Acampamento Terra Livre

La manifestación de los indígenas hacia el Congreso para presentar sus demandas acabó en fuertes enfrentamientos con la policía.

Brasilia ha sido la sede durante cuatro días (del 20 al 24 de abril) del ‘Acampamento Terra Livre’, una multitudinaria e histórica congregación de más de un millón y medio de indígenas de todo el país, reunidos para unificar las luchas por los derechos de los Pueblos Originarios, que en Brasil sufren una brutal sangría de crímenes, violaciones de sus derechos y expolio de sus tierras por parte de terratenientes y compañías multinacionales. Tras la reunión, la manifestación de los indigenas hacia el Congreso para presentar sus demandas acabó en fuertes enfrentamientos con la policía.

Los colectivos indígenas denuncian el rosario de asesinatos que sufren cada año a manos de sicarios a sueldo de grandes multinacionales y terratenientes, que buscan ocupar sus tierras y explotar sus recursos. Un claro ejemplo es Coca-Cola, involucrada en varios casos de expolio territorial en la Amazonia. Según denunció Oxfam en el informe «La fiebre del azúcar» publicado a finales de 2013, la multinacional norteamericana compra el azúcar para elaborar sus bebidas a compañías brasileñas -Bunge en Matto Grosso y Usina Trapiche en Pernanbuco- que la producen en tierras expropiadas a los indígenas.

Desde el año 2000 se han registrado 800 adquisiciones de tierra para cultivar a gran escala cuyo territorio equivale a cuatro veces la extensión de Portugal, 33 millones de hectáreas. Un territorio que, debido al aumento de la demanda de productos como la soja, el maíz o el azúcar, se utiliza para la exportación al servicio de las multinacionales y no para satisfacer el consumo de las pequeñas comunidades locales.

El informe de Oxfam asegura que en Brasil se han multiplicado los crímenes y violaciones de los derechos humanos contra los indígenas. Conflictos violentos que, además de con los derechos sobre las tierras, tienen que ver con el uso intensivo de agua, que pueden dejar sin este recursos a las comunidades que habitan esas zonas, el uso de pesticidas y fertilizantes o los vertidos indiscriminados de residuos y su consecuente daño a la salud de los indígenas además de destrozar sus recursos pesqueros y dejarlos sin su principal fuente de supervivencia.

[Datos extraídos del artículo «Los pueblos indígenas de Brasil en lucha contra Coca-Cola», de Maria Cappa para La Marea]

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