SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Alemania ataca de nuevo

Alemania, por lo visto, ataca de nuevo. Ese informe que se ha publicado del Gobierno de Angela Merkel pone los pelos de punta, porque cuando Alemania se propone algo, lo consigue. Y lo que propone ahora –siempre en bien de la economía europea– es que los países del Sur suframos todavía un poco más la austeridad. Y, en el caso español, que acompañemos esa austeridad con un nuevo ajuste de reforma laboral. Todo lo hecho y sufrido hasta ahora les parece poco y seguimos teniendo rigideces. Por la misma razón, todo lo dicho hasta ahora sobre estímulos, todo lo hablado por Hollande y Letta, todo lo acariciado por Rajoy, todo lo soñado por los ciudadanos, ha sido literatura vacía y estéril. Nos ha dado unos cuantos titulares, pero ningún fruto. Alemania es un muro.

Dicho lo cual, alguien miente aquí. O miente Rajoy cuando asegura que la senda de la recuperación ya es transitable, o mienten los ministros que aseguran que ya no habrá más recortes, o mienten los autores del informe alemán. Y en cuanto a los ajustes que todavía nos pueden imponer, expreso una opinión personal. Es evidente que, si no hay crecimiento a corto plazo, habrá que recortar servicios si se quiere alcanzar el nivel de déficit previsto. Habrá que hacerlo, porque los ingresos no crecen y lo ahorrado en intereses por la deuda no da ni para compensar el crecimiento de las pensiones. Pero cuidado con más reforma laboral.

Más facilidades en el despido podrán tener magníficos resultados en un futuro incierto. Pero en un país con tantas dificultades en las empresas, con sectores paralizados, con un consumo en pendiente de caída y sin inversiones, facilitar el despido crea paro, no empleo. Podrá decir el Gobierno que, con la reforma ahora vigente, se han cambiado un millón de despidos por reducciones de jornada o de salarios. No tengo datos para discutírselo. Pero a esos acuerdos se puede llegar igual sin necesidad de ese mantra de “flexibilizar el mercado de trabajo”. Si nos exigen una nueva vuelta de tuerca, a lo mejor nuestros nietos llegan a ver esos fabulosos beneficios que anuncian. Pero antes se habrá empobrecido más al país y se habrá puesto en peligro la paz social.