Argentina

Las políticas de Macri incendian la calle

Las movilizaciones y protestas de distintos sectores populares se intensifican por todo el país.

Macri, un magnate de la oligarquía argentina convertido en presidente, ganó las elecciones contra el kirchnerismo con la promesa de «Pobreza cero» incrustada en la sonrisa. Pero 15 meses después de la noche electoral, Argentina ha ganado un millón y medio más de pobres, hasta un total de 13 millones, pasando del 29% al 33%. La indigencia también ha escalado hasta el 7%, lo que sume a 4 de cada 10 argentinos viviendo bajo el umbral de la pobreza o en el pozo de la miseria extrema. Para la mayoría del 60% restante, calificada de «clase media frágil», la situación no es nada halagüeña: el consumo se ha contraído un 5% (la peor caída en 14 años) y abundan las noticias de cierre de fábricas o suspensiones de personal. Así lo afirma la Universidad Católica Argentina (UCA), fuertemente vinculada al macrismo.

El empobrecimiento de la población viene cabalgando sobre los distintos ‘tarifazos’ decretados por Macri (con la subida de hasta el 500% del coste de algunos servicios esenciales, como la luz o el transporte público), con una inflación disparada al 40% y el aumento de los despidos (sobretodo de funcionarios públicos) y del número de desempleados. Por muchas alabanzas que haya recibido en el extranjero por sus medidas, lo cierto es que la economía albiceleste se ha contraído un 2,3% en 2016, y el FMI ya ha expresado sus dudas de que vaya a remontar este año.«A 15 meses de su investidura, el suelo tiembla bajo los pies de Macri. Una ola creciente de movilizaciones y protestas están minando su popularidad en un año electoral.»

El ejecutivo de Macri, enarbolando la bandera de «acabar con el default y recuperar credibilidad internacional» parece empeñarse en complacer al capital extranjero, desmantelando furiosamente todas las políticas soberanistas y redistributivas de la riqueza emblemáticas del kirchnerismo. Sus primeras medidas, hace ahora un año, fueron pagar 9.300 millones de dólares a los fondos buitre norteamericanos, o a bancos como Deutsche Bank, HSBC Securities, J.P. Morgan, Santander, BBVA, Citigroup y UBS Securities. Padecimientos para sus ciudadanos y entrega de las fuentes de la riqueza nacional. Esto es lo que el escritor macrista Marcos Aguinis denomina «el Gobierno de los millonarios patriotas”.

Contestación en las calles

La Casa Rosada mira de reojo como el índice de popularidad de Macri desciende aceleradamente con los comicios legislativos de octubre a la vuelta de la esquina. Y la calle ebulle de protestas.

El 30 de marzo, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la Confederación General del Trabajo (CGT), los dos grandes sindicatos argentinos, de la mano de otros movimientos populares, se movilizaron masivamente por las calles de Buenos Aires contra las políticas de Macri, en la sexta gran marcha que recorre la capital argentina en el mes de marzo. Las otras capitales argentinas también sintieron retumbar el asfalto bajo los pasos de masivas manifestaciones y cortes de ruta.

Una semana antes la enseñanza argentina -profesores y estudiantes de los distintos tramos educativos, así como los investigadores científicos- habían sacado a las calles bonaerenses a 300.000 personas, que rodearon el palacio presidencial. Reclamaban la apertura de las paritarias (negociaciones salariales) y el cese de los recortes educativos. Maestros y estudiantes estaban especialmente enojados por las recientes declaraciones de Macri, calificando de «caída» la situación de los que tienen que estudiar en la escuela pública. “El Gobierno nacional viene sosteniendo un ataque contra la educación pública, desprecia a los científicos y a los universitarios», denunció Sonia Alesso, secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), durante el acto celebrado en la Plaza de Mayo.

La misma emblemática plaza ha sido escenario de protestas de los familiares de desaparecidos y represaliados por la dictadura argentina, que protestaron por los denigrantes amagos de Macri de transformar el Dia de la Memoria -dedicado a actos reivindicativos en recuerdo de los asesinados y torturados- en un puente festivo.

A 15 meses del golpe de mano que instaló en la Casa Rosada un gobierno afín a los intereses de Washington, del capital extranjero y de las grandes familias oligárquicas argentinas, las espadas están más levantadas que nunca y el suelo tiembla bajo los pies de Macri. Las clases populares templan sus fuerzas en el calor de las calles, y Argentina es una olla silbando de indignación.

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