Nacido en 1933 en Barcelona, Marsé erigió una novelística propia, cuyo punto de arranque era la dura y frustrante posguerra en los barrios más pobres de Barcelona, pero cuyo horizonte es la construcción de un universo narrativo completo, levantado sobre un prodigioso trabajo de orfebrería con el lenguaje, una imaginación tan fecunda como su memoria y una ironía cervantina llevada a veces al sarcasmo y dulcificada otras con la melancolía o la ternura.
Juan Marsé tenía una bien ganada fama de «enfant terrible» de las letras españolas, no sólo porque el hilo narrativo de sus novelas escarba hasta los rincones más oscuros y poco frecuentados de una sociedad tan traumatizada como la de la posguerra, tan pacata y turbia como la del desarrollismo o tan dislocada como la de la transición, sino porque en su vida pública, al margen de la literatura, era tan sagaz, contundente, implacable y certero como en su narrativa.
Nacido y criado literiamente al margen de cualquier escuela o capilla, forjado como un solitario francotirador en medio de una espesa multitud de personajes de barrio que buscan encontrar su destino, Marsé hizo acopio de una feroz independencia para hacer valer sus opiniones, que son dardos que rara vez fallan el blanco.
Miembro de la generación literaria que a finales de los años 50 sacudió el gris panorama de la España de posguerra. Una generación que dio a nuestras letras figuras de la talla de Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, Jose Agustín Goytisolo, Ana María Moix…» la generación de Barcelona»
Retratista ejemplar de esa Cataluña mestiza e integradora. Su obra es un verdadero monumento literario a esa Barcelona y a esa Cataluña que abrió sus puertas a todo tipo de migraciones (tanto de procedencia española como americana o magrebí)
Su primera novela se publica en 1960 » Encerrados con un solo juguete», un retrato de adolescentes en los barrios marginales de Barcelona. En París, donde se traslada poco despúes, publica «Esa cara de luna».
En 1965 gana el premio Biblioteca con «Últimas tardes con Teresa», una extraña historia de amor entre una chica de la burguesía catalana y un golfo de barrio, el Pijoaparate
El cine se encargó de popularizar sus novelas: «Si te dicen que caí» (1973), «La muchacha de las bragas de oro»(1978); «El amante bilingüe»(1990) o «El embrujo de Shangai» (1993)