En un giro drástico, el gobierno español ha pasado de apoyar las resoluciones de la ONU, que exigen la celebración de un referéndum de autodeterminación, a respaldar la ocupación marroquí, bajo el subterfugio de considerar al Sáhara Occidental una autonomía dependiente de Rabat. Ante esta traición al pueblo saharaui y a la voluntad de la mayoría de la sociedad española, cientos de colectivos y asociaciones pro-saharauis en toda España se han movilizado.
¿Qué dicen los propios saharahuis de este giro por parte del gobierno español? Entrevistamos al representante del Frente Polisario en Euskadi, Mohamed Limam
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De repente, el Gobierno español ha dado un giro de 180 grados en su posición sobre el Sáhara, pasando de apoyar las resoluciones de la ONU que exigen un referéndum de autodeterminación a respaldar la ocupación marroquí, bajo el subterfugio de considerar al Sáhara Occidental una autonomía dependiente de Rabat. ¿Cómo habéis recibido estas declaraciones en el Frente Polisario?
La verdad, dicha sea de paso, es que los saharauis estamos curados de espanto, pero no deja de ser un volantazo equivocado, temerario, que nos ha pillado por sorpresa, como a todo el mundo. Hemos expresado nuestro malestar porque España no es EEUU, ni es Alemania, ni es un Estado más de la UE, estamos hablando de la potencia administradora del territorio, con todo lo que eso conlleva.
Se parte de una premisa falta, se da por sentado que Marruecos tiene soberanía, cuando ha ocupado de manera ilegal y militarmente un territorio que a día de hoy sigue siendo territorio no autónomo, una manera eufemística de decir “colonia”. Los Estados se pueden desligar de sus derechos, pero no de sus responsabilidades. España seguirá siendo responsable de todo lo que acontezca en ese territorio hasta que el pueblo saharaui ejerza su derecho inalienable a su autodeterminación e independencia.
Hace menos de un año se votó y salió en el Senado que este tema es política de Estado, y que para tomar cualquier posición haría falta consenso. Es una decisión que se tomó a espaldas del socio del equipo de Gobierno, Podemos, y del principal partido de la oposición, y va a tener poco recorrido, porque estamos a la espera de que el Tribunal de Justicia de la UE, para finales de año, dicte una sentencia firme. Ya el Tribunal General, el pasado 29 de noviembre, dictó dos sentencias a favor de los recursos de nulidad presentados por el Frente Polisario contra el acuerdo de pesca y de libre comercio que incluyen los territorios del Sáhara occidental, en los que dijo de manera resumida, que los recursos del Sáhara no se pueden explotar sin el consentimiento del pueblo saharaui, cuyo representante único y legítimo es el Frente Polisario, quien puede tomar acciones legales contra cualquier empresa que ose explotar esos recursos ante cualquier tribunal de los Estados miembros. Si no llega a ser porque España y Francia animaron al Consejo de la UE a recurrir, ya tendríamos una sentencia.
«Agradecemos el apoyo al pueblo español y a las fuerzas políticas y sindicales. Nos hemos sentido arropados.»
El Gobierno español afirma que su posición sigue “las resoluciones de la ONU” cuando la ONU apoya la celebración de un referéndum de autodeterminación y la mayoría social progresista de España apoya la causa saharaui. Esta posición choca con varios frentes. ¿Qué responsabilidad tiene nuestro país respecto al Sáhara, qué posición debería defender Pedro Sánchez?
No pedimos más que esa posición se ajuste a la legalidad internacional. España es miembro del grupo de Amigos del Sáhara Occidental, dentro del Consejo de Seguridad, y con esta decisión se autoexcluyen y pierde la confianza del pueblo saharaui. El Gobierno de España se ha puesto en una difícil tesitura, ha tratado malamente de recomponer una relación para abrir otro frente con los saharauis y los argelinos. Argelia llamó con efecto inmediato a su embajador, y es el país proveedor del 50% del gas que se consume en España. El momento escogido es el menos oportuno para ello. Ha sacrificado al pueblo saharaui a cambio de nada, Marruecos no ha renunciado, ni un ápice, a su voracidad territorial, sigue reivindicando Ceuta y Melilla, sigue detrás de las olas de emigración ilegal, del tráfico de estupefacientes. Marruecos es el mayor productor de cannabis según la ONU, a pesar de la enorme cantidad de recursos que recibe de la UE para hacer de gendarme en el Norte de África. A lo largo de todos estos años, desde el gobierno de Felipe González se nos dieron compromisos nunca cumplidos. España tiene una responsabilidad ética, jurídica e histórica con el pueblo saharaui. Está dando cobertura a una ocupación ilegal y militar, estamos hablando de una descolonización inconclusa y no se puede desligar de esta manera. Será responsable de la suerte que corran nuestros activistas y nuestros hermanos y hermanas de los territorios ocupados.
Es una decisión de poco recorrido, los saharauis hemos visto que hay un consenso sobre el tema, las concentraciones que ha habido en Euskadi, en Madrid, y a lo largo y ancho de las comunidades, es la mayor prueba de ello. Se han quedado solos. Importantes voces del PSOE, como es la presidenta de Baleares y el presidente de Canarias, se han desmarcado de la posición tomada, de manera muy opaca, por parte de Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores.
¿Por qué creéis que precisamente ahora el Gobierno español da un volantazo respecto al Sáhara? ¿Qué motivos hay detrás?
Los saharauis tenemos al español como un componente más de nuestra identidad nacional. No encontramos ninguna explicación racional a qué tiene Marruecos que ofrecer que no tenga un estado saharaui libre e independiente, si a fin de cuentas lo que están ofreciendo son los recursos del pueblo saharaui. Lo que esperamos los saharauis es una democracia, y una zona tan estratégica para Europa como es el norte de África debería llevarse una diplomacia más proactiva que garantice la paz y la estabilidad en esta zona. Si la primera traición al pueblo saharaui se puedo achacar al franquismo, a estas alturas ya no se puede explicar una segunda traición. ¿Qué gana España con todo esto? El mismo Borrell ha dicho que España se puede decantar por una de las opciones, pero lo que no se puede es enfrentar a las resoluciones de la ONU. ¿Cómo dices que apoyas que el Sáhara sea una autonomía marroquí como la más seria y fiable de las soluciones de este conflicto y a su vez dices que apoyas las resoluciones de la ONU?
«Los saharauis tenemos al español como un componente más de nuestra identidad nacional. Esperamos una rectificación del Gobierno»
Detrás de esta decisión están EEUU y potencias europeas como Francia y Alemania, quienes también respaldan a Marruecos. ¿Esperáis que la UE en su conjunto se sume a este apoyo?
Pedimos que sigan apoyando de manera decidida lo que dice la legalidad internacional respecto al Sáhara occidental. Más allá de esto no pedimos más. Lo que no es de recibo es que nos estemos llenando la boca con lo que está ocurriendo en Ucrania y que no se aplique lo mismo para el Sáhara occidental. Pedimos al Gobierno español que reconsidere su postura y que cumpla con su responsabilidad. De nada va a servir sacrificar de nuevo al pueblo saharaui. No creo que sea de recibo que los principales partidos del Estado español y los ciudadanos tengan que enterarse de una carta del presidente del Gobierno a través de la prensa del palacio marroquí.
¿Esperáis una rectificación por parte del Gobierno español? ¿Estáis en conversaciones con ellos?
Creo que el balón está en el tejado del Gobierno español, quien tiene que dar explicaciones y hacer un esfuerzo para recomponer las relaciones son ellos.. Los saharauis estamos abiertos, si hay realmente hay una posición de buena voluntad que permita hacer que vuelva esto al redil de la sensatez, estamos dispuestos a escucharlo, pero hace falta una rectificación clara y pública.
Agradecemos, una vez más, el apoyo decidido de todas las fuerzas políticas, sindicales y a los diferentes pueblos de España. Nos hemos sentido arropados y acompañados desde que salió esta noticia, hemos tenido muestras de solidaridad en todo momento y creo que es de justicia reconocerlo.