Frente a las imposiciones de Bruselas

¡La Naval de Galicia tiene futuro!

Si hubiera que hacer una nueva versión de la pelí­cula «Una noche en la ópera», Feijóo y Vázquez tendrí­an todas las papeletas para reinterpretar la famosa escena en que Groucho Marx y su hermano Chicco despedazan un contrato al grito de «la primera parte contratante es igual a la segunda parte contratante, y la segunda parte contratante….»

Sólo que, a diferencia de la película, este caso no mueve a la risa, sino todo lo contrario.

Feijóo afirma que tiene firmado un contrato con la petrolera mexicana Pemex para construir dos floteles en los astilleros gallegos de Navantia en Ferrol. Pachi Vázquez ha venido insistiendo toda la campaña electoral en que es mentira. Y a pesar de las insistentes exigencias para que enseñara los contratos, Feijóo se ha amparado en una cláusula de confidencialidad impuesta por Pemex para negarse a hacerlo hasta los últimos días de campaña.

La polémica sobre los contratos de Pemex, convertidos en una especie de Parrala de la campaña (ya sabéis, aquello de “unos decían que sí, otros decían que no…”) no ha servido más que para ocultar la dramática situación que viven los astilleros gallegos, fruto tanto de los 20 años de imposiciones de Bruselas que está consiguiendo liquidar el sector de la construcción naval como de una clase política infame que se pliega a todas sus exigencias.

Ahora hace dos años, Bruselas, a instancias de Holanda y Alemania, congeló las bonificaciones fiscales a la construcción de nuevos buques en España. Decían en su denuncia que para favorecer la competencia. Pero en los hechos está sirviendo para eliminar la competencia que supone nuestro sector naval para ellos.

Hasta que se aprobó la suspensión del sistema de bonificación fiscal, los astilleros españoles producían una media de 34 buques al año. En 2011 se han construido 7. Un descenso de la carga de trabajo de más del 80%. En estos momentos, en España hay tres astilleros en quiebra, otros tres con EREs activos, y el resto con una cartera de pedidos casi inexistente.

Y mientras tanto, la práctica paralización de nuestro sector ha sido aprovechado para ganar mercado por parte de otros astilleros europeos, fundamentalmente los holandeses y alemanes. Y cientos de soldadores cualificados gallegos y jóvenes ingenieros navales tienen que marcharse allí ante la falta de trabajo.

El sector necesita una alternativa. Y la necesita ya. Nuestras candidaturas proponemos la entrada inmediata de capital público, a través de los gobiernos central y autonómico, en el accionariado de las grandes empresas de construcción naval. De forma que a través de ellos y con su respaldo puedan tener acceso a una financiación plena y asequible.

Hay quien dice que eso es como tirar el dinero a un pozo sin fondo, porque no podemos competir con los astilleros asiáticos. Mienten.

En primer lugar, porque si los astilleros de Japón, Corea o China acaparan más del 80% del mercado mundial, no es sólo por su mano de obra barata, sino porque cuentan con el decidido apoyo de sus gobiernos a un sector estratégico. Y porque sus bancos poseen programas específicos para ayudar y financiar a bajo coste la construcción naval.

¡Hay que obligar a la banca a invertir en nuestra industria en lugar de financiar burbujas inmobiliarias especulativas! Y si no lo hacen, crear desde el gobierno gallego nuestra propia banca pública. Ya está bien de que nuestros ahorros sirvan para enriquecer a unos cuantos grandes financieros y altos ejecutivos, mientras los trabajadores nos quedamos sin empleo, nuestras familias sin recursos, y nuestros hijos sin futuro.

En segundo lugar, porque nosotros disponemos de tecnología, capacidad de innovación y mano de obra cualificada muy superior a la suya. Y podemos especializarnos, con el apoyo del capital publico y la financiación adecuada, en el diseño y construcción de buques especializados, de alto contenido tecnológico donde los asiáticos no pueden competir.

Lo que hace falta es voluntad política de reindustrializar el país. Y decisión y firmeza para oponernos a unas imposiciones dictadas por Bruselas, pero que sólo buscan favorecer a nuestros mayores competidores en la Unión Europea.

Esto es lo que necesita Ferrol y el sector de la construcción naval en nuestro país. Y esto es lo que proponemos las candidaturas De Verdad contra la crisis-Unificación Comunista de España. Por eso os pedimos vuestro voto el próximo 21 de octubre.

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