Ante esta situación los más de 12 millones de votantes progresistas nos sentimos defraudados tras el fracaso de la investidura de Pedro Sánchez en julio y la posibilidad perdida, otra más, de formar un gobierno de progreso.
Desde estas páginas hemos apoyado la alternativa de “gobierno de progreso” impulsada por Recortes Cero y los manifiestos firmados por miles de personalidades, profesionales y activistas políticos y sociales, de los sindicatos o de las ONG y la sociedad civil. Y ahora nos preguntamos: ¿por qué no apostar decididamente de verdad por un gobierno a la portuguesa? Un gobierno para permitir un ejecutivo en minoría del Partido Socialista, en base a un programa de mínimos y a garantizar por parte de las fuerzas de izquierda y progresistas que lo firmen “lealtad y fidelidad” en su cumplimiento y estabilidad para el gobierno durante toda la legislatura.
Sin ultimátums electorales, sin amenazas de devolver el “trágala” esperando a las sesiones del Parlamento, ¡sí se puede! quebrar los designios de los centros de poder nacionales y extranjeros.