El último informe presentado por la Agencia Tributaria vuelve a poner, blanco sobre negro, cómo las multinacionales gozan en España de una situación de privilegio. De las 134 mayores corporaciones analizadas por el informe, medio centenar apenas tributan un 3% de sus beneficios. Pero de ellas, las 27 más privilegiadas solo entregan un ridículo 0,3% de sus enormes ganancias a las arcas públicas.
La Agencia Tributaria alerta sobre el pecado, pero no nombra a los pecadores, no especifica los nombres de las empresas. Según el informe, las 134 mayores multinacionales españolas -las que cuentan con una facturación anual de más de 750 millones de euros- pagaron en 2016 en todo el mundo 11.594 millones de euros por el Impuesto sobre Sociedades, un 12,6% de su beneficio global (91.849 millones). Esto supone la mitad respecto al tipo general del 25% del Impuesto de Sociedades, que sí tienen que pagar -cuando no más- las pequeñas y medianas empresas de nuestro país.
De ellas, un grupo de 49 transnacionales con matriz española tiene un trato aún más favorable. Acumulan el 31,4% del beneficio neto, pero su tipo efectivo medio del IS es del 3,1%. Es decir, tributan 9 veces menos por sus beneficios de lo que deberían, por Ley, entregar a Hacienda.
Pero eso no es todo, porque hasta dentro de las multinacionales hay “clases sociales”. De estas corporaciones, un selecto grupo de 27 grandes multinacionales españolas obtiene un trato tributario que solo puede compararse con el de un paraíso fiscal. Pagan un Impuesto de Sociedades del 0,3% de sus enormes beneficios: 25.325 millones de en 2016.
El informe de la Agencia Tributaria nos dice más cosas. Solo 43 multinacionales de esas 134 sumaron el 49,1% del beneficio de todo el colectivo y, sin embargo, solo representaron el 10,5% de la cuota total pagada por el conjunto de las mismas.
Esta situación no es nueva, ni es exclusiva de las multinacionales «marca España». Según otros datos de Hacienda de años anteriores, Bancos y monopolios apenas pagan un 3,5% de impuestos, y las SICAV de las grandes fortunas sólo tributan al 1%.
Pueden hacerlo porque tienen a su disposición una legislación perforada por múltiples recovecos, mecanismos y desgravaciones. Un marco legal hecho a su medida para que con sus «técnicas de ingeniería fiscal», bancos, multinacionales o grandes fortunas consigan pagar una ínfima parte de sus ganancias, desfalcando «legalmente» a las arcas públicas.
Un informe de 2016 del Sindicato de Técnicos de Hacienda, Gestha, aseguraba que “si las multinacionales soportasen la misma carga tributaria que las pymes, España recaudaría 8.250 millones más al año”. España se ha convertido en un auténtico paraíso fiscal para las multinacionales. Más del 90% de las cargas fiscales en España salen, directa o indirectamente, del bolsillo de los trabajadores.
Un sistema fiscal progresivo y progresista debe obligar a tributar más a quien más tiene y más gana. No solo por una cuestión de equidad social. También son la oligarquía financiera que ha salido ganando de la anterior crisis financiera, enriqueciéndose del empobrecimiento y la precariedad de la mayoría. Por no hablar de los “rescates” de dinero público que han recibido, y que no están dispuestos a devolver.
Si los beneficios declarados por las grandes empresas duplican los del conjunto de pymes, dobles deben ser también los impuestos que paguen. Si para las pequeñas empresas el Impuesto de Sociedades está situado en el 25% de sus beneficios, para bancos, monopolios y grandes empresas la tributación debe situarse al doble. Que paguen un 50% de impuestos sobre sus beneficios.
Aplicar esta medida significa que Hacienda recaudaría cada año, como media, cerca de 40.000 millones de euros más sólo en este concepto. Es decir, más del 60% de los recortes en sanidad, educación, dependencia,… que nos han aplicado en estos últimos 5 años quedarían cubiertos en un solo año con esta nueva recaudación.