La España rural

Adelante el ORGULLO RURAL

Los días 6 y 7 de abril en Serón (Almería) se celebraron las jornadas del “orgullo rural”. Está impulsado por una asociación de agricultores que defienden un cultivo ecológico y con prácticas de agricultura regenerativa, donde se mitiga el cambio climático. Se trata de poner en valor la cultura, la tradición y los valores de nuestros pueblos. Integran las comarcas de Granada, Almería y Noroeste de Murcia. Pero seguramente el núcleo del orgullo rural es dignificar la vida rural.

Me sorprende agradablemente observar la afluencia de jóvenes y no tan jóvenes. Son jornaleros, pastores, agricultores, ganaderos, profesionales, industrias agrícolas, turismo rural, etc. Muchos llevan una chapa que pone “orgullo rural”. Este tipo de actos aunque con otras denominaciones se repiten en el resto de zonas rurales de España. Pero hay que entender por qué es bueno dignificar la vida rural.

Una madre me explica que “ella quisiera vivir en su pedanía (treinta habitantes) pero no puede aceptar que sus dos hijos tengan que hacer 30 kilómetros en autobús para ir al colegio o instituto, y otros tantos para volver”.

La desatención continuada en muchos años por los Gobiernos en las zonas rurales y la aplicación de los recortes ha hecho aflorar la indignación de amplios sectores rurales

Hace un par de años un agricultor de toda la vida me cuenta que está preocupado con las tierras que cultiva. Aparte de la tierra, se va todos los años de mayo a agosto a segar con su cosechadora (desde Badajoz hasta Burgos). Sus tres hijos no quieren ni pisar la tierra, ni subirse a un tractor. En la ciudad uno es municipal, otro es camarero, y la hija es funcionaria de Hacienda. (No sé por qué me recuerda al corrido de “Juan sin tierra” que acaba diciendo que “… y mi nieto es funcionario”).

Me rebelo con reportajes o informaciones de televisión y medios de comunicación que reflejan el medio rural como un conjunto de palurdos en vías de extinción. Los tratan como una “rara avis” con edades por encima de la jubilación y todos los jóvenes emigrados. No entienden que la profesión de pastor contiene un gran conocimiento y aprendizaje de muchos años; y que desgraciadamente está en peligro de desaparición.

Por todo ello reclamar el orgullo rural me parece muy importante porque nos enfrenta al despoblamiento y que es de alguna manera la misma motivación que en Soria, Teruel, etc. Con otro contenido, el orgullo de los 70 permitía reafirmarse de forma contundente en una concreta determinación personal y colectiva. Sabemos que este orgullo actual, con un aire similar, tiene que basarse en el reforzamiento o recuperación  de la actividad agrícola y ganadera y otras actividades rurales, y que permitan unas condiciones dignas de vida. Para ello hay mucho que exigir en varios terrenos, unirse y asociarse.

Todos estos nuevos aires no son más que producto del viento popular.