Puzzle social

La riqueza producida anualmente en nuestro país aumenta un 3%, los beneficios empresariales se disparan un 6%, el dinero destinado a salarios crece… y sin embargo cada vez más trabajadores ganan un sueldo por debajo del salario mínimo. Se está consolidando una subdivisión en decenas de estratos laborales, atendiendo a las múltiples condiciones de contrato y sueldo creadas. El resultado es un empobrecimiento de la mayoría y la dificultad para defender conjuntamente nuestros intereses comunes.

La masa salarial (el total de los salarios ganados por el conjunto de los trabajadores) en España ha crecido algo más de un 0,40 % anual desde el inicio de la crisis (ver cuadro1) y sin embargo los empleados que ganan menos del salario mínimo aumentan. Es decir, los salarios más elevados acaparan el grueso de la subida. Por contra, los trabajadores que menos cobraban ganan menos cada vez.

DESIGUALDAD SALARIAL

2008

2011

2015

Aumento de la masa salarial global

0,43

0,41

0,46

% de trabajadores a tiempo completo ganando entre 1 y 2 veces el SMI

33,49

31,95

29,96

% de trabajadores a tiempo completo que ganan menos de 1 salario SMI

8,96

11,29

12,62

Índice de Gini, valores entre 0 y 1 (desigualdad salarial)

0,32

0,33

0,34

SMI (salario mínimo interprofesional en 2015 (648,60€)

Así, un 12,62 % de los asalariados, aún trabajando a jornada completa, obtienen ya menos del salario mínimo. Lo que da un sueldo por hora de 4 euros… El Indice Gini, que valora la desigualdad en los salarios de un país, crece hasta un 0,34 (como Sudán o Argelia). Esto nos coloca en el puesto 58 del planeta, a pesar de tener el 15º Producto Interior Bruto mundial, todo ello, lejos de la media de la Unión Europea (0,30) y de los países con menor desigualdad (Noruega con 0,25).

Estratificación buscada

La subdivisón en múltiples niveles (por salarios y derechos) de los trabajadores, además de un método para reducir los sueldos, procura el objetivo político de entorpecer su organización, dificultando reivindicaciones comunes. En esto la clase dominante ha avanzado mucho en proteger sus intereses. La ruptura del peso de los convenios colectivos por sectores, y las sucesivas reformas laborales que permiten una atomización sin límite de los contratos, ha creado decenas de condiciones diferentes. Traducido a dinero, los trabajadores con contrato indefinido obtuvieron un sueldo neto medio de poco más de 1.000 euros mensuales que, con el prorrateo de las pagas extraordinarias, llega a 1.345 euros, mientras que los de contrato de duración determinada se quedan en 13.800 euros anuales. Pero aún esto es la media, porque el sueldo neto más frecuente está por debajo de 1.000 euros.

Y cualquier trabajador conoce que estas diferencias se mantienen aún desempeñando el mismo puesto laboral. El beneficio económico para el empresario es evidente. Pero aún es mayor la capacidad de control que otorga tener en una empresa a un porcentaje de trabajo subcontratado, otro entregado a autónomos, unos indefinidos, otros temporales; unos a jornada completa, otros solo para algunas horas, algunos en prácticas o como becarios sin sueldo o con retribuciones testimoniales… y por supuesto, miles de trabajadores haciendo más horas de las reflejadas en el contrato.

Una estratificación más es la del sexo. La máxima de «a igual trabajo, igual salario» también se incumple para las mujeres: El salario medio femenino representó el 77,1% del masculino.

El remate es una diferenciación por país de origen. Frente a esas ideas xenófobas e insolidarias, los datos sobre salarios muestran que los extranjeros en España son, en su grueso, grandes creadores de riqueza con los salarios más bajos. Un color de clase que llega a que el sueldo anual medio de un extranjero asalariado en nuestro país es 6.500 euros más bajo el que ganan los nacidos aquí.

Más diferencias

También se hace ley que a más tejido industrial mayor salario, mientras que en aquellas comarcas dedicadas a la hostelería o el trabajo agrícola, el salario cae. Mientras en los sectores relacionados con la energía el sueldo medio bruto llega a 51.919 euros, seguidos de otras actividades industriales; en el otro extremo, los asalariados del sector de la hostelería se quedan con 13.977 euros. La misma diferencia existe entre las regiones más industrializadas (País Vasco, 27.571 euros anuales por trabajador, Madrid 26.448,04 y Navarra 24.863), frente a las más rurales o con monocultivo del turismo: Extremadura (19.564 euros) y Canarias (19.856). Y así, a una clase obrera estratificada se une un gran desequilibrio por regiones.

Visto de conjunto, el país se ha convertido en un puzzle desordenado: agudizando la subdivisión hasta el límite, en sus condiciones de vida y trabajo por zonas, por país de origen del asalariado, por tipo de contrato fijo o eventual, por trabajo a tiempo completo o parcial, por diferencia entre el campo y la ciudad, por sector productivo, por sexo, por edad,… ¿casualidad, fruto del mercado u objetivo buscado? Que las leyes promulgadas hayan refrendado tanto la desigualdad como la estratificación sólo permite contestar lo último.

One thought on “Puzzle social”

  • Artículo que analiza las diferencias salariales y sobre todo el beneficio que obtiene la oligarquía. Si estamos creciendo como es que el pueblo esta más empobrecido?. Alguien se lo esta llevando

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