Un Estado entre escombros: el devenir de México tras el 19s

“En las calles se está reconstruyendo la patria” fueron las palabras que el historiador mexicano, Paco Ignacio Taibo II, expresó en twitter, dos días después del sismo del 19s. Pero cabría pensar qué rumbo tomará dicha “reconstrucción”: ¿acaso una transformación total de las estructuras de gobierno? ¿O quizá otro intento fallido de democratización?

Se ha afirmado que el terremoto de 1985 significó el inicio de un reajuste en el sistema político mexicano que culminó, para unos, con el triunfo de la oposición sobre el partido del estado (PRI) en el 2000; para otros, con la entrada del neoliberalismo y la imposición del estado de emergencia en que vive hoy México. ¿Puede el paralelismo histórico entre ambos sismos arrojar una idea de la dirección que tomará el pacto entre sociedad y gobierno después del 19S?

En 1985, salieron a la luz las deficiencias del gobierno de Miguel de la Madrid: la ineptitud de las autoridades para responder a situaciones de emergencia; la corrupción que pasó por alto irregularidades en la construcción de edificios de gobierno y conjuntos habitacionales; la manipulación mediática por parte de la televisora del estado, Televisa, que mintió sobre el número real de víctimas y dio cobertura al rescate de víctimas ficticias; y el descubrimiento de cuerpos, con señas de tortura, entre los escombros de comisarías policiales, resultado de la guerra sucia del estado.

Los esqueletos que salieron del armario del estado mexicano tras el sismo rompieron con el pacto social entre población y estado, e incitaron a la población a buscar alternativas democráticas. Prueba de esto fueron las elecciones de 1988 en las cuales surgió el Frente Democrático Nacional (FDN) con su candidato Cuauhtémoc Cárdenas (hijo del ex presidente Lázaro Cárdenas quien diera asilo a cientos de republicanos españoles). El FDN ganó las elecciones. Sin embargo, a través del fraude electoral, el estado impuso al candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, como presidente de México.

Salinas cimentó el neoliberalismo transnacional que hasta hoy prevalece en México con la firma del TLCAN. Durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, este neoliberalismo se fusiona con la violencia y la muerte del narcoestado.

De la fractura entre estado y sociedad civil del sismo del 19s emerge la cara más oscura del neoliberalismo: la sádica y cínica manipulación mediática de las emociones de la población mexicana y las audiencias internacionales con el caso de la víctima ficticia, Frida Sofía; la reafirmación mediática de un mapa geopolítico en el que las tragedias de las cosmópolis ocupan las primeras planas, mientras el infortunio de poblaciones rurales, indígenas y afrodescendientes es invisibilizado; la corrupción de instancias gubernamentales y constructoras que a conciencia violaron las normas de construcción establecidas después de 1985; y la explotación de mano de obra barata e indocumentada que el colapso de la fábrica de Chimalpopoca en pleno corazón de la Ciudad de México sacó a la luz.

La moneda está en el aire. Hoy cientos de mexicano/as se preguntan si el sismo del 19s propiciará el cambio por el que han luchado en los últimos 32 años o si será un momento de crisis que las estructuras de poder aprovecharán para reformular un modelo económico que garantice su hegemonía. ¿Qué es lo que sigue? ¿Un nuevo sistema oligárquico basado en el despotismo, la indiferencia y la economía virtual? ¿O acaso las lecciones del 85 permitirán que la sociedad civil por fin tome el control de las instituciones gubernamentales fallidas?

Natalia Villanueva Nieves

Investigadora en la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos, Especialista en literatura y cultura de comunidades latinas en los Estados Unidos.

Alejandro Ramírez Méndez

Investigador en la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos. Especialista en literatura y cultura urbana en México y en Estados Unidos.

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