Medio millón en Madrid, 400.000 en Barcelona, 100.000 en Valencia, 70.000 en Zaragoza, 60.000 en Sevilla, 40.000 en Vigo y Gijón, 35.000 en Alicante, 30.000 en Málaga y A Coruña, 25.000 en Murcia, Valladolid y Ferrol… y así hasta un total de 57 ciudades del país que se convirtieron en un clamor contra la reforma laboral.
Los dirigentes de CCOO y UGT dijeron que querían «pulsar» la respuesta de la gente a la reforma. Pues bien, este domingo la han conocido. Entre un millón y medio y dos millones de personas se han echado a la calle para expresar su rechazo.
Nuevo triunfo por goleadaSi la Huelga General del 29-S del pasado año, contra la primera reforma laboral de Zapatero, la calificamos como un “triunfo por goleada” de las fuerzas del pueblo, lo de del 19-F podríamos decir que ha sido una repetición de aquello, una segunda edición mejorada y aumentada.
Como también ocurrió entonces, los días previos a la convocatoria los medios de comunicación afines al gobierno habían lanzado una sucia campaña “criminalizando” a los sindicatos, presentándolos poco menos que como los responsables de los 5 millones de parados.
«Se está produciendo en los hechos la unidad del 90% de la población» Pese a esto, y a una serie de condiciones adversas –la no convocatoria de los sindicatos minoritarios y nacionalistas, la no adhesión de fuerzas políticas contrarias a la reforma o la convocatoria “crítica” de sectores del 15-M–, el seguimiento ha sido masivo y multitudinario, y lo ha sido en todas partes.
Una asistencia que ha puesto de manifiesto cómo la indignación, el rechazo y la disposición a manifestarlo abiertamente en la calle llega a sectores cada vez mas amplios de la población, que sólo esperan que alguien “los convoque” para salir a expresarlo.
Uno de los aspectos más significativos de las manifestaciones del pasado fin de semana (ya comprobado anteriormente en las convocatorias masivas del 15-M) es cómo se está produciendo, en los hechos, la unidad de gran parte del 90% de la población.
Independientemente de quién convocó y de quién no, en las manifestaciones estaban representados gran parte de los sectores sociales que forman parte del 90%: trabajadores, funcionarios, pensionistas, amas de casa, estudiantes, profesionales, autónomos, familias enteras,….., bien fueran agrupados colectivamente en sus organizaciones representativas, bien fueran a título individual.
Negociación en el aire Los sindicatos –ya lo han dicho Méndez y Toxo– van a tratar de usar el éxito de la movilización para intentar negociar con el gobierno la reforma.
Sin embargo, la reacción inmediata de Rajoy en el mismo congreso del PP (cuando ya debía tener conocimiento de la participación multitudinaria) diciendo que nada sustancial es negociable hace que este camino de una negociación mínimamente “aceptable” para los sindicatos esté previsiblemente cegado.
Más bien al contrario, como dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría el viernes, están valorando endurecerla aún más introduciendo limitaciones al derecho de huelga durante su tramitación parlamentaria.
Negociación imposible si además tenemos en cuenta que los verdaderos instigadores de la reforma, Washington y Berlín –que a través del FMI y de Bruselas llevan presionando y exigiendo insistentemente una reforma laboral de este tipo que permita multiplicar los beneficios de sus bancos y multinacionales en España– han manifestado ya con claridad su pleno respaldo a la reforma de Rajoy.
«Todo lo que une al 90% nos fortalece, todo lo que tiende a dividirnos debilita nuestra lucha» Cómo ocurrió con el plan de recortes y ajuste de Zapatero de mayo de 2010, este es un camino irreversible, porque “donde hay patrón no manda marinero”. Y Rajoy, como Zapatero antes, ya ha dado muestras sobradas de su voluntad de acatar mansamente los dictados del FMI y Bruselas, por más que los disfrace como la vía dolorosa, pero necesaria, para salir de la crisis y crear empleo.
Unidad, unidad y todavía más unidadUna de las consecuencia políticamente mas importante del éxito de 19-M ha sido la respuesta inmediata de CCOO y UGT, haciendo un llamamiento a la formación de una Plataforma unitaria en defensa del Estado de Bienestar y de los servicios públicos.
Aunque sin tener claramente definido su naturaleza ni su contenido, el sólo hecho que los dos mayores sindicatos del país hayan dado el paso de formar una plataforma unitaria con otras 40 organizaciones sociales y ciudadanas de todo tipo es, en sí mismo, una iniciativa a aplaudir y apoyar sin reservas.
Más allá incluso del propio contenido en torno a la que se forme la plataforma unitaria, constituye un primer paso importantísimo en el camino de la unidad. Todo lo que une al 90% nos fortalece, todo lo que tiende a dividirnos debilita nuestra lucha.
Esa es la primera clave de la que depende todo: mientras Obama y Merkel, el FMI y Bruselas, Botín, Rajoy y Rubalcaba forman un frente común para aplicarnos sus recortes y ajustes, nosotros, por el contrario, no estamos unidos.
Las manifestaciones del domingo han puesto de manifiesto más que nunca que la unidad en un frente amplio de todas las fuerzas que nos oponemos a sus planes de recortes y ajustes empieza a ser una necesidad sentida por la inmensa mayoría de la población. Ese es el problema principal y el mayor reto que tenemos en estos momentos.
Una unidad que tiene que ser lo más amplia posible, y que por eso no puede reducirse sólo a las fuerzas de izquierda. Porque los recortes y ajustes no se dirigen sólo contra los trabajadores, sino contra pensionistas, jóvenes, amas de casa, estudiantes, autónomos, pequeños y medianos empresarios, profesionales, médicos, maestros…
¿Podemos por separado echar abajo los planes de nuestros enemigos? Rotundamente no. Pero SÍ podemos dar y ganar esta batalla todos unidos. Sí podemos si todos, los movimientos sociales y ciudadanos, las organizaciones sindicales y políticas, las personalidades democráticas, los intelectuales progresistas y los millones de personas que estamos luchando en la calle contra ellos nos ponemos a forjar esta amplia unidad.
Ahora más que nunca¡¡¡UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD!!!