El órdago soberanista lanzado por Mas busca cambiar el terreno de juego en que se disputan estos comicios. Ha puesto en primer plano la necesidad de que Cataluña disponga de un Estado propio para que no se hable del paro, el empobrecimiento y los recortes salvajes que ha aplicado siguiendo a pies juntillas la política de intervención y saqueo del FMI y Berlín sobre el 90% de la población española, incluida la catalana.
Con su afirmación de que “los españoles nos expolian” busca ocultar que él y la casta política que representa son los mayores expoliadores de Cataluña.¿Qué es lo que esconde entonces realmente Artur Mas detrás de la palabra «independencia»? ¿Qué tipo de «Estado propio» se oculta detrás de sus hechos, de su política, de sus compromisos y de sus declaraciones?Artur Mas sabe (como hoy ya lo saben hasta los niños de pecho) que sin la sumisión absoluta a Berlín, la aquiescencia de Alemania y la bendición de la señora Merkel, Cataluña no puede dar ningún paso en ninguna dirección ni ir a ninguna parte, y menos con un gobierno de CiU. «Mas es el paciente sumiso que somete toda su voluntad y pone todo su destino en las manos de Herr Doktor» Por ello viene practicando, desde el comienzo de su mandato, una política de «alumno aventajado» y sumiso hacia Alemania, llevando más lejos que nadie los recortes y ajustes que son tan del gusto del gobierno alemán y que, son, de hecho, la «receta» alemana contra la crisis. Si hasta Rajoy ha tenido sus diferencias con la política de austeridad alemana (aunque fueran sólo de plazos), Mas jamás ha manifestado la menor discrepancia; al contrario, siempre parece dispuesto a ser el que mejor y más rápido en hacer los deberes, el que sin rechistar se toma todos los «remedios», el paciente sumiso que somete toda su voluntad y pone todo su destino en las manos de Herr Doktor. Mas quiere ser visto por Alemania como un lacayo que no les va a plantear ningún problema, que va a ser siempre un socio dócil, un satélite atado a su órbita, sin trayectoria propia. ¿De qué «independencia» está hablando Mas entonces cuando habla de «soberanía» o de «Estado propio»? ¿De crear un nuevo satélite europeo que gire íntegramente en la órbita de Berlín? ¿De crear un protectorado alemán en la península ibérica? ¿Una Cataluña totalmente sometida a los designios de Berlín y que sigue a pies juntillas los mandatos de la Cancillería alemana? ¿Es eso a la que llama «independencia»? No sólo hay que ser un impostor, y un estafador, para llamar a eso «independencia»: es que, además, detrás de ese proyecto se esconden unos lazos de sumisión y un contrato de esclavitud que Cataluña no puede aceptar de ningún modo.También Artur Mas sabe que ni una sola frontera se puede tocar en Europa, y aún menos en la península ibérica, sin la aquiescencia de Estados Unidos. EEUU vela en todo momento por sus intereses estratégicos globales y no tolera que haya, sin su consentimiento explícito, cambios o modificaciones de calado que puedan perjudicar sus intereses estratégicos (intereses que son muy amplios y variados en la península ibérica, sobre todo en el campo militar). En consecuencia, Artur Mas se ha adelantado también a esta posible «objección» a su proyecto, anunciando su completa sumisión a EEUU. «El nuevo Estado independiente nacería ya sin independencia, como un Estado que delega en la OTAN» Y desde el mismo día en que habló de «independencia» de Cataluña, dejó muy claro también que esa Cataluña «independiente» sería miembro pleno de la OTAN. La declaración tiene varios aspectos reseñables.Por un lado, Mas se desnuda ante todo el público ya desde el comienzo como un dirigente a las órdenes de EEUU, como otro lacayo del Imperio. Por otro, anuncia que el nuevo Estado independiente nacería ya sin independencia, es decir, como un Estado que delega en la OTAN su presunta soberanía militar. Pero aún, por otro lado, esa declaración es un mero brindis al sol, casi una proclama «a lo Cantinflas», ya que si tenemos en cuenta que el propio Mas ha dicho que una Cataluña independiente no tendría ejército propio, ¿qué hace un país sin ejército propio ingresando en una organización militar? ¿Es una broma, es un chiste?, ¿o a qué juega verdaderamente este personaje? En su carrera acelerada por lograr los padrinazgos de EEUU y Berlín, Artur Mas está consiguiendo no sólo que se vean las verdaderas costuras de su traje, sino la verdadera «dependencia» de su supuesto proyecto de «independencia»; por no decir, también, el lado grotesco del personaje.El 25 de noviembre el pueblo catalán tenemos una gran oportunidad en nuestras manos: no sólo la de cortar el paso a las políticas de ajuste y a los recortes impuestos por el FMI y Berlín (políticas que están socavando la sanidad y la educación catalana, y generando bolsas de miseria cada vez mayores), sino que, además, puede echar por tierra el proyecto de división y confrontación interna de Artur Mas, que ahora mismo es un estilete más que utilizan Berlín y Washington para debilitar a España e imponerle su política de saqueo.Y tener así la oportunidad de demostrar una vez más que la unidad y la solidaridad entre todas las nacionalidades y entre todos los pueblos de España es el arma más poderosa que tenemos para conquistar la verdadera independencia y, desde ahí, diseñar un futuro realmente favorable a los intereses del pueblo.