Gürtel: triple salto mortal

«Sí, el PP valenciano se financió en negro», dijo Ricardo Costa, secretario general del PP de la Comunidad Valenciana. Con estas palabras la Gürtel daba un triple salto mortal, y uno de los máximos responsables autonómicos del partido que fuera todopoderoso en el País Valenciano reconocía todas las acusaciones sobre la autoría de la cúpula popular en la financiación irregular.

Costa -al igual que lo hicieron en los días anteriores Francisco Correa y el Bigotes- acusó además a ex presidente de la Comunidad, Francisco Camps, de ser la auténtica cabeza de la Gürtel valenciana.Silencio en la sala. Redoble de tambor. Habla Ricardo Costa.

«El PP se financiaba con dinero negro y con empresarios. No hice nada por impedirlo. Pido perdón por saber cómo se estaba financiando el partido y no denunciarlo». Y luego añadío: «pero era Francisco Camps el que tomaba las decisiones. Era una persona un poco especial». Según Costa, fue Camps, junto con el expresidente de las Cortes Valencianas Juan Cotino, los que ordenaron que el PP se financiase «con dinero en negro» para poder sufragar elecciones autonómicas y municipales de 2007 y las generales de 2008.

Con esta declaración en sede judicial, el caso más emblemático de la corrupción asociada al Partido Popular llega así a su clímax, después de que el hasta ahora considerado líder de la Gürtel, Francisco Correa, y su número dos’ Pablo Crespo, tirasen de la manta apuntando que era Ricardo Costa en persona, el que les indicó que si querían cobrar los actos y eventos que Orange Market había organizado para el PP en campaña, debían de facturárselos a «determinados empresarios». Álvaro Pérez ‘el Bigotes’ se sumó luego al show y ofreció más detalles, dirigiendo su acusación directamente contra el entonces presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps.«La Gürtel ha dado un salto cualitativo, confirmando lo que era un secreto a voces: fue diseñada y encabezada por la cúpula del PP. En Valencia, por Francisco Camps.»

La Gürtel ha dado un salto cualitativo, confirmando lo que era un secreto a voces: que con la trama Gürtel se formó una auténtica red de sobornos, comisiones y “pagos en B” a miembros del PP que se extendió largamente en el tiempo, hasta el punto de volverse un procedimiento ordinario de financiación del Partido Popular. Según la Fiscalía Anticorrupción, el PP pagó a Orange Market un total de 3,4 millones de euros en actos electorales y otro eventos entre 2007 y 2008. El Partido abonó 2,03 millones de euros, de los cuáles 1,2 millones se hicieron cargo los empresarios.

El descrédito y el impacto político están asegurados para un Partido Popular que aunque creía haber «amortizado» la pérdida de votos por los escándalos de corrupción, ve ahora como Ciudadanos sube en las encuestas y en las urnas, ganando sufragios del granero sociológico popular con un mensaje de regeneración democrática. Y cabe recordar que 2018 es un año donde se van a resolver una gran cantidad de macroprocesos judiciales por corrupción, muchos de los cuales afectan de lleno al PP: además de la Gürtel valenciana, los casos Lezo, Canal de Isabel II o la reactivación de los papeles de Bárcenas. En Génova 13 no están nada tranquilos, ni tampoco en Moncloa: Rajoy podría ser llamado a declarar en la rama valenciana de la Gürtel.

El cerco se estrecha sobre Francisco Camps. Otra cosa bien distinta es si el juicio acabará con el expresident -hoy con un cómodo y lucrativo puesto en el Consell Juridic i Consultiu de la Comunitat- entre rejas, ya que (¡sorpresa!) está a salvo de cualquier implicación jurídica por haber prescrito el delito. Tampoco pisarán la celda los corruptores, los nueve empresarios sentados en el banquillo de los acusados y que han reconocido en el juicio haber sufragado las campañas del PP con dinero negro. Gracias a su confesión los industriales han alcanzado un pacto con el Ministerio Fiscal y las penas de cárcel serán sustituidas por multas.

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