Un desliz verbal ha puesto en apuros al presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva. En el país más sacudido por la pobreza y la recesión en Europa occidental, Cavaco se atrevió a quejarse de su «escasa» pensión.Todo comenzó la semana pasada. Aníbal Cavaco Silva había acabado de recibir un anuncio de que una de sus pensiones también sería afectada por los cortes de gastos sociales. «Voy a recibir 1.300 euros, sí, no escucharon mal, 1.300, no voy a poder hacer frente a mis gastos», se quejó ante periodistas. Y con ello se hizo blanco de la furia de decenas de miles de indignados que piden su cabeza.Unas 36.000 personas habían firmado en Internet, hasta la tarde de este jueves, una petición de renuncia contra el político del gobernante liberal-conservador Partido Socialdemócrata.