La cumbre de los BRIC en Rusia

Los emergentes ante un nuevo Tablero mundial

La cumbre de BRIC (Brasil, Rusia, la India y China), que se desarrollará en Ekaterimburgo, los Urales, del 15 al 16 de junio, ayudará a sus participantes a formular con mayor claridad sus posiciones y fines como grupo. Los delegados analizarán el tema de eliminación de las consecuencias de la crisis económica global. «Se cifran muchas esperanzas en que el proceso negociador que los paí­ses en cuestión sostienen durante más de un año adquiera formas concretas en esa reunión y que sus participantes formulen con mayor claridad sus posiciones con respecto a la formalización del grupo.

Goldman Sachs acuñó en el año 2003 el término BRIC, creado a partir de las iniciales de Brasil, Rusia, India y China, para denominar a las cuatro potencias económicas del futuro. Frente a esto, recientemente ha surgido también el concepto VISTA (Vietnam, Indonesia, Sudáfrica, Turquí­a y Argentina) , es decir, estos paí­ses siguen a los primeros. Ambos términos representan los cambios y novedades que han surgido recientemente en el nuevo orden económico mundial, así­ lo señala un comentario publicado en el Diario del Pueblo, de mayor tirada en China. El Producto Interino Bruto (PIB) de las economí­as emergentes ha pasado de representar el 39,7 por ciento del PIB mundial en 1990 a constituir el 48 por ciento en 2006, muestra de que el escenario económico del planeta ha experimentado cambios significativos. Dentro de las economí­as emergentes, los BRIC y los VISTA se sitúan en primera fila. El crecimiento económico promedio de los primeros se situó en 2006 en el 8,3 por ciento, un ratio muy superior a la media mundial, mientras que el crecimiento promedio de los segundos tampoco se queda muy atrás. Según algunos expertos, las economí­as emergentes deben contar con cinco importantes condiciones: riqueza de materias primas y recursos, un creciente número de trabajadores jóvenes, estabilidad polí­tica, una fuerte inversión extranjera y el continuo aumento de consumidores, caracterí­sticas presentes en estos paí­ses, si no las cinco, al menos cuatro de ellas. Los BRIC son paí­ses con gran población y vastas dimensiones, al igual que los VISTA, aunque éstos últimos en menor medida, de modo que tras haber iniciado un camino de rápido crecimiento económico, estas naciones han ejercido influencias estructurales en el mapa económico mundial. Si nos fijamos en el modelo de crecimiento, estos paí­ses han adoptado el de economí­a de mercado guiada por sus respectivos gobiernos, lo que, al igual que los llamados «cuatro pequeños dragones» (Hong Kong, Taiwan, Singapur y Corea del Sur), y paí­ses del Sudeste Asiático, demuestra la eficacia generalizada de este modelo en los paí­ses en ví­as de desarrollo. A diferencia de la economí­a de libre mercado que han pregonado desde el principio las naciones de Occidente, el modelo de crecimiento de las naciones emergentes adquiere un tinte más marcado de la dirección del gobierno. En estos paí­ses, sólo mediante la reconstrucción de un tejido social que tenga en cuenta la idiosincrasia histórica y cultural del propio paí­s será posible instaurar una fórmula económica efectiva para el progreso. En la actualidad, las naciones emergentes han demostrado una clara ventaja en el sector de las manufacturas, aunque en industrias que precisan una tecnologí­a más avanzada o en el campo de las finanzas mantienen ciertos puntos débiles, así­ como mecanismos internos que deben ser mejorados. En la actualidad, hay quien todaví­a pone en duda la capacidad de los paí­ses emergentes de hacer frente a una crisis económica, lo que sin duda constituye un gran desafí­o para este tipo de economí­as. Según el FMI, en la actualidad EEUU lidera el ranking mundial de riqueza en términos de paridad de compra, con 13 billones de dólares, seguido por China, con 9,9 billones de dólares. India ocupa el cuarto lugar con 4,2 billones de dólares estima que en el 2020 China será la primera economí­a del mundo e India, la tercera, creando un nuevo trí­o de potencias economicas -EEUU, China e India- que sustituirá al actual formado por los americanos, europeos y japoneses. China parece dispuesta a aprovechar la circunstancia para asentar su peso relativo dentro de las relaciones económicas globales y fortalecer así­ su liderazgo geopolí­tico. China puede permitirse hoy la liberalidad de irrigar los canales sedientos de capital de muchos paí­ses. Ante las necesidades urgentes de una amplia financiación para desarrollar sus ambiciosos proyectos estratégicos, Petrobras recurre a China, dejando de lado los tradicionales mercados financieros norteamericanos y europeos. Es muy posible que en 2012 la inversión de China en el exterior supere a la que reciba. El factor principal que estimulará la salida china de capitales, será la continua búsqueda de tecnologí­a, materias primas y energí­a, una búsqueda liderada por empresas estatales. Nunca la economí­a mundial habí­a dependido de economí­as en desarrollo. El modelo consistí­a en que los paí­ses ricos eran siempre las locomotoras económicas globales. Es sintomático no sólo porque expresa la realidad actual de que únicamente en el paí­s asiático se encuentran hoy en dí­a los recursos de capital y financiación necesarios para acometer grandes proyectos, sino sobre todo porque revela, en medio de la crisis económica mundial, quién está tomando ventaja para adquirir la delantera en distintos terrenos y, por tanto, las sustanciales variaciones de las lí­neas maestras del nuevo tablero geopolí­tico que empieza a dibujarse para el futuro inmediato. Estamos asistiendo, con la irrupción de China y las naciones emergentes en ese mercado una «nueva geopolí­tica del petróleo, donde los acuerdos se generan a partir de un entendimiento polí­tico y dejan a un lado a las petroleras internacionales». El crédito de China a Petrobras -que no incluye sólo la financiación, sino también el intercambio de maquinaria y servicios por suministro asegurado de petróleo brasileño- se suma a acuerdos de similares caracterí­sticas realizados recientemente también por Pekí­n con gigantes energéticos como Rusia, Irán o Kazajistán. La idea de una divisa BRIC empieza a permear en los cerebros de los estrategas de divisas, algo que nadie se hubiera atrevido a imaginar hace algunos años, con excepción de las mentes más estructuradas del planeta. Pero tampoco hay que engañarse: la decadencia de EEUU lleva ineluctablemente al fin del dolarcentrismo, sea a corto o largo plazo. Y justamente esta es el gran problema aún no existe alternativa que supla al agónico dólar estadounidense, por lo que urge apresurar el trote para la creación de varias divisas regionales que reflejen el nuevo orden multipolar, y en la que la divisa BRIC jugarí­a un rol de anclaje y estabilización, al uní­sono de la regionalización del euro (la eurozona cuenta con 531 mil millones de dólares de reservas, febrero 2009) y del mismo dólar que cesarí­a de ser la divisa hegemónica. Al desechar al dólar en sus transacciones comerciales bilaterales, ¿Brasil y China se adelantaron a la hipotética instauración de la divisa BRIC?.

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