El estado de corrución endémica en que malviven los ayuntamientos españoles es tal, que la compra-venta de concejales es posible por la módica cantidad de 30.000 euros. El único concejal de Convergència i Unió (CiU) del Ayuntamiento de Vacarisses (Vallès Occidental), Josep Maria Córcoles, negoció la venta de su acta de edil por 30.000 euros al segundo de la candidatura, según se desprende de las grabaciones que efectuó el padre de éste. En las conversaciones puede oírse cómo Córcoles y Martí Cos, padre de Jordi Cos -número dos de la candidatura de CiU-, negociaron al menos en tres ocasiones el precio para que el primero dejara el Ayuntamiento. Córcoles incluso envió a Cos un borrador de dimisión y comunicó en un pleno municipal su intención de dimitir en medio del proceso negociador. Eso ocurrió en verano de 2008 y, al final, Cos no aceptó el trato por el alto precio. Éste estaba dispuesto a pagar hasta 20.000 euros. En Vacarisses gobierna un tripartito y el alcalde es del PSC. La historia de José María Córcoles ha estaba marcada por la sospecha. En el mandato de 1999, Córcoles había formado parte de la lista Unión de Independientes por Vacarisses, pero a mitad de mandato se pasó al grupo mixto y dejó al gobierno en minoría. Pasando más tarde a integrar las filas de CiU. Lógicamente, detrás de este intento de compra sólo puede estar una trama corrupta que pretende colocar a sus hombres en el ayuntamiento, beneficiándose así de las concesiones municipales. Si esto ocurre en un pequeño ayuntamiento, ¿qué no pasará en municipios más grandes, donde hay mucho más en juego? Investigar casos como este hasta el final, llegando hasta el final de la trama, desarticulándolas por completo, es una exigencia democrática indispensable.