La Casa Blanca acusa al FBI de manipular la trama rusa

Mientras en una semana crucial el acuerdo presupuestario y la amenaza de un nuevo «shutdown» (parada parcial del funcionamiento estatal, del considerado no imprescindible, por falta de presupuesto) penden de un hilo, el enfrentamiento entre Donald Trump y los demócratas se recrudece, en una guerra de informes y memorandos sobre la actuación del FBI en la investigación de la «trama rusa», el Rusiagate.

Los dosieres -como si se tratara de artillería- vuelan en Washington. Un informe de los republicanos -autorizado por Trump- sostiene que tanto el FBI como el Departamento de Justicia abusaron de su poder para espiar a un exasesor del equipo de campaña del actual presidente. El memorándum ,elaborado por el congresista conservador Devin Nunes, denuncia que el FBI ocultó al juez encargado de autorizar las escuchas al entorno presidencial información crucial, como que el dosier en el que se basaba la petición de vigilancia, elaborado por el exagente secreto británico Christopher Steele, no estaba verificado por la inteligencia norteamericana y había sido financiado por el Partido Demócrata.

Los demócratas han denunciado lo que para ellos no son más que burdos intentos de desprestigiar y controlar a instituciones tan importantes como el FBI, el Departamento de Justicia o la dirección de Inteligencia Nacional y enturbiar la investigación del Rusiagate, y han dicho que el documento de Nunes «presenta omisiones fácticas que impactan en su veracidad”. Y anuncian que van a sacar otro dosier que desmonta los argumentos del memorándum conservador y que demuestra que el FBI tenía razones sobradas para el espionaje del colaborador de Trump.

Para emitir el dosier de respuesta, los demócratas ya cuentan con el visto bueno del Comité de Inteligencia del Congreso, pero necesitan el permiso de la Casa Blanca para desclasificar documentos, algo a lo que Trump podría negarse, pero que lo dejaría en muy mala posición.«La pugna entre Trump y los demócratas en torno al Rusiagate está dañando el prestigio de aparatos de poder tan importantes como el FBI o el Departamento de Justicia»

Tampoco todo el bando republicano está unificado -ni mucho menos- en cerrar filas en el caso Rusiagate, ni en dar la razón a un Donald Trump que acusa a los demócratas de lanzar una caza de brujas contra su persona para justificar la derrota de Hillary Clinton. Varios destacados congresistas republicanos se han desmarcado de la postura de la Casa Blanca en este asunto, e incluso el propio presidente conservador de la Cámara, Paul Ryan, se ha mostrado partidario de que las pesquisas sobre la trama rusa continúen, e incluso apoyar la publicación del contramemorando de los demócratas.

Lo cierto es que en torno al Rusiagate, la pugna entre Trump y los demócratas -que no es más que una expresión de la pugna entre dos sectores de la clase dominante norteamericana, enfrentados en torno a qué línea seguir en la gestión de la superpotencia- está dañando el prestigio de aparatos de poder tan importantes como el FBI o el Departamento de Justicia. El propio presidente acusa a ambos organismos federales de “haber politizado el sagrado proceso investigativo a favor de los demócratas y en contra de los republicanos”. Trump tiene ya en el punto de mira al actual director del FBI, Christopher A. Wray -elegido por él mismo después de la destitución fulminante del anterior jefe, James Comey, que se negó a cerrar el caso- y al número dos del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, encargado de supervisar la investigación de la trama rusa y artífice del nombramiento de un fiscal especial, Robert Mueller, que está demostrando ser una pesadilla para la Casa Blanca.

La batalla en las entrañas de Washington continúa, cada día más aguda. De momento, la ojeriza presidencial y el memorando de Nunes se han llevado por delante a Andrew McCabe, subdirector del FBI acusado por los republicanos de trabajar para los demócratas. No es el primero ni será el último de una lista de dimisiones que al equipo presidencial de Trump le ha costado una veintena de bajas en su primer año de mandato.

One thought on “La Casa Blanca acusa al FBI de manipular la trama rusa”

  • Es claro que hay un enfrentamiento entre las dos facciones de la clase dominante estadounidense:
    Por un lado está la facción que representa a los medios de comunicación, Hollywood, las empresas tecnológicas del Silicon Valley, y las grandes empresas farmacéuticas. Esta son las que representan el Partido Democrata de Hillary Clinton. Esta facción también da apoyo al ecologismo institucional, el antifascismo, el progresismo institucional que incluye feminismo, antiracismo y minorías etnico-religiosas.

    Por otro lado está la otra facción que representa a las empresas armamentísticas muy vinculadas al Pentágono (complejo militar-industrial), empresas hoteleras, casinos (y el crimen organizado asociado), empresas petroleras (Exxon) y del carbón. Esta es la facción que representa los Neo-con del partido Republicano encabezado por Donald Trump, un populista reaccionario. Respeto a la trama rusa, es muy posible que sea verdad y que Rusia haya intervenido en las elecciones norteamericanas. No solo eso, de acuerdo al libro de Luke Harding, Donald Trump sería un agente ruso que representaría un pacto entre la clase dominante rusa de Putin que pacta con la facción neo-con de Donald Trump. Aquí os dejo el libro de Donald Trump que habla de esta teoría: https://www.amazon.com/Collusion-Secret-Meetings-Russia-Helped/dp/0525562516/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1518461374&sr=8-2&keywords=trump+collusion

    Si se confirma la trama rusa, sería el peor escándalo de la historia en los Estados Unidos, un presidente que además se ser un mentiroso, un racista, un machista y un inepto, es además un traidor a su patria. Será épico. Por otro lado, no hay que obviar que la otra facción también ha cometido irregularidades muy graves y ambas facciones han usado las estructuras del Estado para beneficiarse. Esto ha sido así siempre, lo que pasa es que ahora es muy descarado.

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