Sin Justicia

El pasado mes de Mayo, la jueza Nieves Molina pidió el cierre de la instrucción sobre el accidente de Metro, reafirmando su dictamen de 2006, que consideró como único responsable al conductor, sin establecer ninguna responsabilidad sobre los directivos de FGV que decidieron que la velocidad no era un riesgo a tener en cuenta, y que bastaba con poner una señal en la pared para garantizar la seguridad de los viajeros.

Evidentemente se equivocaron.

La señal de la pared no frenó el tren, y murieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas.

Sin embargo, la jueza Nieves Molina insiste en que este hecho, no es responsabilidad de los directivos de FGV.

Insiste en señalar como único responsable al conductor, como si hubiese sido él quien hubiese tomado dicha decisión.

Pero no, la decisión de no controlar la velocidad de la curva con las mismas medidas de seguridad que contaban el resto de líneas, no la tomó el conductor, fue una decisión consensuada por la Directora Gerente y los miembros del Consejo de Administración de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana.

Entonces, ¿por qué se culpa al conductor?

¿Por qué la jueza Nieves Molina no tiene en cuenta la falta de medidas de seguridad de la Línea 1, para establecer la responsabilidad del accidente?

Si la causa fue la excesiva velocidad con que el tren tomó la curva, y ese exceso de velocidad se podía haber evitado con una baliza de frenado, tenemos ya que el accidente SI ERA EVITABLE.

Si una baliza programada para frenar al tren cuando pasara a más velocidad de la permitida, hubiese evitado el accidente, ¿por qué no se puso en la curva de Jesús? ¿Quién tomó esta decisión? ESE ES EL RESPONSABLE!!!

Este razonamiento es el que la Asociación de Víctimas del accidente llevamos defendiendo más de 11 años.

Pero la Nieves Molina no lo comparte, y defiende que el responsable de la velocidad es el conductor, y como tal, el único responsable.

Dice que la falta de medidas de seguridad, no es relevante para la investigación.

Pero por otra parte, en el Auto de fecha 13-6-2007, reconoce que “una baliza que hubiese tenido por función el control de velocidad a la entrada de la curva, hubiese evitado el accidente.”

Entonces la baliza SÍ ES RELEVANTE !!!!!!

Lo que señalaría como responsables de 43 delitos de homicidio y 47 delitos por lesiones, a Marisa Gracia como Directora Gerente, y al resto de directivos que formaban parte del Consejo de Administración de FGV, que son los que toman las decisiones sobre la programación y colocación de las balizas.

Pero la jueza Nieves Molina no ve la relación, e insiste en que el único culpable es el conductor.

Esa es su inamovible postura, lo que hace muy difícil, que las familias afectadas por el accidente, obtengan una resolución que calme su dolor.

Porque centrarse en el eslabón más débil de la cadena, pasando por alto la mala gestión de FGV que no supo (o no quiso) prever el riesgo, NO ES HACER JUSTICIA.

Y cuando la Justicia Penal falla, queda el concepto de Justicia Restaurativa, que se concentra en reparar el daño causado a las personas.

La Justicia Restaurativa es un proceso a través del cual, las partes o personas que se han visto involucradas, resuelven la manera de lidiar con las consecuencias. Para ello deben quedar claros los medios para que ese delito entendido como un daño contra las personas, no vuelva a ocurrir, y quien ha causado el daño, debe reconocer su falta y pedir perdón.

Pero también este tipo de Justicia nos ha sido negada.

Ni Francisco Camps, que era President de la Generalitat cuando sucedió el accidente, quiso recibir y dialogar con la Asociación de Víctimas del Metro, ni ningún miembro de su gobierno manifestó jamás la intención de acercamiento a los familiares que pedíamos respuestas.

Tampoco su sucesor Alberto Fabra ni su gabinete, quisieron cuestionar la versión oficial, y acudieron a la reunión con las víctimas bajo el asesoramiento de HM&SANCHIS, la misma empresa que ya en 2006, había confeccionado las respuestas que el personal de FGV debía ofrecer en la Comisión Parlamentaria, para “lavar la imagen de la empresa”.

Así que se limitaron a justificar la actuación del Gobierno anterior, sin manifestar en ningún momento, interés por resolver las dudas, por averiguar la verdad.

Queríamos saber la verdad sobre el accidente. Una verdad que contemplara todas las circunstancias que rodeaban al accidente, más allá de la velocidad y del conductor.

Pero el Gobierno Valenciano del Partido Popular de 2006, nos negó ese consuelo.

9 años estuvieron negando una investigación independiente, sin que ninguna empresa redactara las respuestas que los directivos de FGV debían repetir. Una investigación real, que tuviese en cuenta todas las posibles circunstancias que pudiesen haber influido en el accidente, sin limitarse a la velocidad para señalar al conductor.

9 años en los que tuvieron la oportunidad de reconocer que quizá las cosas no se hicieron bien.

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