa. Además, la tasa de desempleo es del 13’78%, más del doble que la media de la UE. Y en el caso de los jóvenes menores de 25 años, llega al 30%, es decir, casi uno de cada tres jóvenes.

Por supuesto, para el Relator de la ONU, hay un gran ganador de toda esta situación. Los ricos y las empresas monopolísticas: “los niveles de pobreza en España reflejan una decisión política. Esa decisión política ha sido hecha durante la última década. Quiero resaltar el hecho de que entre 2007 y 2017, los ingresos del 1% más rico crecieron un 24% mientras que para el 90% restante subieron menos de un 2%”. 

Añadiendo que “la recuperación después de la recesión ha dejado a muchos atrás, con políticas económicas que benefician a las empresas y a los ricos, mientras que los grupos menos privilegiados han de lidiar con servicios públicos fragmentados que sufrieron serios recortes después de 2008 y nunca se restauraron».

El Relator ha dado en el clavo. Todo ello es fruto de decisiones políticas, y tiene responsables. Pero estas decisiones políticas no vinieron solo desde la Moncloa, sino desde el exterior. Fue Obama quien ordenó recortar las pensiones. Fue Merkel quien ordenó que se cambiara la Constitución para que se prime el pago de la deuda a cualquier otro gasto social. Fue la UE y el FMI quienes ordenaron la reforma laboral, y quienes exigen ahora que no se toque ni un milímetro de ésta. La pobreza y la desigualdad no caen del cielo, tienen responsables, millones de perjudicados y unos pocos, muy pocos beneficiados.