La factura del Pentágono

Cospedal aumenta un 80% el gasto militar y anuncia más tropas españolas en el extranjero

El Gobierno de Rajoy hace números para cumplir con los deberes fijados por la OTAN y el Pentágono en 2018. Maria Dolores de Cospedal se ha comprometido por carta con el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, a que España incrementará en más de un 80% su actual gasto militar, hasta superar los 18.000 millones de euros anuales. Aunque la cifra no llega a la exigencia -remarcada marcialmente por Trump y el Pentágono- de llegar al 2% del PIB, el gobierno de Rajoy lo compensará aumentando la ya nutrida presencia de tropas españolas en el extranjero.

A lo largo del año, sucesivas visitas de miembros del equipo presidencial de Donald Trump a Europa han venido exigiendo, en un tono cada vez más imperioso, que los aliados aumenten sus contribuciones -en dinero, material y tropas- a los planes de guerra de la superpotencia. El objetivo de que los miembros de la OTAN alcancen el mínimo del 2% de sus respectivos PIB en gasto militar viene de 2014, con Obama en el Despacho Oval, pero las necesidades norteamericanas de trasladar el grueso de sus fuerzas a la región del Asia-Pacífico, y que los aliados europeos sustituyan a las fuerzas estadounidenses en los frentes de batalla de Oriente Medio, Europa Oriental o Norte de África ha ido haciendo la exigencia cada vez más imperiosa.

En su primer encuentro en mayo con los líderes europeos, el presidente Trump les echó en cara que debían a EEUU enormes cantidades de dinero” y aseguró que 23 de los 28 socios “no gastan lo que deben. Incluso el 2%, es insuficiente para cerrar la brecha de lo que gastan Europa y EEUU», les espetó.

España gasta en Defensa el 0,92% de su PIB. Pero al mismo tiempo sigue estando en el brazo correctivo del Pacto de Estabilidad, y por tanto su déficit público está supervisado y fiscalizado por las autoridades europeas. Por eso el gobierno de Rajoy tiene que hacer equilibrios para satisfacer las exigencias de Trump sin contrariar las del diktat de Bruselas y Berlín.

El gobierno español se ha comprometido por carta ante la Alianza Atlántica a incrementar en más de un 80% su actual gasto militar en los próximos siete años hasta los 18.000 millones de euros anuales. Este aumento no llega sin embargo al 2% del PIB, sino que se queda en torno al 1,6%. Sin embargo de Cospedal cree que España -vista de conjunto- puede satisfacer las exigencias de Washington, ya que dedica el 10% de su gasto militar a operaciones en el extranjero, algo que casi ningún otro aliado hace. España ha participado en todas las misiones militares de la UE —de las que este año ha sido el mayor contribuyente— y en casi todas las de la OTAN. Y dedica otro 19,3% de su gasto de defensa a adquirir equipamiento bélico, pagando cuantiosas facturas que en su mayor parte van a parar a los bolsillos de los grandes monopolios armamentísticos norteamericanos.

Por si acaso, la ministra de Defensa prepara más ofrendas atlánticas, en forma de un incremento de tropas en el extranjero. Elevará hasta a 292 los soldados españoles en Mali (hoy 140); está dispuesta a aumentar el contingente en Líbano a 750 militares y participar por vez primera en la misión naval que vigila el contrabando de armas con un buque y 50 tripulantes; España también aumentará en 2018 su contingente en Irak con 30 militares, hasta 480, y con 65 en Afganistán, hasta 95. En total, los efectivos en misiones internacionales pasarán de 2.500 a 3.000. ¿Habrá pagado con eso la factura del Pentágono, o las necesidades de la superpotencia nos exigirán nuevos tributos militares.

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