El informe publicado por la ONG Oxfam Intermón «y titulado «Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica»- pone números al saqueo que todos sufrimos. Evidencia como el único objetivo de la austeridad y los recortes es enriquecer escandalosamente a una ínfima minoría empobreciendo a la inmensa mayoría. Y como gobiernos y Estados actúan como «garantes» del atraco a la población. Ha llegado el momento de decir basta. Disponemos de riqueza más que suficiente como para garantizar a toda la humanidad un elevado grado de bienestar. El gran problema es quien se la queda. El poder de las mayores burguesías del planeta, auténticos vampiros que engordan chupándonos hasta la última gota de sangre, se ha vuelto insoportable.
Decía Lorca que “detrás de las multiplicaciones hay una gota de sangre de pato”. Pocas veces, como en el informe presentado por Oxfam Intermón, los números han escondido tanta sangre.
Todos los datos que presenta proceden de varias instituciones oficiales e informes internacionales que constatan “la excesiva concentración de la riqueza mundial en pocas manos”. «El poder de las mayores burguesías del planeta, auténticos vampiros que engordan chupándonos hasta la última gota de sangre, se ha vuelto insoportable»
Pero la realidad supera las peores pesadillas.
Hemos conocido que el 1% de la población mundial, la ultra minoría de hiper privilegiados, concentra ni más ni menos que el 46% de la población mundial. Mientras más de 1.300 millones de personas en el mundo malviven con menos de un dólar al día. Y 2.800 millones lo hacen con menos de dos dólares.
O que tan solo 85 grandes magnates acumulan tanta riqueza como los 3.570 millones de personas que forman la mitad más pobre de la población mundial.
Cada uno de ellos tiene tanto como 42 millones de nosotros.
El estallido de la crisis, en realidad un atraco a gran escala, ha multiplicado este indignante abismo social. A través de multimillonarios rescates bancarios, pagados con salvajes recortes, se ha impuesto un gigantesco trasvase de riqueza desde nuestros bolsillos a sus cuentas de resultados.
En EEUU el 1% más rico de la población ha concentrado el 95% del crecimiento posterior a la crisis financiera. Ahora entendemos por qué el Bank of America, rescatado con dinero público hace cinco años, ha triplicado sus beneficios anuales.
Y en Europa, mientras Bruselas y Berlín hundían a Grecia, Portugal o España, los ingresos de las 10 personas más ricas superaban el coste total de las medidas de estímulo aplicadas en la Unión Europea entre 2008 y 2010 (217.000 millones de euros frente a 200.000).
Ellos ganan más… y pagan cada vez menos. El informe estima que el fraude fiscal practicado por esta minoría de hiper-ricos se eleva a 21 billones de dólares anuales. ¡El 150% del PIB norteamericano!
En el aumento del abismo social es una de las pocas cosas donde España encabeza los rankings. Somos el segundo país europeo, solo por detrás de Letonia, con más desigualdades.
Los 20 españoles más ricos acumulan una fortuna de 77.000 millones de euros, el equivalente a la renta del 20% más pobre.
Y todo indica que este abismo se hará cada vez más grande. Si en España antes de la crisis el 20% de los españoles más ricos ganaban más de 5,3 veces más que el 20% de los más pobres, esta diferencia creció en 2011 a 7,5 veces. Y las previsiones es que en 2025 la distancia se elevaría a 18 veces.
Es imprescindible detener esta sangría. El informe de Intermón Oxfam plantea que “es urgente tomar medidas claras para reducir la desigualdad, y acabar con la riqueza y la pobreza extremas”.
Disponemos de recursos y riqueza, en España y en el mundo, más que suficientes para garantizar el bienestar de la población. El único problema es el asfixiante grado de concentración de esa riqueza en manos de cada vez menos manos.
Y podemos hacerlo. Pero debemos tener claro cómo hacerlo.
El informe de Intermón Oxfam ha sido elaborado para presentarlo en el Foro Económico Mundial que se celebrará en Davos, y que reúne anualmente los grandes magnates de la banca y los monopolios, junto a las más selectas élites políticas.
Con la intención de exigir a los gobiernos que tomen medidas para desactivar la bomba de relojería del vertiginoso aumento de la desigualdad.
Pero este no puede ser el camino. El informe confirma que esa concentración de la riqueza conduce inevitablemente a un “secuestro de la democracia”, donde los Estados, lejos de defender el interés general, ejercen como “comisarios políticos” de los intereses de las grandes oligarquías.
¿Cómo van a traer ellos la solución… si son los que se benefician del problema?
Por el contrario, el mismo informe resalta que, a diferencia de EEUU o la UE, en América Latina se ha reducido significativamente la desigualdad en la última década, “gracias a una fiscalidad más progresiva, los servicios públicos, la protección oficial y el empleo digno”.
Esto ha sido posible gracias a la lucha popular, imponiendo gobiernos que han ganado autonomía respecto a EEUU, necesaria para poder desarrollar una política económica al servicio de la mayoría.
Esto es lo que nos hace falta en España.