Los gallegos contra las llamas

Los vecinos miran horrorizados al fuego, la situación de sus campos y su tierra les ha trasladado a la calle para apoyar a los servicios de emergencia que no dan a basto.

Las redes sociales se han llenado de imágenes de los vecinos, en cadena humana y trasportando cubos llenos de agua para apagar las llamas de los puntos afectados por el fuego.

El 15 de octubre fue una jornada negra en Galicia, arrasada por una cantidad ingente de incendios que se cebaron especialmente en el sur de la provincia de Pontevedra. Fue un día de luto por la muerte de cuatro personas, dos de ellas, que no pudieron escapar a tiempo de las llamas, en el municipio de Nigran, próximo a la ciudad de Vigo. La dramática jornada tuvo, un aspecto positivo en la solidaridad demostrada por los ciudadanos que se volcaron en las tareas de extinción de los fuegos, muchos llegados de municipios que no estaban afectados pero que no dudaron en coger una pala y hechar una mano.

Los incendios más importantes registrados en las comarcas de Redondela, Val do Miño, Condado-Paradanta, etc. Con nucleos de población desalojados por las cercanía de las llamasa las viviendas, pero tambien en el mismo centro de la ciudad de Vigo, con diversos focos en distintos puntos de la localidad, tuvieron ese comportamiento solidario que aunó a toda la población contra los incendios. Los vecinos se volcaron formando cadenas humanas con cubos de agua para sofocar las llamas ante el colapso de los efectivos de extinción que no podían hacer frente a tantos fuegos simultáneos.

A modo de ejemplo decenas de vecinos de Vigo lograron apagar las llamas en la ladera del Monte O Castro. Cuando llegaron los Bomberos al lugar ya habían conseguido controlar las llamas y los equipos profesionales finalizaron las labores, enfriando la zona.

Una cadena humana en un pueblo de Pontevedra logra salvar un colegio de las llamas.

La gente actuó de la forma más sencilla y democrática posible», dice el autor de la foto. La cadena humana que se ve en la imagen se formó cerca de un colegio. Ante «la falta total de medios» con la que se contaba en esos primeros momentos, la gente de Vincios decidió proteger el edificio por sí misma. «Muchos de ellos trabajan habitualmente en el campo y tenían mucha destreza. Con el esfuerzo conjunto, lograron que el colegio no ardiera. Cuando llegué, ya casi habían acabado con ese fuego. El viento era muy fuerte y las brigadas de Montes estaban allí, pero no habían llegado los bomberos», recuerda el fotógrafo.

Sesenta voluntarios inician la recuperación de los montes vigueses con reparto de paja.

La colaboración ciudadana no ha terminado todavía, el Concello de Vigo ha adquirido 17 toneladas de paja para frenar la erosión del suelo afectado. Las labores comenzaron por el monte Alba. Con la colaboración de 60 personas del voluntariado, la Concejalia de Medio Ambiente de Vigo y la Comunidad de Montes de Valladares repartieron paja para frenar la erosión y la pérdida de nutrientes del suelo. Los trabajos continuarán por el resto de terrenos afectados de forma consensuada con los comuneros. Se coloca, principalmente, sobre las zonas de mayor pendiente, por la que el agua de la lluvia desciende con más velocidad, para evitar el arrastre de minerales y nutrientes.

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