Bolivia, Perú y Chile en la Guerra del Pacifico

La guerra del Pacifico una visión historica

La guerra del Salitre (del Pacifico) fue planeada por Inglaterra, Chile recibió de ellos facilidades económicas muy cómodas para adquirir armamento de origen británico, los uniformes chilenos eran de tela inglesa y los soldados chilenos llevaban fusiles ingleses en sus hombros.

La Guerra del Salitre fue reparada en Londres y Santiago desde 1873. Ese año el gobierno peruano de Manuel Pardo y Lavalle implantó el estanco del salitre obligando a los comerciantes de nitratos de Tarapacá a vender toda su producción al Estado, que también fijó su precio. Para quienes quisieran seguir exportando por su cuenta el gobierno fijó un impuesto de 15 centavos por quintal de salitre que saliera por Iquique. Muchos de los salitreros perjudicados eran ingleses y chilenos que enfurecieron más aún cuando el Perú declaró la expropiación de los yacimientos y oficinas en 1875.El imperialismo británico no estaba dispuesto a permitir que un paí­s sudamericano afecte sus intereses aboliendo el comercio libre de un recurso tan importante como el salitre, el cual se habí­a convertido en el sustituto del guano como fertilizante y sobre todo era una de las materias primas necesarias para la fabricación de nuevos compuestos de pólvora para la industria del armamento.Al imperialismo Británico y su aliado la burguesí­a chilena les consolaba que Bolivia también tení­a ricos yacimientos en Atacama y que sus corruptos gobiernos eran fácilmente manipulables por los intereses extranjeros. Sin embargo en 1876 llegó al poder el general Hilarión Daza cuyo gobierno quiso sacar mejor provecho de las exportaciones salitreras para aliviar la pobreza fiscal de su paí­s. En 1878, Daza implantó el «impuesto de los 10 centavos» por quintal se salitre exportado por Antofagasta. La anglo-chilena Compañí­a de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta alegó que la medida violaba los acuerdos tributarios de 1874 que suspendí­an el incremento de impuestos por 25 años.El gobierno boliviano, confiado en un tratado de mutua defensa firmado con Perú en 1873 (Riva Agüero-Benavente), en lugar de amilanarse lanzó un ultimatum amenzando a la poderosa compañí­a con la expropiación de las salitreras de Atacama.El 14 de febrero de 1879 se vencí­a el plazo de pago impuesto por La Paz. Chile, apadrinado por el imperialismo inglés, ese mismo dí­a invadió Bolivia. Sus tropas desembarcaron en Antofagasta y tomaron el control del rico desierto de Atacama con animos de no retirarse jamás.La guerra del Salitre (del Pacifico) fue planeada por Inglaterra, Chile recibió de ellos facilidades económicas muy cómodas para adquirir armamento de origen británico, los uniformes chilenos eran de tela inglesa y los soldados chilenos llevaban fusiles ingleses en sus hombros. El Contra-Almirante Chileno Patricio Lynch, General en jefe de las tropas invasoras del Perú, luchó en China y la India como soldado inglés. Siete grandes acorazados británicos estuvieron entre el Callao y Valparaí­so durante toda la guerra. El Secretario de Estado de aquella época en Estados Unidos James Blaine declaró ante el comité de relaciones exteriores del congreso norteamericano que la Guerra del Pací­fico era «una guerra inglesa contra el Perú con Chile como instrumento». (27 de abril de 1882). • La polí­tica británica en la guerra fue de una hipócrita «neutralidad» que favorecí­a a los intereses de Inglaterra. Durante la guerra con Chile, Perú construyó en los astilleros alemanes de Kiel los dos únicos acorazados que el Perú hubiera poseí­do, el «Sócrates» y el «Diógenes», estos acorazados debí­an instalar su artillerí­a en el puerto inglés de Southampton, pero aquí­ en Inglaterra fueron detenidos por muchos años bajo las leyes de «neutralidad» británicas, para dar apariencia de imparciales también detuvieron al barco chileno «Arturo Prat» (para Chile no era urgente contar con él), pero para el Perú eran sus dos únicos acorazados. Algunos años después de terminar la guerra, el «Sócrates» fue liberado y al llegar al Callao el 31 de agosto de 1889 se le bautizó como «Lima». El «Diógenes» fue «embargado» por el gobierno inglés como pago por la estadí­a de ambos buques en el puerto británico. Perú trató de adquirir en Turquí­a el acorazado Fehlz-Bolend a través de un banquero griego, pero un marino inglés al servicio de Turquí­a y con el tí­tulo de Hobbart Baja, advirtió a la legación chilena en Londres para evitar la operación.El 28 de octubre de 1879, diez mil soldados chilenos fueron embarcados en Antofagasta para desembarcar en Pisagua, en el trayecto estuvieron escoltados por los cruceros de la Armada Británica «Turqueza» y «Ninfa de los mares».1. El judí­o-británico Sir Charles Rusell dirigente de los tenedores de bonos de la deuda peruana trató de impedir en plena guerra un empréstito al Perú para comprar armamento. Habí­a considerables intereses británicos en la compañí­a chilena de Antofagasta, perjudicada por las drásticas medidas de Daza (Presidente de Bolivia) al iniciarse el conflicto. Un grupo comercial británico, uno de cuyos centros era la casa Gibbs, sostení­a que una victoria de Chile podrí­a ser beneficiosa; esta opinión ganó terreno cuando los triunfos chilenos se sucedieron sin cesar y el aumento del tráfico con Chile compensó las pérdidas del intercambio con el Perú.Las propuestas chilenas a los tenedores ingleses de bonos de la depreciada deuda peruana fueron «aclamadas» en una reunión en Londres el 2 de febrero de 1880 y recibieron el aplauso de periódicos como The Economist. El 10 de julio de 1883 se libra en Huamachuco el último combate de una guerra en que mueren 23 mil soldados bolivianos, chilenos y peruanos. Chile queda con el territorio de dos provincias, Tarapacá y Antofagasta, pero el salitre, razón y motivo del conflicto, pasa en su mayor parte a manos de capitalistas británicos.En el sigolo XIX Los Británicos modelaron toda la región latinoamericana de cara a sus intereses, primero instigando la independencia de toda la región, financiándola, dividiendo territorios de cara a sus intereses, modificando la legislación de las nuevas constituciones para asentar los intereses comerciales británicos en la región utilizando la inmensa deuda que los Libertadores asumieron con banqueros británicos para financiarse como chantaje. Haciendo que estas nuevas naciones se constituyeran ya hipotecadas a los intereses del nuevo imperio.Esto le permitió reconducir las nuevas Oligarquí­as afines como gendarmes regionales de sus intereses como fue el caso de la Chilena.

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