Tras escuchar el discurso de Pedro Sánchez, Gabriel Rufian, cabeza de ERC en el Congreso, lo ha calificado de “irresponsable y negligente”. Mientras Laura Borrás, portavoz del grupo de JxCat, afirmaba que “en dos horas de discurso no se ha mencionado Cataluña, se ve que no somos España”.
Las fuerzas que representan a las élites del procés han manifestado abiertamente su disgusto sobre el desarrollo de la investidura. Esta es quizá una de las buenas noticias que nos ha dejado el día.
No es que Sánchez haya eludido el tema de Cataluña, es que no ha dicho lo que Rufian o Laura Borras querían oír. Ni una sola concesión, ni un solo gesto hacia las élites del procés.
Porque aunque no encontremos un “bloque Cataluña” en su discurso, Pedro Sánchez sí ha lanzado varios contundentes mensajes.
Primero al referirse al Brexit para declarar: “¿Qué es más útil: ejercer una soberanía inútil y pequeña, desde el aislamiento, o unirse a un proyecto común? La respuesta es clara: compartir, no dividir”.
También al desmarcarse de cualquier proceso de fragmentación: “¿Qué sentido tiene levantar fronteras internas cuando lo que necesitamos es derribar fronteras externas?. Es ir contra la historia”.
Las élites del procés enfrentan este debate de investidura en una situación de mayor debilidad, y eso va a influir en su decisión. ERC ya no está en disposición de repetir el bloqueo a los presupuestos. Y la formación apadrinada por Puigdemont -JuntsxCat- han dejado de ser decisivos.
Pero no debemos de olvidar que intentarán cualquier ocasión para crear un conflicto del que puedan beneficiarse.
Un gobierno realmente de progreso en España debe comprometerse a defender la unidad.