FAGOR-Electrodomésticos tiene reconocida oficialmente una deuda de casi 279 millones de euros con proveedores (según la CMNV). La deuda actual total ronda los 1.300 millones de euros. El declive viene de lejos. En 2007 llegó a contar con 9.402 trabajadores, el doble que actualmente, pero la crisis le ha afectado duramente y desde 2007, las ventas han bajado un 32%. La Corporación Mondragón tuvo que aprobar, en mayo de 2013, un fondo de reestructuración y empleo de 70 millones, una rebaja salarial de casi el 6,5 % y la renuncia a la paga extraordinaria de verano.
Este plan de viabilidad –que no se aplicó en su totalidad- solo sirvió para tapar deudas. Un nuevo intento, que incluía mayor ajuste de personal, no convenció a los directivos de mayor peso en el grupo y decidieron no dedicar más dinero, ni aplicar ningún plan de viabilidad a FAGOR-Electrodomésticos.
A partir de octubre de 2013 empezó la debacle.
Desde principios de noviembre de 2013, los trabajadores de EDESA en Basauri, junto con FAGOR-Confort de Bergara, defendieron la viabilidad de la empresa y, para hacer presión y no se perdieran en la espiral de confusión, decidieron encerrarse en la fábrica y allí siguen.
Los portavoces de los 350 trabajadores de estas fábricas denuncian que no se les trate como al resto de trabajadores: “Somos todos iguales, pero en la práctica no lo somos porque nosotros cotizamos al Régimen General. Las recolocaciones se están haciendo a costa de despedir a trabajadores eventuales, con lo cual se están disminuyendo empleos”. La diferencia de trato es para los que, como los de EDESA, cotizan al Régimen General de la Seguridad Social, mientras el resto lo hace a Lagun Aro, la aseguradora de la Corporación.
“¡Si se puede, no se quiere!”
Bajo este lema marcharon el domingo 2 de febrero recorriendo las calles de Basauri, en defensa del plan de viabilidad que los propios trabajadores presentaron a finales de diciembre pasado, realizado por exdirectivos de FAGOR y los propios trabajadores de EDESA, el cual plantea el mantenimiento de las plantas de Basauri y Bergara, con una aportación de más de 20 millones de euros procedentes de ayudas. Por un lado, el Gobierno Vasco -recordando cómo en Francia las administraciones inyectarán 10 millones a la filial francesa ( FAGOR- BRANDT)- que debería aportar 5 millones, las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, 3 y 2 millones, respectivamente. Por otro la Corporación Mondragón y las entidades, Kutxabank y Laboral Kutxa que aportarían el resto.«Estamos perdiendo tiempo, clientes y mercado, por muy viable que sea el proyecto si pasa el tiempo, lo dejamos morir»
El plan prevé entrar en beneficios en 2015, tras un déficit este año de poco más de 500.000 euros. La plantilla se reduciría de 350 a 250 y la fabricación se centraría en fabricar termos, calentadores e interacumuladores, la producción que se hacía en las dos plantas.
En la marcha del 2 de febrero los trabajadores leyeron un comunicado apremiando al Grupo Mondragón a que actúe. “No sería entendible que un plan que ha sido apoyado por Gobierno Vasco, las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa y la mayor parte del arco parlamentario, no fuese respaldado por su propia matriz”. Y daban un plazo: “El 10 de febrero ya no hay proyecto porque se nos va de las manos. Estamos perdiendo tiempo, clientes y mercado, por muy viable que sea el proyecto si pasa el tiempo, lo dejamos morir”. “Lo que necesitamos urgentemente es una entrada de dinero que arrancaría con el sí de la Corporación”. “También que el gobierno vasco se pongan a la tarea de ser efectivos, en este caso y en el de todas las empresas que van muriendo en silencio… No queremos más palabras y brindis al sol”.
El tiempo se echa encima y las respuestas no llegan. ¿Qué está pasando?, ¿Por qué tanta demora para dar una respuesta desde el Grupo Mondragón? ¿Esperan a ser pasto de fondos buitres, los que compran empresas con problemas de gestión financiera pero no de negocio, para que la Corporación saque dinero que tape el agujero negro que tiene con EROSKI?
¿Cuándo se va a empezar una política económica en la que todos esos millones que se han dado a bancos y cajas se pongan al servicio de las empresas que tienen futuro y pelean por hacerlo realidad? ¿Cuándo una banca pública con las cajas y bancos rescatados que libere recursos para reindustrializar el país, modernizar el tejido productivo y romper con la dependencia del capital extranjero?
¿Esperar? El tiempo se acaba.