De Miguel, el “caso del 4%”

Estamos ante un caso de tráfico de influencias y cobro de comisiones ilegales que proyecta la alargada sombra de la corrupción sobre el PNV.

Se juzga a exdirigentes del PNV, 26 acusados encabezados por Alfredo de Miguel, el principal acusado, antiguo número dos del PNV de Álava, exdiputado foral de la Administración Local del gabinete de gobierno de Xabier Agirre.

Junto a De Miguel se sientan los antiguos “burulkides” (miembros de la ejecutiva alavesa peneuvista) Aitor Tellería y Koldo Ochandiano, sus mujeres y la hermana del antiguo diputado foral, Aintzane de Miguel. Y detrás una veintena de encausados que, en su mayoría, están relacionados con el PNV, entre ellos el exviceconsejero de Cultura, Gurutz Larrañaga, y el director de su departamento, Xabier Sánchez Robles; la que fuese alcaldesa del municipio alavés de Zambrana, Justi Angulo y el antiguo edil de Leioa Iñaki San Juan.

La Fiscalía pide 440 años y cárcel para los 26 acusados de formar parte de un presunto entramado constituido para la consecución de contratos de manera irregular con administraciones controladas por el Partido Nacionalista Vasco a cambio de suculentas comisiones, al más puro estilo pujolista, en este caso del 4%.

La Fiscalía mantiene que De Miguel, para quien pide más de 54 años de cárcel, lideraba un entramado societario creado desde antes de 2005 valiéndose de las responsabilidades que tenía por su pertenencia al PNV.

Altos cargos, militantes y “fontaneros” de la formación nacionalista relacionados sobre todo con el sector más soberanista y radical pneuvista por los que daba la cara Joseba Egibar, el delfín de Xavier Arzalluz expresidente del PNV, más preocupado por tapar a los dirigentes soberanistas de su partido que por destapar la corrupción.

El destape de esta trama supuso una auténtica pedrada en el estanque dorado del nacionalismo vasco del PNV, que aún hoy presume de “no tener mancha alguna”, “la corrupción no encaja con nuestra cultura y nuestros valores políticos y sociales”. (Urkullu dixit, en el parlamento vasco tras su investidura en 2014)

Pero la realidad es que estamos ante un caso de tráfico de influencias y cobro de comisiones ilegales que proyecta la alargada sombra de la corrupción sobre el PNV que tampoco así logra escapar a las prácticas de corrupción que han salpicado a la mayoría de los partidos en el poder en cualquier parte del territorio nacional.

La trama ‘De Miguel’ salpica a familias enteras, a altos cargos políticos, exalcaldes, exconcejales, empresarios… y tiene todos los ingredientes y modus operandi de las mafias políticas corruptas que han operado desde la del 3% en Cataliña hasta los ERE de Andalucía.