Merkel, a un paso de renovar cancillería

La canciller alemana Angela Merkel acaricia una cómoda victoria en las elecciones legislativas del día 24, sacando 15 puntos de ventaja sobre su contrincante socialdemócrata Martin Schulz. Otros partidos luchan por el tercer puesto, entre ellos la ultraderecha xenófoba y euroescéptica de Alternativa para Alemania (AfD).

Si la primavera pasada hubo un momento en el que pudo haber habido una verdadera batalla electoral -con la renovación del mandato de Merkel puesta en cuestión por sus reveses de popularidad debidos a su gestión en la crisis de los refugiados- en la que dos contendientes se disputarían la Cancillería, aquello ya es agua pasada. A pocos días de los comicios, la actual canciller Angela Merkel acaricia una cómoda ventaja sobre sus perseguidores en una campaña electoral sin emoción -‘aburrida’ es una palabra que estos días usan muchos medios- y previsiblemente, sin sorpresas.

Aunque está previsto que Merkel pierda votos, la victoria está a un paso. Las últimas encuestas auguran entre el 36 y el 37 % de los votos para las filas conservadoras -la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y su hermanada Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera-, por debajo de los resultados de 2013, pero entre 13 y 17 puntos por delante del Partido Socialdemócrata (SPD).

Los asuntos que hace meses Merkel miraba por el retrovisor de la preocupación -en especial la gestión de la llegada de 1,3 millones de refugiados a Alemania, junto a una serie de medidas polémicas- parecen estar amortizados y no se espera que hagan una mella significativa en su intención de voto.

Merkel ha gobernado estos años en un gobierno de concentración nacional con los socialdemócratas del SPD, del que la canciller ha sabido quedarse con el crédito. Leyes impulsadas por el SPD como las del salario mínimo interprofesional o la rebaja de la edad de jubilación para determinados colectivos han sido asumidas como propias por el programa de los conservadores. Incluso la ley de matrimonio homosexual -a la que la canciller se negó- es asumida como un tanto para Merkel.

En el lado contrario, el SPD no levanta cabeza, y haber participado en el gobierno de coalición ha gripado -de forma aún más crónica- su motor de arranque, ya dañado tras llevar años estancados en el 25% en todas las encuestas. «Tras cuatro años coaligados con los conservadores, el partido tiene complicado mostrar «una oferta de gran transformación», añade Giacomo Corneo, profesor de la Universidad Libre de Berlín. Con rivales así es normal que Merkel no se despeine.

Los socialdemócratas no han escarmentado después de haber participado en 2013 en un gobierno de coalición con Merkel, cosechando luego los peores resultados de sus historia. Lo han repetido de nuevo, y nada descarta que tras el domingo 24 lo vuelvan a hacer, y que Martin Schulz sea el próximo ministro de Exteriores de Merkel. Los intereses de Estado son muy fuertes en la primera potencia europea, y más en un momento donde la crisis política en la UE está en todo su esplendor tras el Brexit y las continuas andanadas que llegan del otro lado del Atlántico.

Tradicionalmente, tras un gobierno de coalición, los partidos pequeños ganan votos, por lo que la incognita está -además de descubrir si Merkel podrá o no gobernar en solitario, o si necesitará formar de nuevo coalición- en conocer quién quedará en tercer lugar.

Unos claros candidatos son la ultraderecha xenófoba y anti-UE de Alternativa para Alemania (AfD), que se quedó a las puertas del Parlamento hace cuatro años pero que ahora ha cosechado éxitos en las citas electorales regionales. Las últimas encuestas les dan una horquilla de votos de entre el 9% y el 12%. Sin embargo, el ‘cordón sanitario’ que todos los demás partidos han tendido en torno a esta formación hace difícil que puedan desempeñar un papel influyente en la política alemana.

Otros son los liberales del FPD, uno de los tradicionales partidos bisagra del panorama germanos, aunque sus votos han sido absorbidos con fuerza con Merkel. Por último está el partido ‘Die Linke (La Izquierda)’ (entre un 8% y un 10% de intención de voto), y ‘Los Verdes’ ecologistas (cerca del 8%) con un discurso más antimonopolista y anti-troika, que -excepto en el poco probable caso de que los números dieran para que gobernara el SPD con su apoyo- deberán conformarse con el papel de oposición beligerante a las políticas neoliberales y conservadoras de Merkel.

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