Elena Villanueva, analista asociada del ISGlobal

Resistencia a los antibióticos, un peligro creciente

La resistencia antimicrobiana es uno de los grandes problemas sanitarios. España es uno de los países líderes en la aparición de resistencias a los antibióticos.

Resulta paradójico que 60 años después de la introducción de los antibióticos numerosas infecciones bacterianas, sobre todo las de las vías respiratorias, sigan siendo motivo de hospitalización y complicaciones.

Su uso casi indiscriminado ha sido una fuente de beneficios para las farmacéuticas y casi una política “de estado”. Los antibióticos son los fármacos más utilizados después de los analgésicos. Las necesidades de producción y distribución industrial de estas moléculas han ido más allá de las necesidades sanitarias de la población.

Ya en 1997 España era el segundo país en Europa que más antibióticos consumía. En el año 2000, 20 de cada 1.000 pacientes españoles recibían tratamiento antibiótico diario. Además, diversos estudios afirman que entre el 4 y el 54% del volumen de ventas se realizan sin receta en las farmacias españolas, a pesar de estar prohibido.

Elena Villanueva, analista asociada del ISGlobal

¿Qué son las superbacterias?¿Por qué se vuelven resistentes a los antibióticos?

Existen varias razones pero principalmente influye el uso y el abuso de antibióticos en la población humana y en el ganado. En la atención primaria estamos tratando enfermedades víricas con antibióticos cuando no son necesarios estos tratamientos. Otro gran problema es que los pacientes al sentir mejorías no acaban los tratamientos lo que influye en algunos casos en que se generen resistencia a los antibióticos. En la ganadería se están utilizando cada vez más antibióticos cutáneos para que crezca más y más rápido el ganado; lo que implica que la carne que comemos ya lleva muchos antibióticos.

¿Qué gravedad tiene para la salud pública el desarrollo de resistencias a los antibióticos? ¿Nos enfrentamos a una crisis?

Totalmente. Nos estamos encontrando con casos de resistencia a nivel hospitalario, es decir, pacientes que ingresan por una operación o que están inmunodeprimidos por tratamientos oncológicos pueden coger una infección y desarrollar resistencias ante las que no tenemos nuevos tratamientos. La estancia hospitalaria se prolonga hasta 4 millones de días a nivel global y los gastos ascienden a los 1.500 millones de euros al año.«Más de 50.000 personas mueren hoy en EEUU y Europa por esta causa»

Más de 50.000 personas mueren hoy en EEUU y Europa por esta causa. Si siguen aumentando los casos a este ritmo y no se desarrollan nuevos tratamientos se calcula que en el 2050 la resistencia a los antibióticos se convertiría en la primera causa de muerte. Líderes del G20, del G8, y organismos multilaterales como la OMS o la ONU alertan de la crisis.

Es conocida la sobreprescripción exagerada de antibióticos en España durante décadas, especialmente durante los 70’ y 80’ en beneficio de las farmacéuticas. ¿No ha sido esa política la principal causa de la resistencia a los antibióticos?

Quizá sea una de las razones. Es cierto que España como otros países mediterráneos es uno de los países con mayor consumo de medicamentos pero también es verdad que este mismo problema ocurre en países nórdicos donde se tiene mayor conciencia. Vivimos en un mundo globalizado; en EEUU por ejemplo, donde no hay el grado de automedicación de España, ocurre también. Es un problema al que estamos empezando a dar alternativa, creemos que es necesaria más educación y más información.

Pero en la UE el uso de antibióticos está prohibido en la ganadería, sin embargo en EEUU sí se permite el uso de antibióticos para engordar al ganado, de hecho es uno de los escollos de las negociaciones del TTIP. ¿ Cómo afecta a la salud el consumo de estos alimentos a la salud pública?

Discúlpame pero por mi perfil más político no te puedo contestar. Mi especialidad es el análisis de las consecuencias de no producir nuevos antibióticos y de la innovación como tal.

Desde 1970 sólo se han desarrollado dos nuevos antibióticos. ¿Por qué no se han desarrollado nuevos antibióticos en 40 años?

Son varias las razones, pero en primer lugar por la complejidad de la investigación. El sistema de innovación a nivel global funciona en función del interés económico de las farmacéuticas. A las farmacéuticas no les resulta suficientemente rentable invertir en antibióticos porque son tratamientos de una duración limitada en comparación con otras enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer, el colesterol…Los nuevos tratamientos se desarrollan una vez los anteriores tratamientos han desarrollado resistencias, por tanto no es tan fácil conocer el mercado por adelantado.

La situación es gravísima, porque a pesar de que las proyecciones son muy malas sólo el 1,5 % de los medicamentos desarrollados por las principales compañías farmacéuticas fueron antibióticos y sólo 5 farmacéuticas investigan en el desarrollo de nuevos antibióticos. «Sólo el 1,5 % de los medicamentos desarrollados por las farmacéuticas fueron antibióticos»

El modelo de innovación está roto y las leyes de protección intelectual fallan; los poderes públicos deben recobrar el poder y la autoridad sobre el modelo de innovación.

¿Consideras que es necesario un plan nacional de I+D ? ¿Es una prioridad en la agenda de salud pública?

Es necesario pero me temo que no es una prioridad. Necesitamos que sea un plan no ya nacional sino internacional. La OMS publicó en el 2015 un plan global de acción en el que demandaba la necesidad de que cada país destine más recursos a la investigación. En Inglaterra la comisión de expertos constituida reclama la creación de un fondo internacional con un presupuesto mínimo de 2.000 millones de dólares en el que todos los países contribuyan a constituir una agenda de acción común. Esa es una perspectiva más interesante que una perspectiva nacional donde los logros no se comparten.

Por otro lado hay que desligar el coste de la investigación del precio final de producto y no depender así de subvencionar a las farmacéuticas a las que les estamos libramos del riesgo de invertir en investigación pero que luego ellas pueden decidir el precio al que venden el medicamento. El liderazgo debe ser del sector público.

Pero si la inversión es pública, ¿ los beneficios no deberían serlo también? ¿No es igualmente necesario el desarrollo de una industria farmacéutica propia con capital nacional?

Totalmente, pero no tanto por desarrollar una industria propia sino por tener la capacidad de regular los precios y la accesibilidad. Honestamente quien tiene la capacidad de producir masivamente es el sector farmacéutico. Deben mantenerse como un proveedor más del gobierno pero debe ser el gobierno quién decida los precios y premie a aquellas farmacéuticas o centros de investigación que desarrollen la investigación. Eso sería un gran cambio. Ahora la negociación se da en una relación de tú a tú en la que las farmacéuticas deciden el precio y el gobierno está obligado a aceptar.

Diversos estudios vinculan el abuso de antibióticos en niños con la obesidad por los efectos sobre la flora bacteriana. La sobreprescripción de antibióticos ha generado un problema de salud pública, ¿ no deberían también el Estado obligar a que una parte de los enormes beneficios de las farmacéuticas se inviertan a solventar estos problemas de salud que han creado?

La voluntad política es clave. Pero no estamos en este momento de exigencia sino de conseguir que el gobierno tengan la capacidad de imponer las condiciones a las farmacéuticas.

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